T r e i n t a y t r e s

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Alonso.

¿Qué acaba de decir? ¿Escuché mal o en realidad dijo aquella estupidez? Es imposible que el bebé que tiene Bella en este preciso momento sea mío, ¡yo estaba en el hospital con ella cuando sufrió el aborto!

—No, eso es imposible. —hablé cuando pude procesar sus palabras, me levanté del sofá para dirigirme a la cocina pero me detuve al recordar que mis hijos estaban ahí junto a la pequeña Emily, no deseaba que me vieran alterado.

—Alonso, solo cuenta los meses. Es imposible que su vientre luzca tan... Grande. —no, me negaba a aceptarlo.

Isabella no podía ser tan cruel como para alejarme de mi bebé y dárselo a un desconocido.

Un desconocido que es su primo y próximo esposo.

—Alonso, por favor. Ese bebé puede ser tuyo, Isa no es una persona mala y... Creo que esa anciana pudo hacerle algo. Los ama demasiado, ella jamás en su sano juicio los abandonaría. —la miré seriamente cuando se puso de pie mientras me hablaba, tomó su bolso y me dedicó una sonrisa. —Solo piénsalo, Isa te ama más que a cualquiera. —y se fue dejándome confundido.

Me volví a sentar en el sofá con las manos sosteniendo mi cabeza mientras intentaba pensar en todo lo que Cassandra acababa de formularme.

—Ah, ¡Emily vamónos! —gritó Cassandra regresando a la sala. —Olvidaba que traía a esta pequeña mujer. —admitió avergonzada haciéndome sonreír. —Nos vemos. —se despidió cuando su hija llegó a su lado y la tomó en brazos para ahora sí irse.

¿Y si Cassandra tenía razón? Es imposible que Bella se haya embarazado tan rápido.

Pero, ¿por qué me mentiría de una manera tan despiadada? ¿Acaso no creyó que me afectaría a mí también? ¿O eso era lo que buscaba? ¿Lastimarme? Debo despejar un poco mi mente de todo esto. Mi cabeza comenzaría a doler si no dejaba de pensar en esa dichosa teoría.

Pero... No, no lo creo. ¿Mi bebé?

—Hola, ya vine. —anunció Jos entrando a la sala, al verme se quedó parado a un lado mío mirándome sorprendido. —¿Sucedió algo? Estás un poco pálido, más de lo habitual. —me levanté un poco aturdido y negué con la cabeza como respuesta.

No quería tocar ese tema en este momento.

Aunque...

—De hecho sí, sucedió algo. —me atreví a decir. —Tú estabas en Brasil con Isabella cuando comenzaron sus síntomas, ¿no? —Jos asintió confundido.

—Yo no la embaracé. —soltó asustado.

—No estoy diciendo eso, idiota. —le dije y dejó salir un suspiro aliviado. —¿Sabes cuántos meses tenía? —Jos comenzó a pensar, hacía muecas de todo tipo hasta que finalmente asintió.

—Dos meses, creo. —dijo mientras me miraba con los ojos entrecerrados. —No me digas que Cassandra ya te vino con su teoría. —asentí sin mirarlo puesto que talvez ella tenía razón. Ese bebé podría tener los mismos meses de gestación que tendría el mío.

Isabella dijo que tenía cuatro meses de embarazo en una de las entrevistas, pero no creo que sea así. Su vientre lucía más grande de lo que sería uno normal.

Si ese bebé es mío, tendrá... ¿Cerca de seis meses quizá?

—No sé si ella te lo dijo pero... Viajará a Inglaterra esta noche. Intentará llegar a Bella y hablar con ella. —mi corazón dió un vuelco, no sabía si de dolor, sorpresa o de inesperada alegría.

—¿De verdad? —asintió. —Espero que la encuentre y pueda hablar con ella.

Si lo hacía, le sacaría información sobre su embarazo. Cassandra es tan terca como Isabella, y no se iría hasta que ella le diera una explicación.

My King #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora