9.

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Narra Mía.

Sentí agua muy fría caer en mi rostro mojándome entera.

— ¡levántate! — gritó Fernanda.

Empecé a toser echando el agua de mi nariz hacia afuera.

Podría haber otra forma de levantarme...

Me puse el conjunto de deporte de mi instituto y me dirigí hacia arriba para que el señor me llevara.

Me subió como siempre el gorila (vigilante) llevándome al comedor donde se encontraba el señor desayunando.

Me moría por desayunar...

— vamos — dijo el señor dirigiéndose al auto.

Nos subimos y fuimos rumbo al instituto.

— te queda muy bien el uniforme del instituto — dijo aspirando de su cigarro.

¿ que debería de decir?

— g-gracias...— dije.

Se me ha echo de costumbre tartamudear, siempre lo hago con gente a la que le tengo mucho miedo...y todo el mundo me da miedo...

Llegué y me baje, pero una mano en mi cabello me interrumpió.

— pórtate bien — susurro en mi oído.

Salí y me dirigí al interior del instituto.

Cogí mis cosas del casillero y me dirigí a clases de historia.

Me senté como siempre sola y al final de la clase, en donde se consideraba el lugar de los marginados, nerds, estupidos... y más cosas.

Vi el grupo de chicos que siempre me lanzan papales en bola en la que ponen insultos desagradables.

— hola...anorexica... —dijo el lider del grupo.

Todos se rieron y me sentí con mucha vergüenza.

De verdad era delgada, y mas ahora que cuando estaba con Mike, mi hermano. Era porque con Mike comía muy poca cantidad al día y ahora no como casi nunca y me estoy poniendo muy flacucha.

— buenos días  — saludó la maestra vieja de siempre, la maestra típica que tiene manía a todos los alumnos y pone exámenes sorpresas a cada rato.

Iniciamos las clases con el tema de la 2 guerra mundial, era interesante lo que contaba la maestra...creo que por eso me decían nerd, porque la historia me interesaba.

— bueno  es la hora de que termine la clase y os anuncio de que mañana tenemos examen —

— noo — todo el mundo decía.

[...]

Era la hora de ir al gimnasio del instituto.

Hoy no vi a las chicas que hacen de mi un infierno...me alegra que no las vea.

La hora de educación física también me tocaba coincidir con los chicos del equipo de rugby.

Espere sentada en los banquillos hasta que viniera el maestro Paul.

— Hola chicos, hoy entrenaremos el voleibol, a sin que habrá dos capitanes, una chica y un chico que elija a su grupo — hizo una pausa — bien, quien quiere ser capitán — preguntó.

Todos levantaron las manos menos yo, porque no sabría a quién elegir.

— bien, Lukas y...Alice — eligió.

Lukas es el capitán del grupo de rugby, cuando entre a este instituto por primera vez con 15 años me enamore a primera vista...pero desde que me arrebataron mi virginidad, cuando mi hermano empezó a ser un monstruo sentí miedo, asco hacia los hombres... sé que todos no tienen la culpa pero mi cuerpo reacciona a sin.

Todos empezaron a elegir a sus integrantes, y como siempre yo era invisible nadie me elegía nunca y siempre era la última.

Hasta que me toco con Alice.

Nos dividimos en dos y empezamos a jugar.

Nadie me la pasaba hasta que deje de seguir a la pelota.

— ¡Mía! — escuché el grito del maestro y de repente un fuerte golpe de la pelota a mi cara.

— ¡AH! — grite del dolor y me tape la cara.

— ¿¡eres estúpida o que?! ¡Por tu culpa perdimos! — gritó enojada.

Me levante y fui rápidamente al baño.

Me mire al espejo y tenía todo mi ojo derecho color morado.

Me eche agua fría para calmar el dolor...

Pensé en que nadie vino y se inclinara hacia mí para preguntar si estoy bien...

Salí del baño dirigiéndome al gimnasio de nuevo.

Todos jugaban normal y yo me senté en el banquillo esperando a que termine la clase.

— necesitas ir a enfermería — escuche una voz masculina.

Vi de quien se trataba, y era un chico al que nunca vi en el instituto, era alto, piel blanca, pelo castaño, ojos marrones...era lindo pero seria mejor no hablar con el.

— no es necesario, p-pero gracia... — dije acariciando mi ojo.

— ¿como te llamas? — preguntó.

— Mía — dije.

— encantado, soy Ian — sonrió y yo sonreí difícilmente. No estaba acostumbrada a hacerlo y me costaba.

Sonó el timbre y me dirigí a las siguientes clases.

[...]

Todos me miraban el rostro mientras salía del instituto y me sentía pequeña por sus miradas.

— ey Mía — escuche la voz de Lukas.

Intente evitarlo a él y a su grupo pero estaban frente a mí y no podía.

— wow! Menudo ojo te he dejado...sigues igual de linda, no te preocupes — dijo con ironía y todos rieron.

Me fui y me monté encontrándome con el gorila en vez de el señor.

— uuu... — dijo mirando mi ojo.

[...]

Llegamos a la gran casa y fui a mi habitación.

[...]

Estaba en el despacho de el señor ya que me llamo para decirme que vendrá gente en la noche y que no molestase...nunca lo hacía...

— ¿que te ha pasado en el ojo? — dijo el señor ordenando sus papeles.

— m-me dieron un golpe jugando a-al...voleibol — dije.

— eres un desastre...— dijo negando.

Lo se...

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora