Aiden
Nina había terminado de cortarme el pelo, pero yo aún mantenía los ojos cerrados.
—Déjame hacer una cosa, levántate.—
Me levantaba despacio de la silla, y Nina tocaba mi mano.
—No abras aún los ojos.—
—Ya me he visto..—
Nina me interrumpió.
—Hazme caso.—
Suspire sin más pero le hacía caso.
Me dejaba guiar por Nina mientras me agarraba su mano y me pare cuando ella me ordeno.
—Ahora si puedes.—
Abría mis ojos lentamente poniendo mi mirada frente al espejo.
A mi reflejo.
Me veía que estaba rapado entero, sin ningún pelo.
Me quedaba mirándome por un rato, intentando visualizar lo que estaba viendo.
Nina repentinamente pasaba mi mano por mi cabeza, y giré mi mirada a ella.
—Parece más adulto.—
Nina acariciaba mi cabeza por unos segundos y retiraba su mano de mi, mirándome a los ojos.
—Te queda genial.—
—¿Tú crees?—
—De verás que sí.—Asintió.—
*********
Me había mareado, había perdido la consciencia y mi madre me explico que dormí durante horas por ello.
Me dijo que Amy se quedó pero que mi madre le pidió que se fuese por su bien, para que su madre no se preocupase.
Regrese al instituto a los días, y Amy estaba preocupada por mi aunque se quedó tranquilidad cuando me vio presente.
También estaba preocupada hacia mi madre, creyó que no le caía bien, fue tenso realmente el encuentro.
Amy yo pasábamos más tiempo, mis padres conocieron más a Amy, y ya si que se llevaban bien.
Un día como otro, estábamos con las bicis, aunque, Jennifer me prestaba la bici de su hermano.
Siempre cenábamos a fuera, una pizza, hamburguesa o perritos calientes.
Y luego nos poníamos con las bicis hacer rutas por todo el pueblo, hasta acabar siempre en el parque derrotados y cansados.
Hablábamos de los chismes del instituto, de nuestra clase, de la gente en general.
Pero a veces, Amy y yo nos íbamos a los columpios para hablar de nuestras cosas.
Aunque esa noche, Amy se sentó en mis rodillas y nos besabamos más de la cuenta.
Amy interrumpía mi beso, y me separaba de sus labios.
—Quiero dar una vuelta con la bici.—
—¿Avisamos a los otros?—
Ella negaba.
—Solo tú y yo.—
Sonreí de lado asintiendo, y ella se levantaba.
Nos dirigíamos hacia las bicis, avisando a los chicos que nos daríamos una vuelta solos, y que volveríamos pronto.
Nos montamos en la bici, y dábamos vueltas por el pueblo.
Amy vio unos asientos para descansar por el pueblo y dejábamos las bicis en el suelo.
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Vidas Cruzadas
RomanceUn accidente y vidas cruzadas. Una pareja adolescente, y una pareja adulta. Se encuentran los cuatros en un estado grave en el mismo hospital. Aiden, el adolescente de 21 años recordará su vida y compartirá momentos con Nina de veintiocho años. Ambo...