Isabella.
Tenía miedo de que Alonso no saliera. ¿Y si ya no quería saber nada de mí? ¿Qué iba a hacer? Ni loca iba a regresar a Inglaterra.
Jugueteaba con mis manos mientras Cassandra me miraba con una ceja levantada claramente irritada de mi comportamiento.
—Cálmate Isa, él va a salir. Te ama tanto que perdonará lo que sucedió con tal de tenerte de nuevo con él, te lo aseguro. —le sonreí agradecida, pero no podía evitar los nervios.
Mientras volteaba a ver nuevamente hacia la casa, el celular de Cassandra sonó. Ella se alejó para poder responder la llamada mientras me dejaba ahí sola con mis nervios.
¿Qué pasaba si Alonso había tirado la carta por enojo? Él no iba a salir y yo no sabría qué hacer para recuperarlo.
Miré a Cassandra quien repentinamente se había puesto pálida y se acercó a mí tapando el micrófono de su celular.
—Es... Para ti. —me dijo extendiendo su celular con la mano temblorosa, lo tomé con un poco de desconfianza y lo llevé a mi oído siendo incapaz de pronunciar palabra alguna.
—¿Sí? —dije apenas en un susurro con el corazón latiendo a mil por hora, una respiración se escuchó del otro lado seguido de una risa ronca.
—Escúchame bien, Isa. Harás lo que yo te diga, ¿sí? —escuchar la voz de Ethan me puso la piel de gallina, ¿no era que él estaba de regreso en la cárcel?
Miré a Cassandra con miedo, ¿qué era lo que Ethan quería?
—¿Qué es lo que quieres? —intenté preguntarle con tono fuerte, intentando ocultar el miedo que comenzaba a recorrerme completa.
—Que te alejes de esa casa y vengas directamente a mi lado. —fruncí el entrecejo y comencé a mirar a todas direcciones hasta que dí con ese par de ojos azules intensos que me miraban fijamente. —Sabes lo que Charlotte hará si no haces lo que te digo, ¿no? Ella ya sabe que estás aquí. —la piel se me erizó al escuchar el nombre de aquella anciana.
—¿Y si no lo hago qué? Tú no me puedes decir qué hacer, aún soy la reina y con un simple chasquido de dedos te mando de regreso a la maldita cárcel. —lo amenacé sin quitarle la mirada de encima aunque podía sentir mis piernas temblar de miedo.
—Oh, no. No lo harás, hay unos hombres por aquí cerca esperando a tu querido Alonso si no haces lo que te digo. Si no me crees puedes verlos con tus propios ojos. —él me dedicó una sonrisa escalofriante mientras señalaba a distintos lugares en donde había varios hombres grandes y con apariencia matona vestidos de negro. —Yo doy la orden y acaban con todos en unos simples minutos, así que haz lo que te digo Isabel. Tu abuela te espera de regreso. Ah, y trae a tu cómplice, no deseamos que corra el chisme. —miré a mi amiga con temor, colgué la llamada y le regresé el celular.
Analicé la situación, si iba regresaría a Inglaterra y me casaría con James. Además de que Cassandra iría conmigo y le arruinaría la vida alejándola de su familia, y lo peor de todo es que Alonso creerá que soy una mentirosa y de verdad me odiará.
La otra opción era correr y advertirles a los de la casa lo que sucedería. Lo haría, pero sería una misión suicida. No quiero que dañen a nadie, no a mis amigos y familia. No podría soportar perder a alguien más, mi tío había sufrido las consecuencias de mis decisiones, y si tomaba la decisión incorrecta esta vez alguien más lo sufriría. No quiero hacerlo, pero supongo que es lo mejor. Cassandra no merece esto, talvez pueda llegar a un acuerdo con Charlotte una vez estemos en Inglaterra, mientras tanto tendré que llevarla conmigo.
—¿Y? ¿Qué pasa? —escuché que me habló Cass sacándome de mis pensamientos.
—Tenemos que regresar. —le dije sin mirarla, no podía verla a los ojos porque por mi culpa la alejaría de su familia si no lograba convencer a Charlotte.
—¿De qué hablas? ¿Regresar a dónde? ¿Qué te dijo Ethan exactamente? —me cuestionó angustiada.
