Narra Mía.
Estaba sentada en la sala viendo una película que me fascinaba, era romántica.
Iba por la mitad de la película cuando escucho un portazo.
— ¡Mía! — oí llamarme james.
Entró a la sala algo furioso.
— ¿que pasa? — pregunté confundida.
— ¿¡por que me mientes!? ¿¡Solo quieres sepárame de Ana?! — gritó.
De que habla...yo no mentí en ningún momento.
—¿de que hablas james? En ningún momento quisiera mentirte en algo a si —
— ¡te pido que no te metas en mi relación con Ana y nos deje estar juntos! — gritó.
— ¡james yo no me meto en tu relación con nadie, solo escuche eso y no quiero nada malo para ti! — grité con los ojos llorosos.
— cállate y lárgate —
Cayeron lágrimas de mis ojos y me fui escaleras arriba.
Me encerré en mí habitación y me tiré a la cama boca abajo para llorar.
Lloro por la forma en la que me gritó, el no me gritaba a si desde hace mucho tiempo.
No me puedo creer que él no me crea, jamás sería capaz de mentirle en algo a si...seguramente Ana con sus encantos le habrá echo creer lo contrario.
Cerré los ojos y me quede dormiría mientras lloraba.
[...]
Sentí como alguien me llamaba y me movía el hombro.
Abrí los ojos y ahí estaba Fernanda.
— Mía, es hora de cenar — susurro.
— no quiero cenar... — dije y giré mi cabeza para no mirarla y cerrar los ojos.
— linda, son ordenes del señor, debes de bajar — dijo.
— Fernanda, de verdad no me apetece —
Ella me miró algo apenada.
— ¿es por lo de antes verdad? — preguntó.
Asentí.
— el no me cree y me gritó de una forma muy desagradable — dije y callo una lágrima de mi ojo.
Ella comenzó a acariciar mi cabello.
— mi niña...yo sé que Ana... — dijo pero se vio interrumpida.
— ¿por que tanto la tardanza? — preguntó james en la puerta.
No me apetecía ni mirarlo a la cara, solo miraba a Fernanda.
— es que...a la señorita no le aparece cenar — dijo Fernanda.
Él entró a la habitación.
— retírate Fernanda — ordenó el y Fernanda se fue.
El se acercó a mi cama y yo giré mi cabeza para no verle.
Sentí como el colchón de hundía.
— Mía tampoco es para que te pongas a si, esas cosas son asuntos míos — dijo el.
— me gritaste... — susurre.
— esa no era mi intención — dijo.
Me senté en la cama directamente.
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Sola
RomanceTodos los días es un infierno para Mía; su hermano mayor, Mike, era el causante de todas sus lágrimas, todas las heridas que Mía tiene en su pálida y suave piel. Mike decide dar a su hermana a un conocido por su poder, su seriedad, su fría manera de...