12.

28.1K 1.2K 36
                                    

Narra james

Mía me pidió permiso para el baño y fue. Se estaba portando bien y eso tendrá su recompensa.

Estuve hablando con mi gran amigo Archi, es mi mejor amigo desde los 11 años y me alegra mucho verlo después de 1 años que él estuvo en Italia por negocios.

— ¿y que tal tus padres? — me preguntó.

— bueno, siguen en Alemania viviendo, mi padre está cayendo ya en la vejez por sus enfermedades y todo eso...ya sabes, ley de vida — dije.

— lo lamento... — dijo.

Noté que Mía tardaba mucho...como se le haya ocurrido escapar soy capaz de dejarla inconsciente.

— iré a buscar a Mía — dije y él asintió.

Fui rápidamente al baño de chicas y oí voces femeninas, una de Mía y la otra de ¿Rose? No puede ser.

— ¿perdona? — dijo Mía.

— si, eres la nueva muñeca, putita o como quieras llamarle, de el señor — dijo Rose.

— e-e te equivocas, solo soy su a-acompañante — dijo con miedo, de la misma forma en la que ella me habla.

— me encargaré de que desaparezcas de su vida, aunque lo hará el cuando se canse de un mueble como tú — oí reírse.

— será mejor que me vaya...— dijo.

Vi que Rose la agarro del brazo y la empujó.

Me despiste por una pareja que pasaba y cuando volví mi mirada a ellas vi que se peleaban.

Mía solo se cubría y Rose era la que se encargaba de golpearla.

Entre rápidamente.

— ¡Ey! — grité.

Comencé a separarlas, cogía a Rose de la cintura y la separé.

— ¡tú, vete al auto! — le grite a Mía.

Me miro con miedo y se fue.

Solté a Rose y ella sonrió.

— no quiero que te acerques más a mi o a lo que tenga que ver conmigo — le dije de manera amenazadora.

— ooo...señor ¿crees que te haré caso? — dijo riéndose.

Me estaba cabreando.

— lo harás — dije furioso.

— ¿o sino que, me castigaras fo.llandome o azotándome? —

Negué.

— te volaré la cabeza de un disparo — dije poniendo mi mano en forma de pistola en su cabeza.

Se encogió y me fui.

Salí de la puerta de la mansión y vi a Mía esperando en la puerta con su precioso pelo al vuelo.

La agarre del brazo fuertemente y la lleve de camino al auto.

— s-señor, ¿que le pasa? — preguntó.

La cogí de los dos brazos y la estampé contra el auto negro.

— ¿¡que que me pasa?! — la grite a 5 centímetros de su cara.

Sus ojos se aguaron y temblaba.

— hiciste dos cosas que no me gustaron nada, y ahora te subirás al coche y pensarás en lo que has echo hasta llegar a casa, y ahí me dirás lo que has echo — dije mientras soltaba humo blanco por la boca de la humedad.

Ella asintió con terror y la metí en el coche.

Narra Mía

Dios que he echo...

Todo iba bien hasta que lo estropeé, siempre he sido un desastre...

Aún no se lo que hice pero sé que es mi culpa.

El señor nunca me ha golpeado como lo hizo mi hermano y sus amigos, el solo me agarraba del cabello y me azotaba...pero creo que al llegar a casa me golpeara.

Tengo tanto miedo...

Él conducía rápido y me aterraba, pero sería mejor que no hable.

[...]

Me empujo al interior de la casa y me miro de manera amenazadora.

— venga, dime tus errores — dijo sacándose la correa.

Yo me echaba hacia atrás mientras él se acercaba, hasta que choque con la pared.

— n-no l-lo se... — dije con miedo.

Soltó una carcajada.

Me dio un latigazo con la correa en las piernas ya que mi vestido estaba subido.

— ¡AH! — grité.

Me llevé la mano a la zona afectada y el me golpeó en la otra pierna.

— ¿¡aún no lo sabes zorra?! —

— basta... — dije sollozando.

— tienes razón, no quiero fo.llarte mientras estás toda marcada — dijo y tiro el cinturón.

Me levantó y me subió el vestido.

— nono señor — dije alejándome.

— quieta — dijo inmovilizándome.

Se bajo los pantalones y me subió encima de la encimara mientras me bajaba las bragas.

Lloraba pero el me tapaba la boca.

Me asfixiaba.

Sentí su miembro entrar fuertemente.

Me embestía fuertemente...y como siempre me dolía horrores.

Me seguía asfixiando, se lo intentaba decir pero me tenía inmovilizada por pies, manos y boca.

Sacó su miembro después de no sé cuántas embestidas y sentí un líquido caer por mis piernas.

O no...

Me dejo libre y sentía como no podía gritar...solo respiraba fuertemente para recuperar el pulso.

— levántate — oí decir.

Me levanté y lo vi con dificultad encendiéndose un cigarro.

— vete a tu habitación — dijo frío.

Al dar un paso caí al suelo y todo se volvió negro.

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora