4.

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Me levante del suelo y observe toda la extraña habitación, que no se si llamarla habitación.

Tengo miedo a lo que vaya a vivir aquí...

Me senté en la cama y me tapé con la fina sabana.

Miraba la pared y comencé a llorar...me dolían los ojos de llorar, los tenía demasiados hinchados...casi siempre los tenía a sin de llorar todas las noches antes de dormir.

Me tumbe y me tape con la fina sabana.

[...]

Me levante al sentir como me tiraban agua fría en la cara.

Me limpié los ojos, era una señora de unos 30 años, delgada, pelirroja.

La miré extrañada.

— en esta casa se levanta temprano — dijo seria.

Me cogió del brazo y me levanto clavando sus uñas en mi brazo.

Me queje.

— mira como te ves, pareces una cerda —

Me miro con mala cara mirando de arriba hacia abajo.

Estaba con mi ropa rota y con sangre, mi rostro estaba dañado y se veía muy feo.

— dijo el señor que se prepare para la escuela, dese prisa porque al señor no le gusta esperar — dijo — cuando estes lista toca la puerta—

Pensaba que estaba soñando.

Me acariciaba mi brazo por el dolor que me causa aquella señora con sus largas uñas.

Me di prisa y me vestí con unos jeans oscuros y una blusa larga para tapar las heridas.

Cogí mi mochila con pocos libros ya que Mike no me los compra y toque la puerta. Un hombre grande la abrió y me guió a la sala principal donde estaba el señor muy enojado.

— si Fernanda te despertó a las 7:00 ¿por que has tardado tanto? — dijo furioso.

Ella no me despertó a esa hora.

Mejor miento para no meterme en problemas con mas gente.

— l-lo siento s-señor — dije susurrando y mirando al suelo.

— que no se vuelva a repetir — dijo más furioso.

El comenzó a andar y el guardia me agarro del brazo fuertemente llevándome detrás de el.

Me apretaba tan fuerte que no me llegaba la sangre al brazo y se me dormía, no sé si soy débil y exagero pero me está dando mucho dolor.

Me subieron de copiloto y el señor de piloto.

Al menos ahora no tendría que ir andando.

— ¿te faltan materiales escolares? — preguntó.

— s-si — dije temblorosa por escuchar su voz y por su cercanía.

— ¿eres estudiosa? — preguntó.

— se m-me dan b-bien — susurre.

Asintió.

[...]

Llegamos a la escuela y baje, todos me miraban por ver que yo bajaba de un coche tan lujoso.

Me adentre directamente a mi casillero.

De repente sentí como daban un golpe en mi casillero cerrándolo.

— hola zorra — dijo una de las chicas populares. — ¿ como es que bajaste de un coche tan lujoso? — preguntó — ¿era un cliente? — dijo y todas rieron.

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora