My King #2

V e i n t i s e i s

Alonso.

Habían pasado dos días desde que Bella se fue, no había tenido la fuerza de ir a buscar a los mellizos hasta hoy. Tampoco había tenido contacto alguno con el tío de Bella.

Parece que todo se vino abajo desde que ella se fue, pero no podía negar que me tenía preocupado la repentina desaparición de su tío.

—Alonso, comenzaremos la búsqueda del tío pero necesitamos contactar al jefe de la policía quien me informaron está en sus últimos días de vacaciones. —me contó Jos llegando a la sala con su celular en mano.

—De acuerdo, yo mismo iré a verlo y le pediré formalmente su ayuda. —dije mientras me ponía de pie y caminaba hacia la puerta.

—Espera, tengo una noticia que no sé si te agrade. —me detuvo cuando el hombre que estaba en la puerta tenía la mano en la perilla.

—No me interesa, vayamos a buscar a ese hombre. —Jos me detuvo del brazo haciéndome frenar.

—¿Recuerdas lo que pasó lo última vez que no me escuchaste? —me reclamó, rodé los ojos y le presté atención ya que tenía razón.

—Dime.

—El jefe de la policía es el ex novio de Isabella: Freddy. —me quedé paralizado por unos minutos, no recuerdo que me hayan dado un informe acerca de esto. —Te lo quería decir para que no te llevaras una sopresa o algo por el estilo.

—Sí fue una sorpresa, Miguel. ¿Cuándo despidieron a Pablo? —mi amigo rodó los ojos y ambos salimos del castillo.

—Hace varios años, Alonso. Que mala memoria tienes, amigo.

(...)

Bien, solo tocamos el timbre y hablo con él sobre lo que necesito. Además mis hijos estaban aquí, podía hablar con él y después llevarme a los niños de una sola vez.

—No hables demás. —dijo Jos y después tocó el timbre.

—Eso debería decírtelo yo. —le murmuré y segundos después una rubia abrió la puerta.

—No puede ser. —dijo ella mirándome de arriba a abajo. —Majestad. —hizo una reverencia.

—Victoria. —saludé de una manera "amable" e intentando sonreír.

—¿A qué debo la visita? ¿Acaso después de tantos años decidiste que yo era mejor que Isabella? —cuestionó alzando una ceja, su comentario no me había caído en gracia por lo que decidí guardar silencio. —Era broma, pasen. —invitó después de soltar una risa.

Jos y yo nos miramos por unos segundos y pasamos a la lujosa casa en donde vivía esta par.

Por aquí deberían estar mis pequeños.

—¡Papi! —exclamó Claire al verme y salió corriendo a mis brazos, Braulio venía detrás de ella junto a otro niño de cabello chino. —¿Mamá vino contigo? —preguntó alegre, no podía hacerle esto a mis hijos, no podía decirles que su madre nos había dejado.

No quería que ellos le tuvieran rencor a la mujer que les dió la vida.

—No, pequeña. Ella tuvo que salir de viaje. —les mentí, ambos hicieron una mueca de confusión así que bajé a Claire y Braulio se acercó más a nosotros. —Ustedes saben que somos una familia importante y que su madre es la mujer más maravillosa del mundo, ¿verdad? —asintieron. —Entonces ella decidió ir a un lugar a... Cuidar... Este... Pingüinos, sí. Fue a la ¿antigua Grecia? A cuidar pingüinos. —les mentí mal por los nervios.

Claire asintió y sonrió mientras que Braulio se encontraba pensando, eso lo sabía porque Bella una vez me dijo que nuestro hijo hacía los mismos gestos que yo; el pequeño había cruzado los brazos, tenía el entrecejo fruncido y mantenía la vista clavada en un mismo lugar.