—A Inglaterra, y tienes que venir conmigo. —le solté sin darle más vueltas al asunto, ella se quedó estática mirándome como si le estuviera haciendo una broma pero mantuve mi posición seria intentando transmitirle seguridad.
—No, ¿estás loca? Pasamos por mucho para llegar aquí, Isa. No me voy a ir. —dijo poniéndose a la defensiva mientras yo buscaba a Ethan con la mirada.
—Cass, si no lo hacemos puede pasar algo malo. No quería meterte en esto, ni siquiera sabía que ese hombre estaba del lado de Charlotte. —le expliqué susurrando. —Cassandra, tenemos que irnos ya. —la tomé de la muñeca y aunque al principio se opuso al sentir el temblar de mi mano se dejó guiar por mí hasta que llegamos junto a Ethan.
De cerca podía notar más sus arrugas, su cabello castaño ahora tenía canas haciéndolo ver más viejo. Sin embargo, sus intensos ojos azules te seguían intimidando.
—Me alegra ver que eres inteligente, Isabel. Suban. —dijo cuando ambas llegamos y nos sañaló una camioneta negra en la que ambas subimos y cuando Ethan estuvo dentro también arrancó.
(...)
Alonso.
Esto debía ser una maldita broma. Seguramente Freddy disfrutaba ver mi dolor, por eso me había hecho esta pésima jugada. Mis lágrimas comenzaron a convertirse en rabia, no iba a continuar perdiendo mi tiempo aquí afuera así que entré buscando a Freddy para pedirle una explicación sin llegar a la violencia debido a que hay niños pequeños presentes.
Todos estaban reunidos en la cocina, menos Bryan, murmurando entre ellos, cuando entré guardaron silencio y me miraron temerosos. Afortunadamente los niños seguían jugando en el patio, así que podía desahogarme sin problema alguno.
—Tú eres un maldito mentiroso. —escupí lleno de rabia señalando a Alfredo. —¡Sé que me odias pero no era necesario hacer esto! —él me miraba confundido y se acercó a mí con los brazos cruzados.
—No sé de qué me estás hablando...
—¡De esta carta, Alfredo! No te hagas idiota. —no era muy propio de mí soltar malas palabras, sin embargo estaba lleno de rabia y de alguna manera debía sacarlo.
—¡Esa carta es real! Yo mismo vi a Isabella en la calle y ella me dió la carta. —me explicó poniéndose a la defensiva.
—No te creo, si es así en dónde está ella. ¡Dime! —grité tomándolo del cuello de su camisa ocasionando que Jos se levantara y me hiciera soltarlo.
—Ok, Alonso cálmate amigo. Freddy nos contó todo, desde que la vio hasta que te entregó esa carta. —miré a mi amigo intentando tranquilizarme, más que nada por los niños ya que existía la posibilidad de que pudieran escuchar mis gritos hasta el patio.
—Pero, ¿en dónde está ella? Ella dijo que estaría afuera, pero no había nadie. Ni una maldita persona en la calle. —conté mientras me sentaba en una de las sillas.
Todos guardaron silencio, supongo que eso era mejor. No quería volver a gritar, no aquí. Mucho menos quería comenzar a llorar, mi pecho dolía. Aún sentía la ausencia de Isabella y no podía hacerlo desaparecer de ninguna manera.
Mi celular comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo y vi que Bryan me estaba llamando así que atendí su llamada.
—No digas nada, déjame hablar. Acabo de ver a Isabella en una camioneta, ven rápido al aeropuerto. Creo que es una emergencia.
Colgué la llamada, tomé a Jos del brazo y lo llevé conmigo hasta el exterior de la casa sin decirle palabra alguna a los demás.
—Conduce al aeropuerto, rápido. —le ordené sin prestarle atención a su rostro de confusión.
Isabella, no dejaré que te vayas de nuevo.

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My King #2
Fanfiction2DA TEMPORADA DE "The Prince" ⚠NO LEER SIN LEER LA 1ª TEMPORADA.⚠ --------------------------------------------------------- Isabella Moro no se imaginaba casada a tan temprana edad, y mucho menos con el chico al que solía detestar. Problemas y drama...