Adrián
En todos los años que llevo como soberano (¡qué va, en todos los años que llevo con vida!) nunca pensé que algo de esto me pasaría.
Que una hija quiera ser más "libre", dejar por unos momentos de pertenecer a la realeza, es totalmente entendible. Entiendo que pueda llegar a ser abrumador asistir a tantas iglesias, leer tantas veces los mismos pasajes de la Sagrada Biblia, mostrarse radiante y sonriente como una muñeca ante todos los súbditos que nos saludan con ovaciones y aplausos. Incluso no querer contraer matrimonio tan joven podría ser algo soportable que pueda yo manejar...
Pero no esperaba de Cristina tantas decepciones juntas.
Con Clarissa no la criamos para que saliera así. Creo que fuimos muy estrictos y muy honestos con ella, explicándole el mensaje de Dios y dándole a conocer Su plan para con ella. No hubo matices grises en nuestra férrea educación: los demonios, ninguno de ellos, puede estar bien visto; porque si Dios los desprestigia, y Satanás creó el Mal para destruir todo lo bueno y puro, entonces no podemos de ninguna manera pensar bien de ellos. Jamás dejamos que se acercara a uno. Mucho menos a los Vulture. Excepto una sola vez... y todavía nos estamos arrepintiendo de eso.
Mi niña mimada, nuestro precioso ángel, se ha transformado como Lucifer se transformó en una serpiente para cautivar a Eva la pecadora. Se ha convertido en uno de ellos: rebeldemente, huyó de su propio hogar, haciendo caso omiso al amor de sus padres y de su hermana, y sin importar el cuidado y el cariño que le brindamos a pesar de los errores que hubiera cometido, así fue, se terminó fugando, Dios sabe dónde. Se fue, y no volvió a comunicarse, a pesar de que nosotros la perdonamos. Una de sus primeras enseñanzas de vida fue acerca del perdón... Siempre debemos poner la otra mejilla. Otra cosa: la traición es un pecado, nunca puede ser una salida viable. Aun así, fuimos traicionados. Vilmente traicionados.
Con mi hija Faye pensamos igual: no podemos dejar que Cristina Isabelle vuelva a entrar a esta casa. Está bendecida por Dios, y todo aquél que pase en nombre de la maldad y del Averno, será incinerado. Si Cristina decide juntarse con esos monstruos, cargará con su mala energía en la piel, y su carne no soportará las consecuencias.
Todo cambió para mí el día que se fue sin dejar rastro. Fue a abrir la puerta (ahora sé por qué, y para recibir a quién), y sin llevarse una sola muda de ropa, o al menos algún objeto preciado de su habitación, desapareció de nuestra vista. En ese momento lo supe: Cristina pretendía abandonar la religión que le fue enseñada desde sus primeros años de vida y a la cual está destinada por intereses políticos y biológicos. Pudo haberse ido, y puede que nos odie rotundamente, pero no puede odiar a Dios o a Jesucristo. No se ha llevado con ella la Biblia, o el crucifijo colgado en su pared, o algo que le refiera a nuestro Santo Padre. Nada. No sólo abandonó a su familia, sino que también abandonó la fe. Y eso no puede ser perdonado. Ninguno de los dos, padre e hija, lo permitiría: los que practican la magia negra serán incinerados vivos en la Mansión de los White.
Clarissa sufre, mientras tanto. Se rehúsa a comer, a quitarse el pijama, y a veces hasta a darse baños. No puede, lo cual es también más que comprensible, con la vergüenza que le produce el saber que las mucamas y nuestros sirvientes se enteraron lo que sucede con Cristina. Tomó la decisión ella misma de despedir a todos, liberándolos de sus ataduras en el mundo de los humanos y devolviéndolos, como corresponde, al Mundo Celestial, no sin antes hacerles jurar por los Santos Evangelios y por Dios y la Corona que jamás abrirán la boca delante de nadie, mucho menos delante del Círculo. Así que ahora estamos solos en nuestro gran hogar, y tratamos de hacer la limpieza lo más seguido posible, sabiendo que son muchísimas habitaciones y muchos rincones que ni siquiera nosotros sabíamos que existían. Mientras tanto, además, mi esposa se rehúsa a hablar con su hija mayor: todavía no puede perdonarla por el castigo que le mandó sufrir a Cristina, sin nuestro conocimiento o consentimiento. Yo tampoco había sabido perdonarla hasta que Crissy huyó con el demonio Vulture... Luego de ese fatídico momento, se me cruzó por la cabeza que quizás necesitara nuevamente ese castigo, el cual veo ahora más apropiado para tales acciones indecorosas.
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Luz y Oscuridad [COMPLETA]
RomanceEn un mundo donde ángeles y demonios reinan por sobre el mundo de los mortales, Damián Vulture, heredero al trono del Mundo Infernal, es apenas un niño cuando conoce por protocolo a la que sería su rival en el trono del mundo opuesto, la futura Rein...