❝ ¿Cómo reaccionarías si un gato salvaje aparece en tu casa de la noche a la mañana?
¿Cómo reaccionarías cuando descubres que no es un minino normal? ❞
๑ 2O 12 2O17。 ## 28 O7 2O19。
» fluff, comedia, romance, slight angst, hybrid!chaeyoung。
Ⓒ venusI...
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"Ojalá todo el mundo se joda."
Mina recitó para sí misma mientras sacudía su cadera por otro calambre al mismo tiempo que intentaba ahuyentar los mosquitos que zumbaban en su oído sin parar. Suspiró y se dio la vuelta, esperando dormirse en un instante. No necesitaba decir demasiado para explicar por qué se encontraba ahí en el sofá como un perro abandonado.
Chaeyoung se adueñó de su habitación y aprendió a colocar el pestillo. Mina también era una tonta porque no recordaba donde dejó las llaves y se quedó de brazos cruzados en el sofá. Y por si fuera poco, el sudor corría desde su nuca hasta su espalda baja. ¿Cómo era posible que el clima cambiara de un día para otro? Hasta eso estaba en contra suya. Primero hacía un frío regocijante y ahora solo existía puro calor.
Su buena suerte se esfumó el día que esa gata cruzó las puertas de su casa como perro por su casa, lo cual en parte fue culpa suya por haber tomado mucho. Viéndole el lado bueno, solo había sido esa cosa y no un ladrón. Aunque no había mucha diferencia, pues se la pasa robando y adueñándose de toda su casa.
Solo faltaba que también se pusiera su ropa, usara su cepillo de dientes y quién sabe qué otra cosa más.
Su mirada viajó a su teléfono y lo encendió con pesadez, marcaban las dos de la mañana y en todo ese tiempo no pudo pegar ni un solo ojo, y no creía hacerlo en lo que quedaba de la madrugada. La espalda le dolía y cada vez que hacía un movimiento brusco por encontrar una mejor posición, terminaba chillando en la almohada cuando un nuevo calambre la atacaba. ¡No podía ir mejor esa noche!
Oh, olvidaba que hace unos treinta minutos atrás cuando fue a la cocina por un vaso de agua, se golpeó el dedo chiquito del pie con una de las esquinas. Síp, definitivamente nada podía ir peor... Sin embargo, con solo tener un gato negro en casa solo se aseguraba de atraer la mala suerte, si bien no creyera en nada de eso.
—Maldita gata del demonio traída por el mismísimo Satanás... —Murmuró dejando caer su cabeza en la almohada y tapando su oreja para evitar los mosquitos que molestaban en su oído.
♡
Y entonces la mañana llegó, los ojos se le cerraron de inmediato cuando el sol mañanero golpeó de lleno su rostro despertándola —muy temprano para su gusto— un maldito sábado. Un jadeo ahogado escapó de su boca al darse la vuelta como si estuviera en su propia cama, pero su pequeño cerebro japonés todavía no terminaba de reaccionar y avisarle que no se encontraba en su cómo castillo de sueños.
Sino que ahora se encontraba en el suelo con un dolor de culo y caderas que no se le quitaría en una semana. Lo gracioso era que el suelo estaba más cómodo y frío que ese sofá de cuarta que tanto odiaba, y Chaeyoung parecía amar.
Sentía su cuello pegajoso y la camisa adherida a su piel no se sentía para nada bien. La sensación era tan asquerosa que los vellos de su piel se erizaron al levantarse del suelo. Mina se estiró para buscar paz por unos cinco segundos, pero lo único que atrajo fue que todos sus huesos se rompieran —exageraba para todo— y sus músculos se tensaran. Esta vez sí que no pudo evitar que más de un sonido adolorido saliera de sus labios, poco importándole si el animal salvaje se dignaba a aparecer.
Claro que nadie llegó a preguntarle por su peculiar situación. Estaba más sola que flor en desierto.
Mina desayunó en silencio con una taza de café mientras miraba el canal de noticias sin expresión, escuchando con atención las tragedias que sucedían alrededor del mundo, y después quejándose del horrible sentido de la moda cuando el canal de entretenimiento salió a la luz. Definitivamente necesitaban otro conductor.
Durante toda la mañana no vio señales de la híbrida, cosa que le extrañó mucho. Sin embargo, no podía rechazar la idea de que tal vez, la chica pudiera haberse ido.
Sin pensarlo demasiado Mina ya se encontraba en dirección a su habitación, yendo con pasos cautelosos intentando no hacer mucho ruido. De pronto una risita se le escapó de los labios cuando el recuerdo de ella defendiéndose con el destapador de baños apareció en su mente, vaya idiota que era.
Cantó victoria al encontrar la puerta semi-abierta. No escuchaba nada más que la conductora del clima hablar abajo, no escuchaba algo inusual o extraño y todo se veía igual que siempre. Rápidamente se introdujo en el cuarto y suspiró al cerrar la puerta y se apoyó en ella.
Poco duró su felicidad cuando observó el montón de sábanas esparcidas sobre la cama, provocándole un tic nervioso en el ojo. Una cola danzante se movía de un lado a otro entre ellas, dejando un montón de sucio pelo de gato mugroso encima de la cama.
Se volvió la misma malhumorada de siempre. Bufó sonoramente y maldijo a todos los dioses que hubieran existido. Un solo vistazo por encima a su habitación bastó para que las piernas flaquearan de la impresión: sus cortinas estaban dañas y con huecos, todas sus pertenencias se encontraban en el piso, ¡e incluso su ropa cara que guardaba en un cajón especial!
Lo único que se conservó era... nada. Absolutamente nada.
—Ah~ —Mina saltó en su lugar al escuchar a Chaeyoung entre tantas sábanas. De ellas aparecieron un par de orejitas y luego el rostro fresco de la sucia gata. —Dormí como u-una reina.
—Y ojalá murieras como una. —Dijo sin pelos en la lengua escuchando el grito de Chaeyoung. Sonrió de lado y se cruzó de brazos mirando su expresión asustada. —Buenos días para ti también.
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