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Faye

"Terrible incendio en el Vaticano".

"Se han hallado subsuelos completamente incinerados nunca antes vistos".

"Millones de documentos desconocidos perdidos por el fuego".

"Continúa la búsqueda de más cuerpos o heridos atrapados en el incendio".

Mi bebé nació prematura hoy, y la llamé Emily. Es muy pequeñita, tiene una naricita graciosa y es espectacularmente bella. Sin embargo, siendo yo tan mala madre (como asegura mi marido siempre que tiene la oportunidad), no presté un segundo de atención a mi estado durante el parto. Sentía el dolor, pujaba sin cesar, y a veces hasta por un instante lograba olvidar lo que estaba pensando; pero al fin y al cabo no podía quitarme de la cabeza el inexplicable incendio en la Basílica de San Pedro. Aunque yo no lo llamaría "inexplicable", todo el maldito mundo humano no puede entenderlo. ¿Por qué lo harían?

Si no conocen a Damián Vulture y a Cristina White.

Qué par ese, exclamo para mí misma mientras le doy su primera dosis de calostro a mi hija. Me quedo mirando por la ventana, todavía recostada en la cama, y exhalo e inhalo buscando controlar la ansiedad. Mamá siempre me advirtió que no es bueno para el bebé que tome leche de una madre nerviosa, porque todos esos pensamientos negativos se le transfieren de la alguna manera, y además genera trastornos en la lactancia. Quizás le estaría haciendo caso de no ser porque nos abandonó y nos traicionó escapándose con la escoria de mi hermana menor. Quiero llamarla, pero es plena madrugada y aunque no tengo ni idea en qué lugar del mundo está ahora, si llega a estar aquí, no quiero despertarla. No creo que sea tan importante para ella saber las buenas nuevas.

Qué par ese..., vuelvo a pensar. Se creen que pueden joderme. Jodernos a todos. El día que se enteren que fueron ellos los que quemaron todos los documentos y los humanos descubran que ahí había un grupo de ángeles manejándolo todo van a morir empedrados, descuartizados, desollados...

-Ya, por Dios. ¿Podrías por favor dejar de pensar en ellos por un segundo?

Simon sabe que lo estoy pensando. Simon sabe que no dejo de pensarlo. Tiene a nuestro hijo Tim en brazos, y el niño me observa con el chupete en la boca, con esos ojos desorbitados, distraídos, que no saben si quererme por pura costumbre o si odiarme porque cada vez paso menos tiempo con él.

-Cálmate. Acabas de tener un bebé, Dios Santo -sigue retándome. Yo hace meses que ya ni le escucho. Ya no importa, si de todas formas nuestra relación va en picada. Todo sería muy diferente de no ser por...

-¡Faye!

-¡¿Qué?! -Ya estoy harta. Sólo quiero un poco de paz mental.

-Dame a la niña. Se la llevaré a tu padre para que la vea y pase... más tiempo de calidad con ella. -Suelta a Timothy y lo deja en el suelo; automáticamente mi hijo comienza a correr torpemente por el pasillo como si hubiera estado esperando escaparse todo este rato. Simon agarra a la niña en mis brazos sin siquiera esperar a oírme protestar.

Mi padre todavía no ha logrado levantarse de la cama luego del fatídico ataque al corazón que sufrió el día en que el Círculo dictó sentencia a la causa de Cristina..., y no fue favorable. Su salud humana empeora, por lo que sus poderes están prácticamente nulidados en su cuerpo. Ya no puede comunicarse con el mundo celestial o ver su cabellera brillar cuando reza, poderes típicos nuestros que nos delatan. El perder a su esposa también fue un golpe bajo y lo tumbó peor que antes. No tomé la iniciativa aún de explicarle al Círculo lo que está sucediendo con él, por miedo a que ya estén preparando la sucesión y produzcan pánico entre nuestros súbditos, cosa que no estoy preparada para ver. Es difícil de creer, pero... todavía no me siento lista para el gran paso. La corona tiene un gran peso y hay que ser lo suficientemente fuerte como para llevarla sin que la cabeza tambalee. Toda mi vida me prepararon para eso, y ahora que el momento podría llegar, quisiera conseguir una máquina del tiempo para ir el tiempo atrás, porque siempre heredar el trono implica una pérdida muy importante: la muerte del antecesor. Lo más terrible de mi situación es que si heredara ahora, lo haría con unos cuantos problemas en mi reino. Los cimientos tiemblan a nuestros pies, pero yo no sería tan dulce y frágil. Mis decisiones serán rotundas. Inflexibles.

Luz y Oscuridad [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora