Sola

40.

Esto del spa era genial, nunca antes fui a uno.

— ¿que tal te lo pasaste en tu viaje? — pregunté a Betty mientras dos chicas nos hacían unos masajes en la espalda que se me caía la baba.

— ¡fue genial! — gritó sonriendo — Europa es preciosa, la gente es muy amable aunque estén siempre en lo suyo, todo tiene un precio genial — suspiro — me encantaría vivir en España o en Alemania con Archi —

Se le veía más que encantada.

— me alegra de que te haya encantado — sonreí — nunca salí de aquí y de lo que me cuentas pues las ganas de ir es inmensa —

— ¿enserio? — preguntó — háblale a james —

— el planeó un viaje pero me da algo de miedo —

Ella río.

Entramos a una piscina con un raro líquido espeso de color gris y nos pusieron dos rodajas de pepino en los ojos.

¿Esto para que sirve?

— ¿a que lugares te gustaría viajar? —

Pensé.

— pues argentina, Italia, españa, alguna isla preciosa... —

Ella no respondió y nos relajamos.

Al pensar que estábamos en un baño de algo gris pensé en que era cemento y que nos quedaríamos aquí para siempre, pero preferí relajarme ya que se sentía genial.

[...]

Llegue a casa ya que Betty me trajo y nos despedimos con un fuerte abrazo.

— gracias por lo de hoy amiga — agradecí.

— no es nada tonta, nos espera muchas cosas más juntas — dijo emocionada.

Sonreí y salí del coche.

Entre a casa y veía a Fernanda cocinando algo que olía de lujo.

— hola Fernanda — salude.

— hola linda — respondió.

— ¿que cocinas? Es que se me cae la baba — susurre en lo último.

Ella río.

— la lasaña de carne —

— ¿enserio? —

Me extrañé ya que en esta casa solo se cocina comida sana y nada de grasas ni tonterías.

— lo se — ella río — el señor me dictó una nueva regla y es que los viernes se come este tipo de comida, por ti —

Sonreí ya que está comida me flipa, y ahora que lo pienso llevo tiempo sin probar una pizza, una hamburguesa.

— me muero de ganas por comer un trozo — dije y fui corriendo a mi habitación para dejar mi bolsa y bajar.

Al llegar a la sala vi a james tomando un vaso de agua.

— hola james — salude.

El dejó el vaso y sonrió cogiendo de mi cabeza para apoyarla en su pecho y darle un ligero beso.

— ¿como te lo has pasado con Betty? — preguntó.

— genial, hicimos un montón de cosas — dije contenta — nos hicieron un masaje espectacular, nos pintaron las uñas mientras nos hacían un masaje en la cara, nos metimos en una piscina algo rara...y más cosas —

El acarició mi rostro.

— ya decía que tu rostro estaba realmente suave — dijo.