39.

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Vi como Ana llamaba por el teléfono de la oficina a Stefan.

— estará aquí dentro de 20 minutos cariño —

Asentí y le sonreí.

Había una pequeña habitación llena de plasmas que están conectadas con las cámaras de mi oficina...ahí sabré la verdad o quizás no.

Pasaron los 20 minutos y observé por el gran ventanal la ciudad esperando a Stefan.

En realidad estaba nervioso, siento cariño por Ana quiera o no y no me gustaría ver lo que me estoy imaginando.

Alguien tocó la puerta.

— amor, ya está aquí — susurro.

— dile que pase — susurre yo también.

Ella sonrió y cerró la puerta.

— pase señor Stefan — se oyó a ella.

— gracias linda — oí a Stefan.

Seguro Ana estará saltando de la emoción por ese piropo.

Tocaron mi puerta.

— adelante —

Se abrió la puerta y se dejó ver a Stefan muy bien presentable.

— buenos días señor james — me extendió las mano y se la acepté.

Nos sentamos y comenzamos a hablar sobre lo último que nos queda de nuestro negocio.

— ¿entonces como quedarán repartidas las órdenes? — preguntó el.

— Irán más hombres de los míos ya que son más buenos, los tuyos solo se quedarán a los alrededores, nada de atacar a niños y a mujeres a no ser que alguna venga con malas intenciones — dije.

El asintió.

— después de ayudarte en eso pues quiero que desaparezcas del país, a la mafia que quieres atacar les gustan las venganza —

El se sorprendió.

— ¿te paso algo parecido? — preguntó.

— no es tu interés señor — dije.

Su mirada bajo.

— tengo unos documentos que te quiero enseñar del territorio para decirte donde están las pautas — me levanté — llamaré a mi secretaria ya que tardaré un poco — dije por último y salí.

Ya empieza mi plan.

— linda, entra y hazle compañía, iré a buscar una cosa — dije.

— de acuerdo —

Ella se dirigió a mi despacho meneando sus caderas como una puta.

No puedo soportar que una mujer o un hombre se burlen en mi cara y me traten de ciego, ahora serán ellos los que acaben mal como vea lo que espero.

Me dirigí rápidamente a la pequeña habitación y me senté en la silla para ver lo que se proyectaba en el plasma.

De momento todo iba bien.

Ella estaba sentada en el sillón mientras se miraba sus uñas y el solo miraba las vistas.

Me aburría.

De repente ella se levantó y subió su falda...lo que me esperaba. Luego se dirigió a donde en frente de él y se inclinó un poco dejando todo su trasero en el rostro de Stefan mientras llenaba unos vasos.

Ella meneaba un poco su trasero haciendo que Stefan le comiese con la mirada.

Dios mío...esta tipa solo es una perra y no se como caí en sus garras.

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora