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Cristina

Faye White

1 llamada perdida

El teléfono me recuerda que fui lo suficientemente frágil emocionalmente como para no contestar la llamada de mi hermana. Simplemente me quedé mirando, mi cuerpo quieto y mi cabeza hecha un lío con miles de pensamientos negativos divagando, la pantalla del móvil al tiempo que el aparato vibraba sobre mis dedos mortificados.

De repente, provocándome un susto, vuelve a vibrar.

Esta vez, me dispongo a atender, creyendo que lo mejor es actuar de forma natural, pretendiendo no haber estado sentada frente al Príncipe de los Demonios en persona cenando con él románticamente. Eso si descarto la noche en la que tuve un fuerte "desliz". No sé exactamente si será una buena idea; de hecho, atender esta llamada podría por así decirlo cambiar el curso regular de los planetas, y provocarnos la muerte a ambos. Sin embargo, pensé que sería tremendamente peor no contestar, actuar como desaparecida, y que medio ejército de ángeles bajen a la Tierra en mi busca comandados por los White. Presiono la pantalla sobre el cuadro que dice "contestar" y respiro hondo antes de acercarme el aparato a la oreja. Que sea lo que Dios quiera.

-¿Ho... hola?

A mí, como siempre tan asustadiza como chihuahua bebé, se me tuvo que trabar la lengua. ¡Justo cuando más deseaba actuar normal!

Tarda en responder. Eso me produce más escalofríos todavía.

-Crissy.

La voz de Faye suena natural, pausada, lineal... Quizás... demasiado.

Entrecierro los ojos, observando a Damián, que sigue charlando por teléfono con su madre.

-Faye... -Tal como una idiota haría, no sé realmente qué decir en este momento.

-Crissy, cariño...

-¿Síii...?

Apenas llevamos un minuto de charla telefónica y esto no podría ser más incómodo. Ni siquiera ella sabe cómo expresarse, y eso que no me tiene enfrente.

-Verás, Crissy..., los Vulture nos han llamado.

-Ajá...

-¿Sabes...? ¿Tienes alguna idea de por qué será eso? –La manera en que enfatiza la palabra me hace sentir como un interrogatorio policial.

-Em... Bueno... -Donde yo soy la culpable, termino la frase mentalmente. Me quedo en silencio, con la boca abierta, pronunciando una "A" incriminatoriamente larga.

Faye toma un respiro, y desde ese entonces, su voz tiene otro matiz: ahora es serio, profesional, y sí... como el de un detective. No sólo eso, asimismo simula un perfecto reto.

-Si tú no contestas, yo lo haré por ti.

-Aaaaaah... Ok...

-¿Estás nerviosa, hermana?

Ya se está saliendo de control. ¿Alguna vez tuve la situación bajo mi control?

Bueno, ¡más vale poner el pecho y tenerla!

-N-no... ¿Por qué... por qué lo estaría? –Carraspeo para que las últimas sílabas suenen totalmente diferentes a las anteriores. Imito su voz grandilocuente.

Luz y Oscuridad [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora