Luz y Oscuridad [COMPLETA]

12

Valerie

-Déjame protegerte –cito las exactas palabras de Viola Vulture para ayudarme a convencer a Crissy de que todavía puede confiar en mí y seguir siendo mi mejor amiga.

Después de todo lo que le hice.

Ella no para de caminar de un lado a otro por la habitación. Es bastante amplia, muy acogedora y muy moderna en comparación al estilo victoriano del living: tiene la televisión pantalla plana que Viola había prometido (del tamaño de la mitad de la pared para ser exactos), una cama king-size para las dos, mesitas de luz más una mesa de escritorio vacía, y dos cómodas bastante amplias. Nos dio a las dos una muda de ropa para poder dormir, y unas cuantas toallas y cepillos de dientes que mantenía guardados para los invitados.

Apenas Viola cierra la puerta, empieza a hacer esa actuación suya de doncella desesperada (o de sociópata, depende de cómo se lo mire), caminando por todos los rincones del cuarto mascullando frases ininteligibles. Muy probablemente nos esté maldiciendo a todos: a Viola por buscarle tanto y hablarle demasiado sobre ese tema que no quiere volver a escuchar, a Damián por intentar agradarle sólo porque cree en las palabras de su tía, y a mí principalmente en cuanto a...

-Los documentos. Las cartas de mis ancestros. Todo. –Empieza no sólo a actuar como una desquiciada, sino a modular como una-. Todo se lo has dado a ella... y no sólo a costas mías, sino... ¡de mis padres!

-Lo sé, lo sé y lo siento muchísimo. De verdad. No te das una idea de cuánto lo...

-Si realmente te hubieras sentido al menos un poco incómoda o culpable como dices que lo estás, lo hubieras devuelto, al menos.

Se para enfrente de mí para mirarme a la cara y hacerme sentir todavía peor de lo que ya me siento. Engrandece los ojos y se mantiene sin parpadear, lo cual vuelve la situación un tanto más perturbadora.

-Debes entenderme. Lo he hecho por ti.

-¡¿POR MÍ?! –grita muy fuerte, y temo que tanto Viola como su sobrino lo hayan escuchado-. ¡Robaste patrimonio de los White! ¡Lo tomaste! ¡Sin permiso de nadie!

-Era por una buena causa, Crissy...

Tira la ropa y las toallas que tiene en sus brazos al suelo, y me sujeta los hombros con demasiada fuerza, tanto que el roce de su mano me quema la piel.

-¿La Profecía? –Baja las cejas en completa desesperanza-. ¿Crees que eso es una buena causa? ¿Yo y un demonio juntos hasta el fin? Parece un buen argumento para una saga de libros.

-Es más serio de lo que piensas.

-¡Por supuesto que lo es! ¡No voy a negarlo! Quiero morirme. ¿Acaso eso no te parece serio?

No puedo contestarle, me duele demasiado que lo diga así. Sin embargo, le creo, sé que lo dice de verdad. Simplemente me duele hasta el fondo del alma porque soy su ángel guardián y no puedo permitirme que cometa una locura. Literalmente, significaría el fin para mí también.

Si a ella le sucede algo, no puedo seguir existiendo.

-Una maldita demonio empieza a hablar de la historia de nuestros mundos y de mis antepasados como si acaso le importaran. Hurgó en mi propia historia. En la historia de la familia... Y todo por no aceptar que podría estar muy equivocada.

Se sienta en la cama, desconsolada, llorando a mares, y yo prácticamente me tiro de rodillas enfrente de ella y le sujeto ambas manos mojadas de lágrimas. Yo tampoco puedo evitar que los ojos se me hundan en agua salada. Temo perderla por esto.