37.

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Me quede un rato más escuchando la conversación.

— hay una chica en su casa que se llama Mía, tengo que hacerla desaparecer o si no me fastidiará todo el plan — dijo.

¿Que me hará desaparecer?

— si es una estupida, ella cree que james la quiere pero es un mueble más en casa —

Nunca pensé que fuese tan mala esta tipa.

— bueno te dejo prima, conseguiré más cositas —

Al oír que dijo eso me aparte rápido y me fui corriendo en silencio hasta mi habitación.

Estaba en shock, pensé que ella quería a james.

¿Y si james está enamorada de ella?

Salí de mi habitación en busca de james.

Lo busqué por toda la casa pero no estaba hasta que llegue a la entrada de la casa.

Ahí estaba el con ella.

— james — lo llame.

— ¿pasa algo Mía? — preguntó.

— necesito hablar contigo — dije disimulando estar tranquila.

— ahora mismo saldré con Ana, si quieres cuando vuelva hablamos — dijo.

Asentí y vi como el se giraba pero Mía me sonreía. Será imbecil.

Deseaba que el regrese temprano para que sepa de todo este engaño.

Se que yo odio a la mayoría de los hombres que hay en el planeta por lo que me paso, pero también hay algunas mujeres que son unas arpias.

Estaba aburrida en la casa, se que ahora james no le molesta que salga, pero no tengo con quien salir.

Betty no está e Ian estará liado con sus amigos.

Me dirijo a coger mi móvil para entretenerme un rato.

Veo como en algunas redes sociales me comienzan a seguir gente que se encontraba en la fiesta de Ian.

Sonreí y subí una foto mía en la piscina de la casa para que mi perfil no quede tan soso.

MENSAJE DE IAN.

Ian: hola Mía! El viernes saldremos al cine con todos los chicos ¿te parece venir?

Y respondí.

Yo: lo consultaré, gracias por avisarme!

Dejé mi celular y me dirigí al jardín.

Me senté en un banco que había de piedras y a ver todas las flores que habían.

Me sentía tan aburrida pero a la vez relajada.

De repente sentí una presencia a mi lado, me giré y vi a Fernanda.

Su rostro era deferente de como siempre la veía.

— ee...¿pasa algo? — pregunté.

Ella miró al suelo y luego me miró a mi.

— quiero pedirte disculpas — susurro.

— ee... — no sabía que decir.

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora