e x t r a 3

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Isabella.

Había una multitud de personas importantes de otros países. Habíamos organizado una cena privada para festejar los dieciocho años de los mellizos, ambos lucían realmente atractivos. Braulio vestía un traje negro con corbata azul marino, mientras Claire vestía un vestido largo del mismo tono que la corbata de su hermano. Ambos tenían en sus cabezas sus respectivas coronas haciéndolos lucir importantes. Alondra de igual manera tenía su corona y vestía un vestido color turquesa.

Alonso platicaba con el rey de España quien tenía un hijo un año mayor que Alondra. Notaba que mi hija le echaba miradas de vez en cuando con tímidez y él de igual manera la miraba. Es muy pequeña para tener novio, y más si el niño también pertenece a la realeza. Se haría todo un drama.

Pero en el corazón no se manda.

Todos se quedaron en silencio al escucharse las trompetas, las enormes puertas se abrieron dejándome ver a mi padre quien venía acompañado de un reluciente James.

Alonso, mis hijos y yo nos pusimos de pie para recibirlos. Creí que no vendrían.

—Abuelo, me da mucho gusto que esté aquí. —le saludó Braulio mientras lo abrazaba.

—Brau, te he dicho que basta de formalidades. —le recordó mi padre sonriente. —Feliz cumpleaños a los dos, por cierto. —Claire le sonrió y se acercó a abrazarlo.

—Les hubiera traido un regalo, pero no sé qué cosas les gustan así que... Si me disculpan, iré a buscar algo de comer. —dijo James abrazando rápidamente a mis hijos para después escabullirse y tomar asiento para que le llevaran la cena.

—Él insistió en venir, lo lamento. —se disculpó haciendo una mueca provocándome una risa. —Vamos a cenar, ¿no? El muchacho debe comer para estar fuerte y poder rein...

—Sí, sí, a comer, vamos. —lo interrumpí, puesto que jamás le dije a Braulio aquello que mi padre quería que le dijera.

Siempre que tenía oportunidad para hacerlo surgía un inconveniente.

La cena transcurría tranquila, el ambiente era agradable puesto a que Braulio le gustaba socializar con las demás personas. En cambio Claire, bueno, ella disfrutaba de la comida que estaban sirviendo. Algunas de sus amigas asistieron al evento así que prácticamente no estuvo tan sola. Kenai no pudo venir ya que debía trabajar, él le había dejado en claro a Alonso que no quería aprovecharse de nuestro dinero y que haría lo necesario para brindarle una buena vida al pequeño bebé que viene en camino.

Alonso, por supuesto, no dejaría sola a su pequeña. Nosotros también estaremos cooperando para su embarazo, pero ella había tomado la decisión de irse a vivir con Kenai una vida normal y tranquila. Cosa que, conociendo a los periodistas, será imposible.

Algunas horas después nos encontrábamos en la sala, había llegado el momento de informarle a Braulio lo que mi padre quería ofrecerle. Era algo que se tenía que pensar con demasiado tiempo, pero que estoy segura que mi hijo sabrá sobrellevar si es que lo acepta.

Jos y Bryan estaban con nosotros con la excusa de que tenían algunos pendientes con Alonso, sin embargo yo sabía que querían escuchar lo que mi padre iba a decir.

—Braulio, eres el mayor de mis nietos y sé que según las leyes de tus padres el hijo mayor tiene derecho a reclamar el trono. —mi hijo asintió dándole la razón.

—Así es, yo ascenderé al trono cuando llegue el momento. —dijo en un tono demasiado formal. —Pero aún no logro comprender qué tiene que ver con lo que me viene a ofrecer, abuelo. —mi padre le sonrió y se puso de pie.

My King #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora