Damián
Después de un almuerzo incómodo y penosamente silencioso, Cristina White sale prácticamente corriendo a la habitación que le prestó mi tía. Valerie, Viola y yo nos miramos asombrados cuando la vemos salir disparada de su asiento. Sin embargo, no puedo mentir cuando digo que realmente entiendo la situación por la que está pasando; y además de eso, debo por demás admitir que fui un idiota con ella, llamándola "mentirosa hipócrita" cuando más apoyo necesitaba. Fui tan egoísta en pensar sólo en la promesa que había roto de no alejarse de mí, que me había olvidado completamente en ser bueno con ella. Hoy tuve un descuido. Espero no volver a repetirlo nunca más.
Quiero hacer las cosas bien. Esta vez, va en serio. Por ello, espero un momento para dejarla sola a propósito, y al cabo de un rato le toco la puerta.
-¿Cristina? ¿Estás bien? –Recuerdo que prometí llevarlas a ella y a Val a una vuelta por el centro para comprarles lo que necesitaran, y la pienso convertir en mi mejor táctica para conquistarla de vuelta. Bueno, mejor dicho... conquistarla y punto-. ¿Estás lista para salir?
-¿A dónde? –responde una voz lejana, como cubierta de algodones, dentro del cuarto.
-Eh... Para ir a la ciudad, ¿recuerdas? A comprar ropa, y... eso. –Sinceramente no sé qué quieren comprar siempre las mujeres.
-Oh, em... Todavía no estoy lista.
Contesta muy secamente, aunque con tono melancólico. Debe sentirse muy mal en este momento, y en parte puede que sea por mi culpa. Jamás creí que podía llegar a sentirme apenado o incluso culpable por mis acciones con los demás, hasta que Cristina White irrumpió en mi vida como un trueno ensordecedor, destruyendo por completo mis esquemas y transformándome en otro hombre, sólo para ella, un hombre más...
...Humano.
-Cristina, voy a entrar, si te parece bien.
Apoyo la frente en la puerta, con la mano firme en el picaporte, esperando a que ella aceptara mi propuesta. Tarda unos dos minutos en contestar; los minutos más largos de mi vida:
-Ok... -contesta simplemente, agudizando la voz como una niña pequeña.
Es increíble, pero me encuentro a mí mismo con las extremidades temblando y el corazón en pleno ataque de ansiedad mientras abro la puerta con lentitud. La taquicardia disminuye y mis piernas parecen deshacerse en líquido cuando la veo ahí, sentada hecha un ovillo contra la cama, con el rostro tapado por los brazos y por su cabello dorado con esos bucles perfectos que hasta hace apenas unas horas tuve el agrado de despeinar en un arrebato de locura y pasión desenfrenadas.
-Cristina... Crissy...
Lentamente camino hacia ella. Todavía no estoy seguro de si puedo seguir llamándola por su apodo, mas en un desesperado intento por acercarme, lo hago con cierto temor.
-Crissy. –Me siento a su lado y apoyo los brazos en mis rodillas. Me quedo observándola hasta que su cabeza sale de su escondite.
Tiene los ojos vidriosos, aunque aún no se ha puesto a llorar, y me dedica una sonrisa triste pero con un dejo de gracia que me parte el corazón en dos.
-Sabes, acabo de darme cuenta que... -ríe-, no tengo ropa para salir.
Sonrío con felicidad cuando escucho que no está maldiciéndome o pidiéndome que por favor me retirase.
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Luz y Oscuridad [COMPLETA]
RomanceEn un mundo donde ángeles y demonios reinan por sobre el mundo de los mortales, Damián Vulture, heredero al trono del Mundo Infernal, es apenas un niño cuando conoce por protocolo a la que sería su rival en el trono del mundo opuesto, la futura Rein...