Capitulo 46

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Maya salió de aquella habitación tratando de verse lo más normal posible, aunque eso era casi imposible sobre todo para sus amigos que la conocían demasiado como para no sospechar que algo pasaba. Y más aún para un castaño que la conocía como la palma de su mano. Tomo aire sintiendo como sus pulmones reclamaban adoloridos la acción, camino por el pasillo y reconoció a lo lejos a sus amigos sentados en el banco de la escuela listos para entrar a clases. Enjuago las lágrimas que habían quedado atrapadas en su ojos y arreglo un poco su cabello , tratando de esbozar una pequeña sonrisa amistosa, aunque podía jurar que en realidad aquello era más bien una mueca horrorosa.

—Peaches! — exclamo una contenta castaña al ver a su amiga llegar aunque la emoción se le fue rápidamente al ver de cerca a su amiga — ¿Que te paso? ¿Este bien? — Pregunto preocupada, temiendo porque algo grave le ocurriera a Maya. No es que la apariencia a de ella fuera mejor , en realidad casi todos se veían mal, todos habían tenido un horrible fin de semana. Riley no recordaba mucho sobre lo que había pasado, lo último claro en su mente de la fiesta era que Charlie la había acompañado a casa y su padre al verla en ese estado prácticamente había querido asesinar al pobre chico quien en realidad no tenía la culpa. Corey no entendía como su hija había llegado a casa en ese estado y menos porque estaba con Charlie en vez de con sus amigos. Pero en fin eso no importaba porque de pronto su mente capto algo que no había entendido hasta el momento, los únicos ahí que parecían estar mal, eran Maya y Lucas, no mal en apariencia, no de hecho el que se llevaba el premio en esa categoría era Zay y su apariencia de recién levantado con lo que parecía ser su pijama de dormir, en cambio Maya y Lucas parecían ausentes, como si en realidad sus almas ya no estuvieran ahí, si no sus cuerpos, como si acabaran de sufrir tanto que hasta respiras los cansara ¿Qué se estaba sucediendo?

Riley ya tenía un tiempo observando el extraño comportamiento de los dos rubios. Por más inocente que fuera ella sabía que entre ellos pasaba algo, quizás siempre lo ha sabido pero nunca había querido aceptarlo, pero últimamente eso se le hacía cada vez más difícil. Lo peor es que todos se daban cuenta de que algo pasaba pero nadie se atrevía a decirlo en voz alta, quizás porque entonces se volvería demasiado real , aun así la castaña seguía esperando a que Maya se acercara a ella y le confesara lo que ella ya sabía. Quería que le dijera si amaba a Lucas o no, quería que le dijera que pasaba cuando ambos se quedaban callados mirándose como si nada más existiera, quería saber si porque ambos sufrían constantes cambios de humor, quería que simplemente todo se admitiera, pero en voz alta, no entre murmullos, ni entre voces, quería oírlo, aun cuando eso la lastimara, pero también quería oír a Lucas, quería porque ya no la miraba como antes, porque sus labios sabían diferentes, porque su tacto era ausente y helado, porque sus ojos se perdían en una cabellera rubia y no en una castaña tan solo quería entender, buscaba alguna explicación pero lo único que encontraba era verdades a medias y mentiras ya usadas.

Cualquier persona pensaría que Riley debía estar molesta con pero no era así. Ella misma le había dicho a su amiga que necesitaba sentir lo que sea que sintiera y luchar por ello. Claro que nunca imagino que iban a llegar hasta ese punto en el ni siquiera podían estar en la misma habitación por más de un rato porque todo se volvía incómodo y demasiado silencioso. También sabía que algo había sucedido entre su amiga y su novio el viernes en la fiesta de Halloween, tan solo tenía que verlos para darse cuenta de que algo estaba mal con ellos. Sin embargo no entendía muy bien que es lo que sucedía, pero pronto lo descubriría.

—¿Estas bien? — Pregunto de nuevo el pequeño rayo de Sol, buscando desesperadamente la mirada de su mejor amiga, que se empeñaba en mantenerla oculta entre sus hermosas pestañas, como si en realidad no quisiera abrir los ojos en su totalidad.

—Claro — Contesto la ojiazul, forzándose a regalarle una pequeña sonrisa, que lamentablemente no salió como esperaba y termino por ser una línea recta en los labios de la rubia.

Genius Vs HuckleberryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora