028. Show de cocina pt.2

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Mina iba de un lado a otro buscando los ingredientes frescos y perfectos para unos espaguetis con albóndigas, carne de cerdo y puré de papas. En la vista de Chaeyoung parecía como si Mina se hubiera convertido en el superhéroe que pasan todas las noches en la televisión, si mal no se acordaba se llamaba Flash. Ella iba de un lado a otro a la velocidad de la luz, trayendo todo tipo de vegetales y utensilios de cocina que Chaeyoung no conocía. ¿Iban a tener un show de cocina en vivo ahora mismo o qué? La híbrida rió.

Mientras la japonesa hablaba inesperadamente por teléfono, Chaeyoung se levantó del taburete al otro lado de la encimera encaminándose hacia la cocina bajo la mirada expectante de Mina. Chaeng alzó sus dos pulgares hacia arriba con una sonrisa y Mina suspiró volviendo al teléfono sin despegar la mirada de su híbrida.

La chica rió por sus ocurrencias y cerró la llave del grifo después de lavar sus manitas, para después secárselas con una toalla limpia proporcionada por la mayor. Su suave y extensa colita se movía de aquí para allá al son de la música en el estéreo de la sala. Su estómago llegó una vez más a arruinar el momento con los vergonzosos gruñidos, oh... tenía mucha hambre. Esos emparedados gratis simplemente le habían dado más hambre.


"Seguramente los habían puesto gratis porque estaban asquerosos" pensó. Sí, debía ser eso. Aunque debía admitir que uno estaba delicioso pero no la había llenado lo suficiente, así que lo calificaba como algo no comestible ni rico.

Chaeyoung era demasiado extraña con la comida. Tal vez se había vuelto adicta a los platillos de Mina. Oh, podía imaginarse ese pescado al horno que tanto le encantaba saboreando su paladar, o tal vez ese exquisito pollo frito con una extraña salsa verde de la cual no tenía ni idea del nombre. ¡Pero no importaba! Todo lo que hacía Myoui Mina con sus manos salía delicioso.


Y si se atrevía a decir, su preciada japonesa también sabía delicioso. ¡No la malinterpreten! Bueno sí. Le causaba cierta vergüenza pensar en aquella vez que no se resistió a lamer su cuello, pero no podía negarse que Mina sabía un tanto dulce.

THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora