Capítulo 28

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Aiden

—Entonces, ¿Podrían trasladarme a mi casa?—

—Si, por supuesto, y además en tu últimos análisis se te ve que estás mejorando pero no hay que confiarse, puedes volver a recaer cuando menos te lo esperas.—

—Lo sé, me hago una idea, pero me gustaría salir de aquí por una vez, llevo en este hospital casi tres meses y quiero.. hacer vida normal dentro de lo malo, es decir, llevar bien la enfermedad que tengo.—

—Si, si, si es entendible todo lo que dices, pero yo te recomendaría que estuvieras con más reposo cuando se haga el traslado a tu casa, y que lleves una vida tranquila.—

—Lo haré.—

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Me daba una última ducha en aquel baño del hospital cerrando mis ojos, no me podía creer que iba a salir del hospital.

Deseaba de todo corazón quedarme con Amy todos los días en el hospital, pero ahora que estoy mejorando, quisiera salir y vivir un poco.

Cuando termine de ducharme, me seque y me puse el pijama del hospital.

Todos en el hospital ya dormían, y yo me acerque a la habitación de Amy.

Me sentaba en el sillón tomando su mano, con una media sonrisa.

—Mañana volveré a casa, volveré hacer vida.. otra vez y no quiero que te enfades.—Hablaba con Amy, mientras acariciaba su mano.— Yo vendré a verte, no voy a dejarte, ni de broma, pero necesito salir de aquí.. quiero mantenerme con vida para cuando tú despiertes y al menos que me veas bien antes de que yo muera.—

Me estaba poniendo nervioso, era como si me estuviera declarando, me sentía a si.

Me estaba riendo como un estúpido, y controlaba mi respiración.

—No se por que estos nervios tan tontos, tal vez por qué me sienta mal de irme del hospital.—Susurré, sintiéndome mal pero luego sonreí.— Estoy nervioso como.. como nuestra primera vez.—Dije agachando la mirada, sonriendo como un niño pequeño.— ¿La recuerdas?—

********

La madre de Amy no estaba en casa.

Estábamos solos, cenando en la cocina y hablábamos sobre el instituto.

Después de cenar, decidí limpiar los platos y ver una película junto a ella.

Amy estaba inquieta, lo notaba, no paraba de moverse en el sofá.

Tocaba su pelo para que parara de estar nerviosa.

Ella repentinamente me miraba a mis ojos y suspiraba profundamente.

—Aiden..—

—Dime.—

Ella negaba repentinamente y volvía a mirar la tele.

Yo también volvía a mirar la tele pero me estaba preocupando.

La miraba de reojo.

—¿Estas preocupada por el examen de ciencias?—

—No, no es eso.—

—¿Y entonces?—

Volvía a mirarla.

Amy también me miraba, y se negaba a contar.

Puse una mano sobre su pálido rostro.

—A mí me puedes contar lo que quieras.—

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