No quiero abrir los ojos; todo se volverá a repetir...despertar, ser ignorada, miradas de asco, golpes, quedar inconsciente y despertar...
Abro los ojos lentamente y aparezco en la triste habitación, estaba en mangas cortas y vi mis brazos estaban llenos de golpes morados.
Quería levantarme de esa incómoda cama pero los golpes no me dejaban de mover ni un solo músculo.
— eso es lo que pasa al ser una chica sin modales — escuche la voz del señor.
Giré mi vista y estaba sentado en un sillón.
— espero que después de esto seas una chica obediente y que hagas todo lo que yo te diga — dijo.
Narra James.Se veía muy mal, todo su cuerpo estaba repleto de golpes, sus pálidas piernas marcadas, se lo merece.
No me gusta que me desobedezcan y menos una chica, una simple chica.
—espero que después de esto seas una chica obediente y que hagas caso a todo lo que te diga — dije.
Note como se le cristalizaban los ojos.
Ella miraba hacia el techo, sus manos temblaban del terror que sentía.
— n-no volverá a-a pasar — la oí decir susurrando.
Asentí.
— levántate de ahí y date un baño, lo necesitas...te ves horrorosa — dije.
Vi como intentaba levantarse pero todos sus golpes se lo impedían.
Me levanté y la agarré del brazo para levantarla; pesaba como una pluma, era una chica muy delgada.
Se tensó al tocarla.
— G-gracias —
Estaba cerca de mí y pude apreciar mejor su rostro; era una joven pálida, unos labios finos y rojos, unos bellos ojos castaños, su lacio y largo pelo castaño alborotado.
Comenzó a andar cojeando hacia el baño, mirando sus pies.
Quiero esperarla y hacerla mia...pero esperare a que cure sus heridas.
Oí sollozos en el baño, era ella.
— todo es mi culpa...me lo merezco... — dijo llorando.
Al menos admite que es su culpa.
Salí de la habitación y me dirigí a la cocina.
— llévenle algo de comer — dije a una sirvienta.
Hoy era sábado y organicé una cena de empresa.
Voy a mi despacho y reviso los invitados que vendrán a la cena.
— Michael, Jon, Tailor, Daniel, Armin, Williams, Ernando, Tom, Elias, Pedro, Ashton, Iñaqui, Nathaniel, Ethan... —
Ellos eran los chicos que trabajaban para mi.
Soy narcotraficante y eso me resolvió la vida al ver que mi familia caía en la miseria. Algunos de mis chicos tienen otros negocios como ventas de chicas en subastas. Yo me dedicaba al tráfico de armas y de droga.
Pase fichas y vi la información del hermano de Mía, era un miserable y caía en la pobreza, por eso le compré a Mía, porque un gran amigo me dijo que su amigo caía en la pobreza y que le comprara a su hermana, también me pareció linda y la compré.
Necesitaba a una mujer para satisfacer mis necesidades; no soy de relaciones ni mucho menos, a todas las acabo dejando porque me aburren. La última fue Rose, la compré en una subasta, al cabo de 2 meses la devolví a Williams que es el que me la devolvió.
Llegó la hora de ir a la cena.
[...]
— Buenas señor James — saludaron todos mis trabajadores.
Me fijé en que algunos traían a mujeres de sus brazos.
Vi a Williams que iba con dos chicas en cada lado; una era rubia y alta, y la otra era Rose.
Su mirada se concentró en la mia y me sonrió de manera seductora; quite la mirada y me concentre en lo que charlaban mis amigos.
— desde que recibimos la mercancía G7, todo nos va mejor que antes — dijo Armin.
— pronto tendremos una mercancía igual — dije bebiendo de mi champán.
Estuvimos hablando y subí al baño.
Me mire al espejo y vi la pequeña brecha de mi lado lateral de la frente, me lo hizo mi padre cuando tenía 13 años...nunca se me olvidara aquel día que...
Sentí como me acariciaban mis espaldas.
Era Rose.
— ¿que quieres ahora? — dije apartándola de mi.
— te quiero a ti señor... — susurró aspirando mi cuello.
La agarre de sus muñecas y la estampé a la pared; ella soltó una carcajada.
— ssshh, nos escucharán — dije — ¿no te das cuenta que ya no me interesas? —
— ¿y tú no extrañas como estábamos gimiendo de placer, retorciéndonos en la cama...? — dijo mirándome los labios.
— eso son cosas del pasado Rose, ya no me interesas — dije.
La solté y me dirigí a la puerta para irme.
— ¿es porque ya tienes a otras? — dijo.
Me paré y me giré; no la respondí y me fui.
— ¡te juro que averiguaré quien será y la matare! — la oí gritar.
Sonrió al ver como se muere por mi.
Bajo a cenar y a tomar.
[...]
Llego a casa y me dirijo directamente a mi habitación, me doy un baño relajante y me voy a dormir ya que estoy un poco mareado de lo que bebí.
...
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Sola
RomanceTodos los días es un infierno para Mía; su hermano mayor, Mike, era el causante de todas sus lágrimas, todas las heridas que Mía tiene en su pálida y suave piel. Mike decide dar a su hermana a un conocido por su poder, su seriedad, su fría manera de...