Capitulo 60 (Final)

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Dispuesto a todo, Farkle echo una última mirada a sus padres, que atónitos permanecieron dentro del auto, pensando que después de todo esta batalla la tenía que librar solo su hijo y así fue como con una mirada, se giró y comenzó a caminar hacia lo profundo de la arboleda, consciente de que la rubia lo seguía, pero es que necesitaba mantener todo bajo control, pues escuchar a quien amas, decir que esta con otro es una tarea titánica. Por su parte la rubia caminaba con piernas temblorosas y escalofríos recorriéndole la espalda, imaginando lo difícil que sería explicarle a Farckle su decisión, en especial por la actitud que este estaba teniendo y no lo culpaba pues el tenia todo el derecho de estar enfadado e incluso cuestionarle su decisión.

Limitándose a seguir al castaño, cerró los ojos por unos segundos y rezo al cielo porque las cosas no se complicaran, pero como si la vida se burlara de su petición una gota de lluvia cayó en su frente y resbalo por ella hasta su mentón, genial no solo tenía que enfrentarse a su decisión sino que también le llovería a cantaros en medio del bosque, definitivamente hoy no era su día de suerte. De pronto el castaño detuvo sus pasos, aun dándole la espalda a la rubia, respiro profundo por última vez y giro sobre sus talones, entonces la miro ahí, tan preciosa y pálida como un ser inmortal, tan bella que maldijo un poco al idiota de Lucas por ser dueño de ella, ojala ambos se hicieran felices, pues lo merecían, con ese pensamiento en mente una sonrisa dolida e irónica se dibujó en sus labios, intrigando inmediatamente a su acompañante. 

—Farckle... —susurro, dando una bocanada de aire, asegurándose de que la palabras fluyeran de su interior, pero entonces el castaño negó con la cabeza y extendió su mano en señal de alto. 

—Es mi turno de hablar Maya— contó, captando toda su atención, dispuesto a dejar salir todo aquello que le atormentaba— Yo sé de qué quieres hablar conmigo, incluso se porque actuaste así en la autopista, pero déjame acláratelo Penélope— soltó con veneno, como si en cada palabra su furia le recorriera las venas— soy una persona con sentimientos, una persona a la que le late el corazón o al menos eso hacía y hasta yo tengo mis límites. No puedo sentarme a escuchar lo maravilloso que es Lucas, no quiero oírte decir cuanto lo amas, ni porque le perdonas cada jodida cosa que hace. No quiero verte a los ojos y encontrar ese brillo que tienen cuando hablas de él, no quiero verte sonrojada ante su simple recuerdo y mucho menos quiero verlos en la misma habitación mientras toda la química y el fuego que llevan dentro los consume—decía mientras la una ligera capa de llovizna los comenzaba a cubrir, como si el cielo llorar junto con el— No puedo , simplemente no puedo fingir que no te amé, porque aun lo hago y por ese mismo amor es que no puedo pararme aquí delante de ti con mi corazón hecho papilla y escuchar tus razones para elegirlo, ni mucho menos recibir tu lastima o tu compasión— concluyo, agradecido de que las gotas de lluvia cada vez fueran incrementando, pues así sus lágrimas se podrían camuflajear. 

—Lo que viste en el bosque... no es lo que piensas—trataba de explicar, con la voz ahogada en el discurso que el castaño le acababa de soltar. 

—¡DEJA DE MENTIRME! ¡JODER!, YO TE VI , YO ESTUVE AHÍ CUANDO DISCUTÍAS CON EL, TE VI GRITÁNDOLE A LA CARA, PERO TAMBIÉN TE VI MIRÁNDOLE A LOS OJOS, DESEÁNDOLE, TE VI TEMBLAR EN SUS BRAZOS Y TE VI UNIR TUS LABIOS A LOS DE EL, SI ES QUE MIENTO ENTONCES MÍRAME A LOS OJOS Y DIME QUE TU Y LUCAS NO SE BESARON, MIÉNTEME POR FAVOR, PERO PROCURA SER CONVINCENTE PORQUE INCLUSO ESTOY DISPUESTO A CREERTE, PORQUE TE QUIERO TANTO QUE SOY CAPAZ DE VENDARME LOS OJOS Y CAMINAR DIRECTITO AL ABISMO SI ASÍ LO QUIERES— Dijo con la garganta irritada y las lágrimas fluyendo aún más rápidas y grandes que las gotas de lluvia. 

—Tienes razón, ¡TIENES LA MALDITA BOCA LLENA DE RAZÓN, ¿CONTENTO?, SI LE BESE, LE CORRESPONDÍ POR UNOS SEGUNDO PERO TU NO SABES TODO LO QUE PASO DEPUÉS, PUES NO TE QUEDASTE AHÍ Y NO VISTE LO QUE EN REALIDAD SUCEDIÓ Y POR LO TANTO NO PUEDES OPINAR— Exploto también, dispuesta a contraatacar y discutir por horas si fuera necesario, aun cuando la ropa le comenzaba a pesar del agua de la lluvia que cada vez y con cada grito parecía incrementar. 

Genius Vs HuckleberryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora