MotorSport.
noun. A sport involving the race of motor vehicles, especially cars and motorcycles.
Significado en español:
Automovilismo.
1. s. m. DEPORTES. Deporte que consiste en hacer competencias con el automóvil.
2. Conjunto de conocimientos teóricos y prácticos sobre la construcción, funcionamiento y manejo de automóviles.m. Técnica de construcción y conducción del automóvil.
* * *
Los terrenos baldíos de Oakland eran conocidos por todos y al mismo tiempo por nadie en la bahía, había todo tipo de personajes durante las noches de carreras, desde el más punk hasta la valley girl que venía de vacaciones a San Francisco/Oakland para tener un fin de semana alocado con sus amigas. Desde el momento en el que ponías un pie en el lugar te dabas cuenta que había una bandera roja que gritaba "¡LARGO!". Hay una casa en ruinas que sirve como escondite si la policía aparece. Una fogata frente a lo que queda de un coche que se volteó aquí hace quizá unos veinte años.
La gente congregada alrededor de la larga pista improvisada en la tierra, apretada hombro con hombro aunque hubiera suficiente para todos aunque debido al frio todos se mantenían unidos. El aire, como siempre, una mezcla del humo que sueltan las llamas de la fogata, el olor de hule quemado que emana de las llantas de los coches de cada corredor. Hay voces que gritan por todos lados arremolinándose, chocando unas con otras mientras se gritan los nombres del siguiente corredor y su contrincante, billetes que se sacuden en el aire junto con los brazos del dueño de dicho dinero, dispuestos a formar parte de la apuesta que está organizando Steve esa noche.
Camino detrás de toda la multitud, a lo largo de la pista hasta que decido sumergirme entre la gente para llegar hasta el lugar al que pertenezco, visualizando a mi gente. Welcome To The Jungle sonando apropiadamente a todo volumen desde las bocinas de uno de los coches del lugar.
You're in the jungle, baby.
—¡Baby, tenemos casa llena! —grita mi hermano con una amplia sonrisa que deslumbra a absolutamente todos a nuestro alrededor.
El claxon suena tres veces anunciando que es momento de que todos tomen sus posiciones porque la noche está a punto de comenzar. La gente comienza a dispersarse un poco entre el aire lleno de humo y polvo que ha dejado un coche viejo que ha cruzado hacia su lugar a toda velocidad para llegar con su equipo. Sobre el techo de un viejo Challenger, el antes mencionado Steve, sostiene un fajo de billetes en una mano y un megáfono en la otra, mira hacia todos lados, admirando sus tierras como si fuera el rey del mundo, o el rey león.
—¡Bienvenidos a Oakland! Si vinieron a buscar diversión la van a obtener y si vienen en busca de dinero... bueno... pueden obtenerlo si toman una sabia decisión. —todos vitorearon a Steve—. Yo mando en este lugar. No pueden cruzar la línea de contención que está puesta ante ustedes, no pueden acercarse a los corredores ni a sus coches una vez que estos estén en posición, después de eso pueden libremente ir a ofrecer mamadas.
—¡Ya cállate Steve! —grita Jamie por encima del tumulto, hacia nuestro honorable maestro de ceremonias.
Aquí estoy yo, de pie con unos shorts y camiseta holgados, con apariencia de ir al jardín de niños y no a correr un viejo Comet para ganar dinero. Después de que llegamos a San Francisco le prometí a mi hermano que lo que sea que él hiciera lo haría con él, y él prometió lo mismo, cuando comenzamos a correr no sentí que este fuera un buen lugar para nosotros; sin embargo, a mi hermano parecía agradarle. Debido a que éramos nuevos en la ciudad no teníamos idea que existía este tipo de vida en la ciudad vecina.
—Esta noche, damas, caballeros, y todos aquellos que aún no se deciden, tenemos dos corredores que viajaron desde el sur de nuestra querida California para tener una oportunidad, y aquí están hoy, démosle una bienvenida a Joey Smith y Dom Bing, y a sus Charger 69. —tan rápido como Steve termina de gritar los dos coches entran a la escena con su color rojo brillante.
La multitud emocionada vitorea mientras otros abuchean a los dos chicos que se sientan en sus ventanillas para darse a conocer ante todos. Todos se calman en unos segundos después de que Steve mueva sus palmas de arriba abajo para que lo dejen hablar. Mis manos suben inmediatamente a mi rostro en cuanto escucho los ladridos y aullidos explotar en las bocinas del coche de Steve, y un "mierda" sale de mi boca en el momento que Black Skinhead estalla aún más fuerte.
