Valerie
Saco de mi bolso un frasco de pequeñas pastillas blancas y se lo coloco en la palma de la mano temblorosa.
–Toma. Te vendrán bien.
Apenas recibí su llamado, y escuché ese "hola" entrecortado por los nervios, supe que debía preparar una gran cantidad de cosas para llevarle que sabía lograrían tranquilizarla: unos buenos calmantes, un poco de su perfume favorito, un osito de peluche con el que pudiera dormir esa noche, mi Biblia tan querida con decoraciones de oro. Por supuesto ella tiene todas esas cosas y más, hasta una Biblia con letras de oro, por lo que luego creí que fuera muy absurdo el hecho de traérmelas conmigo, pero al parecer... le faltaban los calmantes.
-Gracias –musita. Jeremy, a su lado, enarca las cejas y le da unas palmaditas en la rodilla.
No creo nunca haberla escuchado tan ansiosa y aterrorizada en mi vida. Me abrió la puerta hace al menos una hora y sin siquiera saludarme apropiadamente, con las pupilas dilatadas y los cabellos enmarañados, pareciendo así una recién escapada del hospital psiquiátrico. Lo único que hizo fue tomarme del brazo y tironearme para que entrara a la habitación. A Jeremy le hizo igual, sólo que éste se le adelantó y la abrazó tan fuertemente y le besó tanto el rostro que ella pareció desfallecer en un momento de tanto apretujarla.
-Es mi trabajo –le respondo, en relación a las pastillas. Aunque... no quise sonar tan literal.
Jeremy me dedica una mirada que sólo yo puedo interpretar.
Crissy junta las manos y adelanta la cabeza.
–Sé que les parece una locura, y ciertamente debe serlo, pero créanme cuando les digo que no me queda otra chance.
-Todavía no has intentado nada, querida –dice él-. Apenas te has enterado.
Ciertamente los calmantes sirven de mucho cuando una persona entra en crisis y comienza a balbucear tonterías acerca de posibles asesinatos y ajustes de cuentas.
-Tiene razón –concuerdo-, debes esperar un poco y ver qué pasa. Matar a Damián Vulture es, sin dudas, lo último que deberías hacer.
-Las consecuencias podrían ser terribles.
-Sumamente terribles.
-¿Y qué esperan que haga? –Se levanta de la cama y empieza a caminar en círculos por la habitación-. ¿Que espere a que me enamore de él? Porque de eso va la cosa. Es imposible. Es antinatural. ¿Se supone que debo vivir en desgracia toda mi vida?
Jeremy escucha esa palabra que tanto le preocupa y traga saliva. Mira al vacío. ¿Y si se enamora de él? Entonces estoy haciendo mal mi trabajo, pienso. ¿Debería arriesgarme y sugerirle deshacernos de él?
Mi trabajo. Por fin ha comenzado. Y creí que lo peor había pasado cuando ellos intercambiaron miradas en esa fiesta en Londres. Intercambiaron miradas y, según la información que tengo sobre los primeros encuentros de las Parejas Obligatorias, algo más. Intercambiaron almas, conexiones, lo que sea. Como dice la tradición oriental, por fin el hilo rojo se encuentra con su par.
Y yo tengo que cortarlo de alguna manera.
Si es que es posible, puesto que, lamentablemente, nunca lo sabría.
Adrián y Clarissa me tienen a su merced desde que era una niña. Los ángeles guardianes nacemos de la luz y lo único que conocemos en la vida es a aquello que tenemos que cuidar, que proteger. Se supone que es nuestro único propósito en la vida, así que... Dios consideró que no resultaba tan importante para nosotros buscar a nuestra alma gemela. Los ángeles guardianes estamos solos en el mundo, sin Pareja Obligatoria.

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Luz y Oscuridad [COMPLETA]
RomantizmEn un mundo donde ángeles y demonios reinan por sobre el mundo de los mortales, Damián Vulture, heredero al trono del Mundo Infernal, es apenas un niño cuando conoce por protocolo a la que sería su rival en el trono del mundo opuesto, la futura Rein...