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Cassidy

Yo misma decidí tomar un vuelo a Londres, completamente sola y encima encinta, porque estaba ya harta de que los Vulture se tomaran tanto tiempo de sus vidas en planificar una buena emboscada a la casa de Viola. La situación en la mansión se tornó más calmada cuando llamaron los White para avisarnos que su hija Cristina había sido "rescatada" y enviada al mismísimo Vaticano a "aprender de sus errores" (ja), y ya no teníamos que preocuparnos por ir nosotros mismos a por Damián; y lo primero que pensé fue "bueno, ¡y a qué esperan para ir a por él!", pero al parecer Cornelia continúa en un estado de shock insalvable y Demetrio está demasiado ocupado encargándose de que esta relación antinatural no haya sido vista por otros demonios o ángeles. Los del Círculo ya lo saben, están alertados. Lo que significa, claro está, que la futura reina consorte ya sin siquiera tener la corona en la cabeza está sumida en la vergüenza y en la más deshonrosa humillación.

Me han dejado por un ángel.

Creo que es el equivalente a que a una humana la deje su novio por otro hombre. ¡Peor incluso que eso, diría yo! Me siento totalmente avergonzada de mí misma, y juro que si pudiera hablaría con mis amigas de esto para pedir consejos sobre cómo no caer en la depresión, mas claro está, es un asunto secreto de Estado. No es cosa fácil que te dejen, embarazada, por un ángel. ¡Y casi que ella es menor de edad!

¿Qué diablos está sucediendo? Apenas puedo comprender el presente, y por poco logro pensar en el porvenir sin que se me baje súbitamente la presión.

¿Cuándo fue que todo quedó en ruinas?

En ciertos momentos específicos del día, como cuando me voy a la cama a dormir y el insomnio me lo impide, me pongo a reflexionar sobre si Damián ha perdido la razón ciertamente, o si acaso quiere socavar su propio poder. ¿Será una señal de protesta, o realmente no tiene ni idea de que su relación con esa chica puede destruir su dinastía? Claramente debe saberlo, no es tan estúpido. También me hubiera gustado tener a alguien que me sujetara el cabello cuando vomitaba por las mañanas; a ver, que estar con un crío en el vientre no es cosa fácil, y lo que está por venir... ni quiero pensarlo. Ni quiero imaginarme si acaso quedaré soltera, en casa de mis padres, con un bebé sin padre.

No puede estar pasándome esto, no a mí.

Salgo del Aeropuerto de Londres-Heathrow y un taxi me lleva directamente a la pequeña ciudad con estilo victoriano donde tiene su residencia de verano Viola Vulture. Es, a mi humilde parecer, un sitio aburrido, sin nada especial que recalcar, gris y rutinario. Justo el día que llego cae una llovizna ligeramente fuerte, que deja todo el cielo nublado, así que salgo del coche y me coloco el piloto negro que venía cargando en mi brazo. Me saco los lentes de sol (no me son de mucha ayuda con este clima) y me percato que mis tacones negros carísimos se están hundiendo en el lodo líquido. Resoplo.

Más te vale que vengas conmigo, Damián Vulture, o te juro que yo misma me encargo de castigar severamente a tu noviecita.

Camino como puedo hasta la puerta de la casa, con una maleta pequeña que se queda más estancada que yo en el fango, por lo que tengo que hacer bastante fuerza para que me siga como debiera. Parezco una imbécil y estoy segurísima de que ya se habrán dado cuenta de mi llegada, principalmente, porque la casa pareciera estar a kilómetros de donde me dejó el coche y porque no paro de maldecir a viva voz.

En efecto, tenía razón. Todavía viva e íntegra, aunque con la respiración entrecortada, llego a los escalones de la entrada; y para mi sorpresa, la puerta se abre estrepitosamente con un chirrido que me hace torcer la cara en una mueca de disgusto.

Luz y Oscuridad [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora