Los fantasmas de mi pasado...(Niall horan/Barbara Palvin)

Capitulo 38

NO ESTA CORREGIDO...

Cada vez que sientas que la tristeza te persigue, déjala entrar a tu vida, que con ella aprenderás a ser fuerte.

-Pero dime qué te pasa, te puedo ayudar- le pregunto asustada, ella traía una mochila, deje que pasara y la ayude a sentarse en la sala de estar junto con los demás chicos que me miraban extrañados, y con cara de preocupación.

-¿Podemos ha… hablar a solas?- me dijo en un susurro a lo que yo asentí, tome su mochila y nos dirigimos a mi cuarto, les hice una seña a  los chicos para que no nos siguieran y no preguntaran.

-Okey, ahora dime que te paso- digo mientras me siento enfrente de ella en la cama, para poder charlar mejor.

-es que después de la academia, fui a mi casa y me pelie con mi padrastro, porque decía que gastaba mucho en la academia y no tenían dinero para pagarla, y como era de esperarse mi mamá lo apoyaba en todo, y me dijo que era un desperdicio que gastaban mucho dinero en mí, y tome mis cosas y me fui, pero ahora no se dónde ir, y súper que tu vivías aquí, pensé que me podías ayudar solo por unos días, fui donde Pablo, pero no lo encontré y no lo quería molestar ya que su hermana está enferma, y era mucho problema para el- dijo tímida, mientras que con cada relato que me iba diciendo se encogía más de hombros, aun le caían unas pocas lagrimas por los ojos, pero no estaba segura de si ayudarla o no.

Igual de todas formas ella siempre fue buena conmigo, y yo la trate mal desde el primer día, y ha sido una de las pocas personas que ha sido amable conmigo desde que llegue, no estaría mal que se quedara.

-claro, no te preocupes,  puedes quedarte el tiempo necesario, de todas formas aquí nos sobran habitaciones- la tranquilizo poniendo un brazo en su hombro de forma nerviosa y sobándola para que este mejor.

-Enserio muchas gracias, no sabes que aria sin ti- dijo limpiándose la cara con el ante brazo.

Me levante para tomar unos pañuelos de la cómoda y se los entregue.

-Gracias- me dijo cuando ya se había limpiado las lágrimas.

-ven, vamos a mostrarte tu nueva habitación- le dije tomando su mochila, y dirigiéndola a una habitación cerca de la mía.

-Es aquí, vamos pasa- le dije corriéndome a un lado para que pudiera pasar, me dirijo a la cama y dejo la mochila encima de esta. La habitación es celeste pastel, con los marcos y muebles blancos, con una cama en el centro tamaño King con un guardarropa un poco más pequeño del mío, con una ventana que da a todo el jardín junto con la piscina.

-No es la más grande pero estarás cerca de mí, espero que te guste- le dije mientras le habría las cortinas para que mostrara la luz de un día nublado.

-Bromeas, esto es más grande que toda mi casa junta- dijo con una sonrisa, me alegro por ella, por lo menos ya no estará tan deprimida por su familia, dios como deben de ser de malos esos tipos.

-ajajjaaa, mira esto es para las puerta, la televisión, la ventana y otras cosas, solo presiona el botón con lo que quieres- le dije entregándole en control de la habitación.

-Wuaooooh… que moderno- dijo alagando todos los lujos, no me sorprende su comportamiento, cuando llegue de Chile me comporte de la misma forma que ella incluso peor.

-No hay de que, por acá esta tu baño- la hago señas a un puerta, la cual se dirige tímida y abre la puerta, y con asombro admira su nuevo baño. Es todo blanco con cerámicas, en una esquina tiene unos pequeños escalones que dirigen a una ducha para dos personas, en otro rincón un mueble para que guarde todas sus pinturas o cremas y esas cosas y en el suelo una que otra planta o jarrones decorativos, el lava manos junto con un gran espejo en la muralla.