—Nuestros siguientes corredores no necesitan más introducción que esta bella canción; sin embargo me pica la lengua por gritar sus nombres y que aquellos que no los conocen tengan en placer de hacerlo... señores sostengan a sus señoritas ¡porque Saint y Storm DeWolf corren esta noche ante sus ojos!
Las luces de un coche se encienden en nuestra dirección atrayendo las miradas de los demás como las moscas se atraen a la luz. Storm salta del capo de su coche dirigiéndose a la puerta del piloto, una sonrisa se extiende en su rostro hacia las chicas que lo observan risueñas. Yo simplemente me despego del frente de mi coche y camino hasta mi lugar.
—¡Suerte, baby! —grita mi hermano antes de acomodarse en su lugar.
Todos aquellos que siempre están aquí vitorean y esos que han abucheado a los del sur alzan sus brazos emocionados. El Camaro avanza primero hasta colocarse junto a uno de los chicos rivales que sigue sentado sobre su ventanilla, y yo me coloco junto a mi gemelo que parece querer tentarlos. Storm hace lo mismo se sienta sobre la ventanilla, veo como mueve sus labios y le dice quién sabe qué cosa para después dedicarle una sonrisa cínica.
—Storm, adentro. —le grito desde mi lugar. No conocemos a estos tipos y podrían hacer lo que sea para ganar.
Sophia camina fresca hasta el medio, colocándose entre ambos pares de coches, los pantalones de cuero negro hacen lucir sus piernas aún más largas y delgadas de lo que ya son, se quita la chaqueta rosa y baja por su nariz los diminutos lentes de sol negros de media luna, que sin razón aparente usa a estas horas de la noche. Levanta la chaqueta con un brazo, sonriendo hacia todos nosotros. En menos de un minuto el brazo de la rubia cae rápidamente haciendo que su chaqueta golpee un poco el piso y el Camaro de mi hermano sale disparado hacia el frente a toda velocidad. Me toma unos segundos reaccionar; meto primera y piso el acelerador a fondo.
Los sureños me llevan una delantera de al menos dos metros y le pisan los talones a Storm pero este no se deja y acelera más. Saca su brazo por la ventanilla y agita su mano de atrás hacia adelante. Esa es mi señal y meto la última velocidad del Comet haciendo que este salga a toda velocidad pegándome al respaldo del asiento. Las pequeñas rocas de la terracería salen volando y por el retrovisor veo a todas las personas cubriéndose el rostro para que no los golpeen. Steve grita algo en su megáfono pero yo no lo escucho. Quedo atrás de Storm y en un movimiento demasiado estúpido, giro el volante a la derecha y me meto entre él y el Charger de uno de nuestros oponentes. El coche baja la velocidad y empieza a ir en zigzag cuando su conductor pierde un poco el control del volante.
En ese momento me doy cuenta que estamos llegando al final de la pista y que tengo que dar una vuelta demasiado peligrosa y que no sé si sea capaz de dar. Busco en el asiento el radio para poder preguntarle a Storm que demonios hago; sin embargo, cada vez estoy más cerca, los Charger ya están más cerca y en un abrir y cerrar de ojos mi hermano da una vuelta levantando toda la tierra del suelo y haciendo que una nube me limite la visibilidad. Y hago lo que puedo: giro el volante a todo lo que da, el coche colea un poco y después se estabiliza. En ningún momento dejo de acelerar y en menos de lo que pienso ya estamos cada vez más cerca de donde se quedó Sophia.
Toco el claxon para que reaccione y rápidamente sale corriendo hacia un lado en donde se encuentra toda la gente. Storm frena a unos cuantos metros frente a mí y escucho a todos vitorear. Y por fin después de lo que pareció ser una eternidad, mi corazón vuelve a acomodarse en mi pecho y el aire entra a mis pulmones. El dinero vuelve a ser intercambiado entre la multitud y Steve me mira con una amplia sonrisa en su rostro, me señala con el fajo de billetes y guiña un ojo.
Una castaña de cabello hasta la cintura sube al Camaro frente a mí y este desaparece casi inmediatamente. Dejo caer mi cabeza sobre el respaldo del asiento y suelto un profundo suspiro. Es momento de que me retire.
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MotorSport
RomanceAún recuerdo cuando la conocí. De pie con su camiseta holgada y pantalones rasgados, el ceño fruncido y debajo de él, dos ojos azules que me observaban confundidos. Había demasiadas cosas que Ace Bogart ocultaba; sin embargo, ninguna de ellas me im...