Narra Mía.
Al entrar a clases lo único que hice es sentarme y pensar en lo que estará haciendo ahora mismo.
— ¡buenos días chicos! — saludó la señorita de literatura.
— buenos días — todos saludamos cansados.
— como hoy es el penúltimo día de clases pues no haremos nada ya que no hay nada que hacer, haced lo que queráis pero sin hacer ruido — anuncio y todos se alegraron.
De repente todos los grupos de amigos se ajuntaron quedando yo sola como siempre.
Decidí abrir mi cuaderno y hacer garabatos.
Pasaron segundos y levanté la vista al ver que sofie y Lucas no estaban y veía como sus grupitos se miraban entre ellos confundidos.
— Mía — oí la voz de Ian.
Lo mire y el me sonreía mientras arrastraba su silla hacia mí para sentarse.
— hola Ian — salude.
— ¿que tal estás? —
— muy bien, ¿y tú? — respondí.
— bien, aunque...aún sigo preocupado por lo de la otra vez — hizo una pausa — ¿fuiste a la policía? —
— si, si fui — mentí — olvídalo, eso le puede pasar a cualquiera — dije.
El me miró sonriendo y asintió.
— como mañana acaba el instituto haré una fiesta en mi casa el fin de semana para celebrar que al fin acabo el infierno — dijo y río.
— ni que lo digas...llevo deseando que este día llegase — reímos — no sé aún si podré ir...pero lo intentaré —
No se si ir ya que nunca fui a una fiesta, aparte...no se que pensará James.
— bueno me avisas por un mensaje a mi correo — dijo.
Cogió un boli y un papel para escribirme su correo electrónico.
Asentí y tocó el timbre para ir al gimnasio.
[...]
Acabo la jornada y era extraño que sofie y Lucas
Llegue a casa y fui directamente a buscar a james.Recorrí la casa hasta llegar a un pequeño gimnasio que no sabía ni que existía.
Oía una respiración agitada y sabía que era la de james ya que me asomé y vi como cogía una pesas gigantes.
Su torso estaba descubierto y dejaba ver todos sus tatuajes y el sudor bajar por sus trabajados músculos...¡Mía!
— james — lo llame algo vergonzosa.
Dejo las pesas y se acercó mientras se secaba con una toalla.
— vi que sofie y Lucas no entraron al instituto durante todo el día. —
— tranquila, no les hice nada a ese par de niños, solo les amenacé —
Asentí.
Él volvió a girarse para coger sus pesas pero necesitaba decirle algo.
— espera —
El se giró hacia a mi.
— ¿si? — preguntó.
Estaba nerviosa y no sabía cómo decírselo... no era lo de la fiesta, eso se lo diré más tarde.
— prefiero que te enteres por mí y no por tus hombres... y— no sabía como seguir.
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Sola
RomanceTodos los días es un infierno para Mía; su hermano mayor, Mike, era el causante de todas sus lágrimas, todas las heridas que Mía tiene en su pálida y suave piel. Mike decide dar a su hermana a un conocido por su poder, su seriedad, su fría manera de...