Genius Vs Huckleberry

Capitulo 50

Los días habían pasado rápidos y llenos de mucho estrés pue el invierno cada vez estaba más cerca, señal de que la Navidad y las vacaciones se acercaban, por ello es que todos los chicos tenían cosas que hacer, examen que presentar, proyectos por hacer y hasta clases que recuperar, pero a pesar de eso todos tenían ganas de verse de nuevo y pasar un rato juntos como en los viejos tiempos o eso es lo que había propuesto Riley, quien siempre era la más entusiasta del grupo, los demás tan solo habían aceptado la propuesta.

Y hoy era ese día en que por fin se verían de nuevo toso juntos, sin tener prisa o un millón de libros encima, la cita era como siempre en el restaurante Topanga's después de la escuela a las 2 de la tarde. Lo que ponía nervioso a más de uno, pues había alguno que otro tema que había quedado pendiente, como el nuevo noviazgo de Maya y Farckle.El reloj marco la 1:59 y pronto el sonido de la campañilla de la puerta resonó en todo el locas dejando ver a una dulce y pequeña castaña de ojos cafés que entraba al recinto con una gran sonrisa en los labios, imaginando lo genial que sería pasara tiempo de calidad con sus mejores amigos y con su novio, ahora tan solo tenía que esperar a que llegaran los demás.

Se dirigió a la barra para pedir un batido de chocolate, su favorito, luego tomo asiento en uno de los sillones de la entrada y se dispuso a esperar. La primera en llegar fue Maya, quien se maldijo así misma por haber llegado tan temprano y tener que estar a solas con Riley. No se habían visto desde el lunes en la cafetería donde se había librado de una buena plática sobre su noviazgo con Farkle, pero ahora no tenía tanta suerte. La ojiazul trato de pasar de largo y fue a la barra a pedir un batido de fresa cuando escucho a la castaña llamarla alegremente con aquel tono aniñado que caracterizaba al pequeño rayo de Sol, suspirando con resignación se acercó a su mejor amiga y tomo asiento frente a ella fingiendo emoción por la situación.

—¿Que hay Riles? — Pregunto la rubia jugueteando con su pajilla, evitando a toda costa el contacto visual directo.

—No mucho solo tarea... ah y salir con Lucas pero él también está estudiando para sus exámenes. — Contesto la castaña con una sonrisa pensando en lo tonta que había sido el lunes, pues por un momento había pensado en que Maya y Lucas traían algo entre ellos, cuando en realidad se trataba de Farkle, vaya vueltas que da la vida — ¿Qué hay de ti?— devolvió la pregunta con curiosidad.

—Tareas y ayudar a mi madre, ya sabes lo de siempre — Respondió la ojiazul pensando en las excusas que debía inventar para pasar el menor tiempo posible con sus amigos, aunque ya después lo vería, por ahora debía concentrarse en no arruinar esta conmovedora reunión.

—Está bien — Correspondió complacida la castaña tomando su batido con aparente tranquilidad que escondía las enormes ganas que tenía por preguntar más cosas a la rubia. No es que fuera entrometida, tan solo quería que su mejor amiga y ella celebraran que ambas tenían dos novios maravillosos y que además eran amigos.

—Riles solo dilo... — Soltó Maya con una mueca de resignación, consciente de que en algún momento debía enfrentar este interrogatorio, así que, qué mejor que justo ahora.

—Bien — Exclamo la castaña contento dejando salir su entusiasmo hasta por los poros coloco su batido en la mesa y cruzo sus piernas buscando una posición más cómoda, buscando conectar con la mirada de su amiga, cosa que no lo logro, pero decidió dejarlo pasar — ¿Qué hay con Farkle? — Pregunto elevando una ceja y lanzándole una mirada picara, que en ella tan solo lucia tierna.

—¿Que hay con él? — Respondió la ojiazul, conteniendo las enormes ganas que tenía por levantarse de ahí e irse a su casa.

—¿Son novios? — Lanzo la pregunta un poco confundida por la actitud tan indiferente de su mejor amiga al hablar de su ahora novio, si fuera ella a quien le estuvieran preguntando por Lucas, probablemente hubiera predicado un monologo de media hora en donde explicara las miles de razones por las que estaba feliz de ser novia de alguien como el ojiverde, aunque últimamente estuvieran un poco más alejados.