Sola

3.

— está bien... — dijo serio.

— ¿para cuando la quieres? — preguntó mi hermano.

¿De que están hablando?

— mañana en la mañana la quiero con todas sus cosas listas — dijo levantándose.

No entiendo.

Se acercó a mí y empezó a darme vueltas, me acariciaba y me olía el cabello.

— mmm... — me susurró al oído.

— bien, tienes que firmar — dijo mi hermano.

— de-de que... — quise decir.

— cállate — dijo mi hermano y yo baje mi mirada.

Los otros dos me miraban con lujuria.

— Mike, ¿ podemos despedirnos de buena forma de Mía? — preguntó Harry.

Él asintió.

Otra vez...

— no, no... — dije llorando.

Me agarraron de los brazos entre los dos.

— s-soltadme!! — grite.

El de negro me miraba.

— ¿es muy difícil, no? — dijo ese hombre misterioso.

— no, con solo darle una paliza se tranquiliza — dijo mi hermano.

Yo me intentaba alejar de los chicos.

— por favor... — dije y me solté fuertemente.

Quería subir las escaleras pero mi hermano me agarro de la cintura y me golpeó la cara.

Me puse la mano en cara por el dolor y empecé a llorar.

— e-eres un i-imbecil — dije llorando.

Me agarro del cabello.

— ¿que has dicho zorra? — dijo.

Lo empuje.

— ¿¡ te crees más hombre por golpear a una mujer, por hacerme vivir un infierno!? Que sepas que nuestros padres estarán avergonzados de tener un hijo a sin, un maltratador, un violador...y encima a tu propia hermana — dije llorando.

¿Como pude decir eso?

— ¡tú eres la culpable de la muerte de mis padres! Eres una zorra, un estorbo para mi, solo sirves para hacerme la comida y ni eso sabes —

Se me cayeron todas las lágrimas, resbalando por mis mejillas moradas de los golpes,

— chicos, hacer lo que tenéis que hacer — dijo serio.

Me cogieron de nuevo, ya no tenía fuerzas y me deje llevar.

[...]

Me dejaron tirada en el piso, llena de sangre y de moretones...ya no siento nada, ya no me duele nada, estoy acostumbrada...