049. Te amo, nunca me sueltes.

4.4K 470 247
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Después de aquella tediosa pelea de lo más ridícula, las tres se despidieron con la promesa de verse por última vez antes de que la parejita volviese a Seúl para seguir con sus vidas. Sin embargo, una parte de la mente de Chaeyoung se había aclarado e inesperadamente tuvo la dicha de conocer a su familia, o lo que quedaba de ella. ¡Y eso era lo único que importaba! Podía ver a Chaeyoung un poco más radiante que antes.

Pero, minutos después de refugiarse entre las paredes de su hotel. Chaeyoung, quien en todo el camino había comprado un millón de dulces para su japonesa —además de otro millón más para su estómago sin vacío— y en la recepción había pedido más pollo frito para el almuerzo, se volvió callada sin razón alguna. Estaba sentada en el centro de la cama matrimonial, cruzada de piernas.

Sus ojitos estaban fijos en un punto invisible de la cama, su lengüita pasaba nerviosa por sus resecos labios cada cierto tiempo y no se atrevía a decir más de cuatro palabras. Mina estaba preocupada, sus cambios de humor no le gustaban.


Con cuidado dejó las bolsas de compra encima de la mesita de cristal y se acercó a ella tranquilamente y con voz dulce dijo: —Preciosa... ¿Te pasa algo? —Chaeyoung intentó negar, pero de nada iba a servirle. Asintió al cabo de unos segundos. —¿Qué tienes? ¿Te duele el estómago otra vez? Cumplí con decirte que no comieras dulce antes, pero ya qué.


Pero ella negó, era algo más que eso. —¿Entonces, qué pasa? —Tomó sus hombros y los acarició levemente. Chaeyoung suspiró dejándose llevar por aquellos suaves toques. Intentando no llorar, respondió: —¿Tú... me amas? No, no... Estoy segura de que me amas. —Mina sorprendida observó su carita. Triste, decaída, los ojos que solían ser brillantes, apagados. Sin dudar, asintió.

—Claro que te amo, siempre te lo demuestro. Te amo más que todo en el mundo, eres lo más preciado que tengo además de mamá. —Acarició su mejilla con su pulgar. —¿Por qué lo dices? ¿Ha pasado algo de lo que no me he enterado?

El estómago se le revolvió, la cabeza le dio vueltas. —Después de contarle todo a Dahyun, me siento extraña. —Comenzó y suspiró indecisa. —¿No te da miedo t-tocarme cuando alguien más lo hizo con m-maldad? —El corazón de Mina se quebró, y antes de que ella pudiese decir otra cosa, la tomó entre sus brazos con fuerza. Dos besitos plantándose en su cabecita. —E-estoy m-mal... ¿R-realmente m-me amas? ¿A-aún con todas mis c-cicatrices? ¿A-aun siendo un experimento?

THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora