Capitulo 54

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El silencio y la tranquilidad reinaban en su habitación, pues sus padres habían salido de compras y su pequeño hermano Auggie estaba con unos amigos de la escuela en una especie de cumpleaños, dejándola completamente a solas, cosa que agradecía, ya que desde su ruptura con Lucas, no hacia otra cosa más que pensar en lo difícil que era admitir la verdad pero también en lo libre que se sentía al saber que ya no cargaba con ese peso de inseguridad que le producía la relación tan falta de amor, pero eso no quería decir que todo había acabado, porque aún quedaba una necesaria pero incomoda charla con su mejor amiga, a quien después de año nuevo le había hablado poco, pero ahora la había citado en su habitación con la excusa de tener una emergencia de chicas, mentira que afortunadamente había creído la rubia, razón por la que había recibido un mensaje en donde le decía que ya estaba cerca de su casa.

Calmada y con la respiración un poco pesada, el pequeño rayo de Sol esperaba sentada en su ventana, jugueteando con los pliegues de su falda, pensando que estos se asemejaban a las olas del mar, imaginación muy infantil pero dulce en la castaña, que al estar tan entretenida en las historias de su mente no se dio cuenta en que momento su mejor amiga ingresaba por su ventana y tomaba asiento a su lado, no fue hasta que la rubia carraspeo un poco, obligando a Riley a reaccionar y alzar la mirada regalándole una tímida sonrisa a Maya que al igual que ella sonreía gustosa y un poco contrariada por la urgencia tan importante que la había llevado ahí.

—¿Hablando sola? — Pregunto la rubia a forma de saludo, pensando en lo tierna que era su mejor amiga cuando se perdía en sus pensamientos.

—Hola a ti también — Rio la castaña saliendo de su ensimismamiento y tratando de que su valentía y ánimos no la defraudaran en ese momento tan crucial.

—¿Sabes? cuándo me llamaste pensé que estabas mal — Dijo la rubia recordando lo mal que se escuchaba su amiga por teléfono — Pero ahora que te veo me equivoque... estas peor — Rio ligeramente, observando lo ojerosa y cansada que lucía su mejor amiga, casi podía apostar que dormía tan poco como ella misma.

—Termine con Lucas — Soltó de repente, procurando que sus preciosos ojos café no se llenaran de lágrimas, cosa que logro con éxito.

—Espera ¿Qué? — Pregunto desconcertada, pensando que sus oídos le jugaban una mala pasada, dejándola oír cosas que quizá su subconsciente deseaban pero que jamás serian reales.

—Termine con Lucas — Repitió de nuevo, procurando que cada silaba saliera de sus labios con especial énfasis, tratando de darles credibilidad tanto para ella como para la ojiazul.

—¿Cómo es eso posible? — Pregunto de nuevo la rubia, sintiendo como la cabeza comenzaba a girarle y un millón de suposiciones se comenzaban a formar.

—Bueno... — Trataba de explicar, levantándose de su asiento y caminado por su habitación de un extremo a otro, tratando de acomodar todo en su mente — Al parecer él está enamorado de alguien más — Sentencio, con una sonrisa melancólica en los labios, tratando de que su voz no se quebrara en el proceso.

—¿Qué? Te juro que hare papilla a ese estúpido vaquero ¿Tu como estas? — Dijo atragantándose con sus emociones, actuando como lo haría una mejor amiga en esa situación y dejando de lado la horrible punzada que escocia en su pecho al imaginar al ojiverde enamorado de alguien más.

—No voy a morir por eso peaches — Rio un poco, apreciando lo maravillosa que era su amiga a pesar de todo, pues estaba justo ahí preocupándose por ella, cuando por dentro probablemente agonizaba — Quizás este un poco triste pero más que nada porque Lucas nunca me dijo que no me veía de esa forma — explico, recordando la plática que había tenido con su ex novio.

Genius Vs HuckleberryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora