T r e i n t a y u n o

1K 157 42
                                    

Alonso.

Habían pasado cuatro meses desde que el tío de Bella había muerto y mis hijos ya lo sabían. Me costó mucho contarles, pero Braulio lo comprendió y consoló a su hermana quien después de algunos días también entendió.

No he hecho nada por llegar a Isabella desde entonces. Jos se llevaba a los mellizos a pasar el rato ya que decía que verme tan deprimido podía afectarlos. Últimamente Freddy ha estado con nosotros, su hijo se lleva muy bien con los míos así que no hay ningún inconveniente. También la hija de Cassandra se les ha unido, parecen ser muy felices.

Desearía ser igual que ellos.

Encendí la televisión, estaba acostado en el sofá de la sala mientras Georgina me traía algunas botanas. Esta señora ha sido como una segunda madre, me ha estado consolando todos estos días desde que Isabella se fue y desde que me enteré que se volvería a casar.

—Majestad, anímese. —me dijo Georgina cuando dejó un plato lleno de bocadillos en la mesa de centro. —A sus hijos no les gustaría verlo de esa forma, tiene que ser fuerte por ellos.

—Lo sé, Georgina. Es solo que... Me siento tan vacío sin Bella. —era lo que siempre sentía, todo el tiempo me la pasaba pensando en ella y en lo inútil que soy si ella no está conmigo.

—Pero tiene a sus hijos, ellos lo aman señor. Y sé que usted a ellos. —le dediqué media sonrisa y asentí.

Amaba a mis hijos, de eso no había duda. Pero sin Isabella me sentía incapaz de criarlos y educarlos. Ellos necesitaban una figura materna durante su crecimiento, y ahora ya no la tenían.

—Majestad, tiene visitas. —me informó un trabajador, lo miré y detrás de él venía Freddy caminando hacia mí.

Georgina y el hombre se retiraron no sin antes hacer una reverencia para dejarme con él.

—¿Qué haces aquí? Mis hijos no están. —le hablé malhumorado.

¿Quién se creía? Le agradecí la ayuda que me proporcionó cuando el tío de Bella estaba desaparecido y mis hijos eran amigos del suyo, pero eso no significaba que me agradara.

—Solo vine a verte, no te pongas así. —respondió sentándose en el sofá donde yo estaba. —No te emociones, mi esposa me obligó. —admitió después de tomar un bocadillo.

—Entonces ya puedes irte, no estoy de humor para aguantarte. —le dije mientras tomaba el control de la televisión y comenzaba a pasar los canales.

—Ok, sí. Tranquilo, vaya... Solo quería platicar, fuimos dejados por la misma chica creí que podrías tener cierta empatía conmigo...

—Nada de empatía. A ti te dejó porque ya no te quería. —le aclaré sintiéndome mal unos segundos después por haberle dicho eso.

—¿Y qué fue lo que te dijo a ti? ¿No te dijo también que ya no te amaba? —comenzaba a enojarme, o tal vez me sentía más triste de lo que ya estaba. —Si ella te quisiera no te hubiera dejado solo, hubiese encontrado la manera de continuar contigo. Pero se fue, y te dejó a los mellizos. —apreté los puños conteniendo el enojo.

¿A qué vino? ¿Solo a hacerme sentir peor?

—Escucha, lo lamento. Sé cómo te sientes. Yo amaba mucho a Isabella, pero... Cometí el error de serle infiel. Aunque, tal vez no fue tan malo después de todo porque... Te encontró, y sé que te amaba. Te dio dos hijos cuando a mí... Estuvo a punto de darme uno, pero el imbécil de tu tío la atropelló.

Ethan. Me alegraba tenerlo de nuevo en la cárcel.

—Acepto tus disculpas. Supongo que podemos aprender a llevarnos bien. —él asintió, le dediqué una media sonrisa y regresé la mirada a la televisión en donde podía apreciar a Bella junto a James saliendo del castillo.

—¿Esa es...?

—Sí. —lo interrumpí, Freddy se acercó más a mí mirando atentamente la pantalla, subí el volumen y prestamos total atención.

...es bastante impresionante que tras cuatro meses de la separación de Isabella Moro, mejor conocida ahora como Isabel Blair, se vaya a casar con su primo el príncipe James Blair...

—Agh, qué asco. —se quejó Freddy a mi lado así que le dí un golpe indicándole que guardara silencio.

...la pareja de jóvenes príncipes se acerca a la fuente, se les puede notar la felicidad en la mirada. La reina nos convocó aquí diciendo que había una noticia especial así que... Santo cielo, ¡no puede ser posible! —Freddy y yo nos acercamos más a la televisión. —¡Van a ser padres! La princesa Isabel luce una bellísima barriga de embarazada y el príncipe parece sentirse un padre muy orgulloso.

Freddy y yo nos miramos desconcertados.

Isabella va a ser mamá... ¿De verdad después de perder al nuestro fue a buscar otro con el idiota de James? ¿En qué está pensando?

—Lo lamento tanto. —me dijo Freddy apenas en un murmuro.

Cuando volví la mirada a la televisión deseé no haberlo hecho... Ellos se estaban besando en televisión internacional. Mostraban lo tanto que se querían y no les importaba ser de la misma sangre.

Sentí un nudo en la garganga, pero no iba a llorar. Al menos no frente a Freddy.

—Esto no puede estar pasando... Primero tú, y después ese chico británico. ¿Acaso necesitaba ser de la realeza para que ella se quedara conmigo? —no lo miré apesar del comentario fuera de lugar que emanó de su boca.

Me puse de pie y caminé velozmente hacia mi habitación. Estaba furioso y triste al mismo tiempo.

Triste debido a que Bella se olvidó de mí fácilmente e iba a ser mamá de nuevo; furioso porque no era posible que teniendo dos hijos conmigo los haya abandonado de una manera tan cruel y ahora vaya a casarse con otro tipo con el que tendrá un hijo... ¡Es de su propia familia! ¿¡Cómo puede ser eso posible!?

Isabella ha cambiado, no sé si Charlotte le lavó el cerebro o algo parecido, pero mi Bella ya no era MI Bella. Era alguien completamente diferente, porque la mujer de la que me enamoré no hubiera dejado a sus hijos solos. La mujer de la que me enamoré era terca y aferrada a lo que quería. La mujer de la que me enamoré... Amaba a su familia por sobre todas las cosas, y jamás haría algo para dañarnos.

Pero ahora he comprendido, que nunca terminas de conocer a alguien. Tarde o temprano te mostrará una faceta totalmente distinta a la que estás acostumbrado. Y duele.

Mis hijos crecerán sin una madre, pero yo seré ambos para ellos. Crecerán siendo unas personas honestas, amigables y justas.

Yo juro desde este día superar a Isabella, y sacar a mis hijos adelante. No necesitarán de una madre, por que me tendrán a mí.

Seré todo para ellos.

My King #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora