Capitulo 44 "nunca me dejes"

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Narra Elizabeth.

A la mañana siguiente me levante con más ánimo que nunca, ayer en la tarde lo había pasado muy bien junto con Niall y los chicos, cuando Niall y yo nos quedábamos solos teníamos nuestro momento de amor aun no lo queríamos hacer oficial, ya que yo no estaba preparada, todavía me cuesta asimilar que estoy con alguien como Niall.

Me remuevo en la cama al escuchar el sonido de mi teléfono, me giro en dirección a la mesita de noche junto a mi cama y cojo el celular.

—     ¿Diga?— conteste sentándome en la cama sin antes ver el identificador de llamadas.

—     ¡Mi niña!—exclamo una voz inconfundible para mí.

—     Mama, ¿Cómo estás? —le pregunte feliz de escuchar la voz de mi madre, ya que solo nos comunicábamos vía mensaje.

—Muy bien ahora que te escucho, espera un momento… ¡¡Robert la niña esta al teléfono quieres hablarle!! — se escuchó muy fuerte el grito de mamá, haciendo que alejase el celular de mi oído.

Sonrió al acordarme como de grito es a veces mi madre, se escucharon unos pasos hasta que volví a escuchar otra voz que tanto extrañaba.

—Mi princesa… ¿Estás ahí? — pregunto mi padre confundido con ese tono de voz ronco, aunque lo esté pasando increíble acá en Londres igual los extraño.

—Si pa’ ¿Cómo estás? —felizmente lo salude aún recuerdo cuando me decía mi princesa enfrente de mis compañeros y yo siempre me sonrojaba en ese tiempo lo encontraba humillante, pero ahora con solo recordarlo se me alegra el día.

—Bien ¿tu madre te conto que me dieron un aumento en el trabajo? —contesto feliz y orgulloso de su trabajo.

—Sí, mencionó algo así. Estoy muy feliz papá, enserio te lo merecías—dije felicitándolo gustosamente.

—Mi princesa, ahora te dejo con tu madre que no me deja de molestar. Bueno me alegra de que estés bien espero que llames más, te quiero adiós— y con eso se despidió luego se escuchó como le pasaba el celular a mamá.

—Mi niña, yo también te dejo. Era para saber cómo estabas, estoy tan feliz de saber que el cambio te está ayudando bastante—me gusta escuchar a mi mamá hablar con tanta felicidad, me acuerdo cuando paso lo del accidente como la escuchaba llorar y mi padre consolándola. Ambos estaban tan preocupados por mí, hasta ellos me mencionaron que tenían miedo de que me suicidara. Para mi ellos son los mejores padres que puedan existir y se merecen toda la felicidad del mundo.

       —A mi igual mamá, bueno te dejo adiós te quiero—Luego de otro adiós ambas colgamos. Me anote mentalmente volver a llamarlo uno de estos días, extraño nuestras charlas incomodas y divertidas, en realidad extraño todo de ellos me encantaría tenerlos aquí conmigo.

Corro las sabanas y me levanto me coloco mis pantuflas de corderito, abro las cortinas junto con la ventana, y como siempre un húmedo y nublado Londres me despierta con suaves ráfagas de viento. Dejo la ventana abierta y me dirijo al baño me deshago de mi ropa y me doy una ducha rápida y templada, colocándome la bata de baño me seco el cabello luego me lo peino y me dirijo al enorme guardarropa para vestirme. (Imagen del look en multimedia)

—     Hola Alejandra— Saludo a la sirvienta entrando a la cocina y sentándome en un banquito.

—     Hola, señorita Elizabeth— me saluda alegremente, mientras coloca un plato con ricas crepas con tozos de plátano y frutilla junto con crema de nutella y jugo de durazno.

—     ¿Dónde están los demás? —pregunto extrañada al no ver a los demás por ningún lado, en sí la casa está en completo silencio.

—     Fueron a una entrevista con la revista “Time Out” — asiento con la cabeza mientras                     llevo un trozo de la rica masa a mis labios.

Los fantasmas de mi pasado...(Niall horan/Barbara Palvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora