Maraton 3/3

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Al día siguiente llevé a Ana a su departamento; esta semana me esperan muchas cosas que hacer.

Llegue a casa y vi a Mía en el borde de la piscina con sus pies sumergidos, estaba tranquila moviendo sus piernas en el agua mientras las miraba.

Me acerqué y noté que estaba cantando una melodía.

Mis oídos disfrutaban de su voz, era dulce y relajante.

Ella noto mi presencia y se levantó rápidamente.

— ee...hola — saludó ella sonriendo.

Otra vez su sonrisa...

— hola Mía — salude.

— ¿necesitas algo? — preguntó ella algo nerviosa.

— no, solo vine a verte — dije y me acerqué un poco a ella.

Ella se ruborizó un poco y miró al suelo.

— te noto algo distinta conmigo — le susurre.

— y-yo sigo igual que siempre — dijo nerviosa.

— mientes — hice una pausa — estás nerviosa, eso me dice que mientes — dije y sonreí.

— tal vez tengas razón señor — dijo.

[...]

Narra Mía.

Estaba sacando los libros de mi taquilla para la penúltima hora de clase cuando de repente noto como alguien está detrás de mi.

Me giró y veo a Ian.

Intente ignorarlo, no quiero que él sufra las consecuencias por parte del señor por mi culpa.

Llego desde que volví al instituto ignorándolo.

— Mía — me llamó.

Yo seguí mi camino pero él me agarró del brazo y me llevo a una biblioteca que casi nunca entraba nadie.

— estoy arto de que me ignores — dijo.

Yo trataba de quitarle la mirada.

— ¿Mía, hice algo malo, que te molestase? — preguntó triste.

Negué.

— ¿entonces? — preguntó de nuevo.

Giré mi rostro y el me cogió del rostro con sus dos manos pera mirarle a los ojos.

— Ian, no es nada, solo que quiero estar sola, como siempre estuve — decidí hablar.

— se que no es eso — dijo serio quitando sus manos de mi cara.

Bufé, estaba agobiada.

— ¿algún día conseguirás contármelo? — preguntó.

Elevé mis hombros.

— Mía, por favor, quiero pasar rato contigo, me gusta estar contigo, no me gusta verte sola y menos que esos tíos te molesten — dijo — ¿que no entiendes? — preguntó.

— cuando sepas de lo mío, ya me entenderás tú a mí Ian — susurre.

El se acercó y me abrazo muy fuerte.

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora