Capitulo 49

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En otro lugar de Nueva York, en una habitación de tonos azulados y con poster de jugadores de americano y beisbolistas, se encontraban dos mejores amigos de toda la vida que por ahora se encontraban sentados en diferentes partes de la habitación pero que aun así compartían una cercanía inigualable, casi como una hermandad.

—Hoy estuviste del asco en el partido de béisbol — dijo Zay sentándose en la cama de su amigo, jugueteando con una pequeña almohada en forma de pelota que el mismo le había regalado al rubio en uno de sus tantos cumpleaños.

—No estuve tan mal — reclamo el ojiverde, recordando lo duro que había sido el entrenamiento, aunque no podía ser de otra manera, después del día tan horrible que había tenido no esperaba que las cosas mejoraran así de repente.

—Fallaste todas las bolas, corriste a la base contraria y te caíste dos veces sin que nadie te empujara — Enumero el moreno con una sonrisa burlona en los labios, aunque en su mente trataba de descifrar que es lo que pasaba con su mejor amigo como para que se comportara así en un entrenamiento.

—Si bueno... tuve un día difícil, eso es todo — Explico el vaquero, recordando la conversación con su pequeña rubia y recordando la mirada tan desolada con la que la había visto por última vez en aquel armario. Su estómago se encogió y tuvo que hacer malabarismo para tragar saliva aun cuando su garganta se negaba a abrirse.

—Hablando de día difícil... Farkle y Maya ¿Enserio son novios? — Soltó de pronto el moreno sin prestar atención a la lucha que libraba su amigo.

—No — Respondió el rubio con la voz profunda, recordando lo estúpido que había sido el almuerzo y lo poco creíble que era el noviazgo de Maya.

—Pero ellos dijeron... — debatió Zay pero se vio interrumpido por el ojiverde.

—Se lo que dijeron, pero a Maya no le gusta Farkle, aunque de Farkle no sé si pueda decir lo mismo — Explico sintiendo una enorme carga de adrenalina en su torrente sanguíneo, de pronto quería echar a correr hasta la ventana de Maya y besarla hasta olvidarse de su propia existencia, pero no podía porque si lo hacía arrastraría al infierno a Riley, esa pequeña castaña que no había cometido ningún error y que no merecía mas engaños.

—¿Cómo lo sabes? — Pregunto desconcertado el moreno, dejando a un lado todas sus distracciones para fijar su mirada en su mejor amigo , esto merecía toda su atención.

—Porque Maya está enamorada de mi — Soltó el ojiverde, recordando cada uno de los momentos que había vivido a lado de ella, ¡Demonios!, ojala aquella vez en la cabaña de esquiar hubiera elegido mejor y justo ahora no estaría sufriendo como el gran idiota que era.

—No lose, quiero decir, es cierto que ella estaba enamorada de ti, pero tú más que nadie sabes que las cosas pueden cambiar y tal vez ella se haya enamorado de Farkle — Debatió el moreno, analizando todo lo que había pasado en el baile de Halloween y a pesar de todo había cosas que no le quedaban del todo claras.

—Ella no es novia de Farkle, está mintiendo... —Claro que mentía porque él la conocía tan bien que detectaba cuando era sincera y cuando no y en este caso no estaba siendo nada sincera, pero ya ni quiera tenía derecho de preguntarle porque mentía, el mismo se había quitado todo derecho sobre ella en el momento en que eligió seguir con Riley.

—Entonces ¿porque se besaron? — Su amigo se estaba volviendo loco de celos y por ello es que hablaba incoherencias, una cosa era su amor por Maya y otro el pensar que eso le daba derecho a saber todo sobre la vida de la pequeña ojiazul.

—¡Ella no lo beso! — Exclamo exasperado el ojiverde poniéndose de pie y tratando de regular su respiración, después de todo su mejor amigo no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo, él era el culpable de todo y debía asumir eso con valentía.

Genius Vs HuckleberryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora