Capítulo 10

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Nina

Había dejado de tomar las pastillas, y otra vez no dormía.

Solo contemplaba las noches, las estrellas y la luna.

Yo odiaba las cosas relacionadas con la naturaleza pero ahora le veía más sentido.

Veía el cielo más bonito, y era lo único que me desvanecía de mis pensamientos.

O eso intentaba pero era inevitable.

Liam ni si quiera despertaba, y un sentimiento de culpa me estaba arrastrando por el chico Aiden.

Me quedaba toda la noche en el sillón, esperando el amanecer.

*******

Ignoraba el desayuno que me traía la enferma y me dirigía hacia la cafetería, allí la comida estaba más buenas.

Iba andando hacia la cafetería que estaba dentro del hospital, y me encontré a Aiden junto a su padre, parecía que le estaba dando su móvil y unos auriculares.

Aiden desvío su mirada mirándome, y yo a él pero no nos dijimos nada.

Me dirigía hacia la barra para pedirme un café, y algo de comer.

Me estaba sintiendo cansada.

El cuerpo se me debilitaba.

Pero me intentaba mantenerme en pie.

Me dieron mi café finalmente, y me iba hacia mi habitación saliendo de la cafetería pero de tanto cansancio que tenía el café se me caía y se rompía la taza contra el suelo.

Todos desviaban su mirada a mi rápidamente y me quedé mirando a todos.

Aiden era el único que desviaba su mirada hacia a mi con lentitud y frialdad.

Nadie hizo nada.

Él se levantaba despacio y luego su padre viniendo hacia a mí.

Puse mi mano sobre mi frente, y el su padre fruncía su ceño.

—¿Se encuentra bien, joven?—

—Papá, quédate aquí, yo la llevaré a su habitación.—

Aiden tocaba mi brazo con delicadeza y me llevaba hasta mi habitación.

Me tumbaba en la cama, sintiéndome que débil, y miré a Aiden.

—Tengo hambre.—Dije susurrando débilmente.—

—Enseguida vuelvo.—

Aiden parecía volver al poco tiempo, colocando una bandeja sobre mí y subía la mirada.

Era una porción de pastel de chocolate, un croisant y café.

Aiden después se sentaba en el sillón.

—Come, te sentirás mejor.—

No dije nada, simplemente desayuné.

Había desayunado todo de la bandeja en silencio y me sentía mejor aunque con sueño.

Respiré hondo después de comer y miré a Aiden.

—Gracias por ayudarme, otra vez.—

—Si, siempre te estoy "salvando" la vida.—Decía poniendo entre comillas al aire y un tono de ironía.—

Se me escapaba una pequeña risa, y asentí con mis ojos lleno de cansancio.

Pero Aiden me miraba fijamente.

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