V e i n t i o c h o

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Alonso.

Los doctores estaban en el cuarto que le habían asignado al tío de Bella cuando lo trajimos al hospital. Habían dicho que había estado cerca de cuatro días en ese estado y por lo tanto estaba deshidratado y débil.

Era un milagro que aún estuviera bien, con vida.

Al día siguiente Jos y yo decidimos irlo a visitar, no sabíamos si sería buena idea contarle lo que ha sucedido con Isabella pero él merecía saberlo. Tal vez hasta podría hacer algo para convencerla de regresar, aunque también existía la posibilidad de que de verdad ella ya no me amara y no quisiera saber nada más de mí. Pero tampoco creo que ella fuera tan malvada como para abandonar a nuestros hijos, mi Bella no haría eso... ¿O sí?

—Alonso, insisto en que no es buena idea. El pobre hombre aún se tiene que recuperar. —me dijo Jos deteniéndose en la puerta de la habitación de hospital.

Tal vez tuviera razón, pero sé que él también estará preocupado por Bella y que querrá que su sobrina regrese.

—Hay que arriesgarnos, creo que esta es una situación de vida o muerte Jos. —él se quedó meditando mis palabras y finalmente hizo una mueca para después abrir dejándonos a la vista al pobre señor aún dormido. —Demonios. —murmuré y en ese momento él abrió los ojos.

—Alonso... Pasa. —dijo apenas audible haciendo un ademán con la mano.

Jos y yo entramos y nos acercamos a su camilla en donde él nos miraba atentamente.

—¿Cómo se siente? —le cuestioné, él soltó un pequeño suspiro con los ojos cerrados y finalmente y volvió a mirarnos.

—Un poco mejor. —sonrió. —¿Y mi sobrina? ¿Se quedó con los niños? —un nudo se formó un mi garganta, no pude pronunciar ninguna palabra hasta que Jos habló por mí.

—Bella se fue con los Blair. —le dijo provocando que se alterara y se sentó mirándonos ambos.

—Debí suponerlo, no nadamas porque sí me iban a mantener amarrado hasta que muriera. —sus ojos viajaban de un lado a otro, lucía desesperado pero no al límite de comenzar a gritar.

—Alonso cree que usted nos puede ayudar a que vuelva. Ella le dijo que ya no lo quería pero al parecer mi amigo no pierde la esperanza. —rodé los ojos y crucé los brazos, yo sabía que Bella aún me quería lo pude ver en sus ojos pero sus palabras me hacían creer lo contrario.

—Ella pudo haberlo dicho por Charlotte. Alonso, imagino que sabes cómo es esa señora. Es capaz de todo para lograr lo que quiere. —asentí, Ethan me había dicho lo mismo.

No lo dejé salir de su habitación después de la primera comida con los Blair, no quería que se cruzara por su camino y lo había dejado vigilado por cuatro hombres.

—¿Pero sabe cómo hacer que regrese acá? —cuestioné, de verdad la necesitaba de regreso y no solo yo, también nuestros hijos.

—No estoy muy seguro, pero conservo el número de Christian así que tal vez él nos pueda ayudar a traerla de regreso. Él mejor que nadie conoce a su madre. —asentí y solté un suspiro. —Déjamelo a mí.

Después de algunos minutos Jos y yo regresamos al castillo, Freddy dijo que él se quedaría en la noche con el tío de Bella así que yo me podía quedar tranquilo. O eso supongo.

Solo espero que todo vaya bien y pueda tener de regreso a Bella pronto. Aunque si era verdad aquello de que ya no me amaba creo que lo mejor será dejarla en libertad. No soy nadie para mantenerla atada a mí, yo solo quiero verla feliz.

(...)

Eran cerca de las tres de la madrugada cuando sentí que las luces de la habitación se encendieron. Al principio creí que eran los mellizos pero al ver a Jos y Bryan entrando supe que algo andaba mal.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me despiertan a esta hora? —les cuestioné mientras me sentaba en la orilla de la cama.

Ambos me miraron preocupados y yo comenzaba a sentirme impaciente. ¡Necesitaba saber lo que estaba pasando! Por las expresiones en su rostro comienzo a imaginar que no es nada bueno.

—El tío de Bella acaba de fallecer, los doctores dicen que dejó de respirar. —me explicó Bryan mientras Jos mantenía la mirada baja.

No puede estar pasando esto, ¿por qué justamente cuando creí que mi vida iba a mejorar las tragedias vuelven a mí?

Si mis padres estuvieran aquí ellos sabrían qué hacer o de alguna u otra manera hubieran impedido que los Blair pisaran nuestras tierras nuevamente.

—Tenemos que ir. Llamen a Alan y Cassandra para que ella cuide a los niños. Necesitaré a Alan para que hable con Freddy, ¡se supone que ese imbécil iba a cuidarlo! —exclamé desesperado, caminé hasta el armario y saqué una camisa y un pantalón para vestirme rápidamente y salir rumbo al hospital.

Me parece extraño que haya dejado de respirar así como así, ¡en la tarde él estaba bien!

Jos y Bryan me siguieron hasta la planta baja en donde esperaríamos a Alan y, después, encontraría respuestas.

(...)

Isabella.

Charlotte me había llamado para que comenzáramos a ver los vestidos para mi próxima boda. Eran cerca de las cinco de la tarde y yo me estaba muriendo de hambre, mi pequeño bebé pedía a gritos un poco de alimento así que no dudé en desviarme hacia la cocina.

Mi padre se encontraba ahí con el celular en la mano mientras hablaba con alguien en la pantalla, cuando me miró se puso tenso y me indicó con temor que me acercara.

Cuando vi a la persona del otro lado de la pantalla no pude evitar comenzar a soltar lágrimas, mi tío me estaba mirando y lucía demasiado cansado además de que pude notar que estaba en el hospital.

—Mi niña hermosa. —me dijo sonriendo. —Mi pequeña Isa, ¿cómo estás?

"Mataré a todos los que quieres."

—Me encuentro perfectamente, gracias. —le dije cuando recordé las palabras de Charlotte e intenté guardar la compostura.

—Isabel, no temas. Ella no está aquí, hija podemos ayudarte a que regreses con tu esposo. —me susurró mi padre, mi tío asintió aún mirándome y fue entonces cuando ya no pude contenerme y me solté a llorar como aquellas veces en las que me encuentro sola.

—Isa, Alonso está muy triste y desea que vuelvas con ellos. Tus hijos te necesitan al igual que yo, y ni se diga del pobre Alonso. —las lágrimas continuaban resbalando por mis mejillas con rapidez, mi rostro se estaba tornando rojo y no podía controlar mi tristeza.

Alonso, mi hermoso Alonso estaba mal. No podía soportar la idea de que el papá de mis hijos estuviera lejos de mí, sufriendo. Pero tampoco podía poner sus vidas en riesgo.

—Tío, que más quisiera que volver junto a ustedes, pero... No puedo. —dije con la voz entrecortada.

—Bella, no te preocupes. Tu padre y yo idearemos un plan, estarás de regreso cuando menos te lo esperes. —su sonrisa me dio esperanza, pero aún así no podía evitar sentirme temerosa.

Esto no va a salir bien, lo puedo presentir.

My King #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora