Capítulo 38

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Aiden

Me desperté con la imagen de Nina en mi cabeza.

Ahora mismo tenía ganas de salir, salir de la habitación, que me diera otros aires.

Decidí ir a la cocina como de costumbre y desayunar junto a la familia.

—Papá, quería comentarte algo.—

—Claro, dime.—

—Es sobre el coche que te iba a preguntar si tenía seguro.—

—Por supuesto, por si le pasaba algo.—

—Pues me gustaría que lo arreglaran, quiero conducir.—

Mis padres pararon de desayunar mirándome fijamente.

—¿Que quieres volver a conducir?—Preguntaba mi madre de repente, mirándome con asombro.—

—Si, ¿Por qué no?—

—Hijo.. ¿Acaso no te da miedo después lo que ha ocurrido?—

—No he muerto, mamá, sigo vivo.—

—No quiero que acabes en coma como Amy.—

—Solo ha sido un accidente, no significa que pueda volver a ocurrir.—

—Todo puede ocurrir.—Mi madre se levantaba de su asiento, y recogía sus cosas de la mesa.— Definitivamente me niego a que vuelvas a conducir.—

—Mama yo no quiero volver a discutir contigo, ¿vale? A si que quiero que el coche se arregle y quiero conducirlo.—

—Te he dicho que no y tu padre seguro que opinara lo mismo, no quiero que te ocurra otra vez lo mismo.—

—¿Temes a que me muera o acabe en coma? ¿Que mas dará eso? Me estoy muriendo igualmente.—

—Aiden.—Dijo mi madre quejándose de mi contestación y negué con resignación.—

—Quiero mi coche.—

Me levantaba de la mesa para irme de allí y decidí ir al baño.

Me di una ducha fría, luego iba a mi habitación a secarme y a vestirme.

Salía de casa con mucha energía.

Tenía ganas de vivir.

Me apetecía hacer cosas.

Y últimamente pienso bastante en Nina.

*******

Mi madre entraba en la habitación del hospital junto a Amy.

Abría mis ojos repentinamente al ver a Amy aquí, y miré a mi madre enfadado.

—¿Se lo has contado?—Le pregunté refiriéndome a mi madre.—

Amy negó rápidamente.

—Fue Jennifer.—

Para que le dije nada..

Mi madre decidió dejarnos solos, y Amy se acercaba a mi despacio aunque con desconfianza.

—¿Que haces aquí?—Le pregunté mirándola fijamente.—

—Jennifer me contó que tenías leucemia..—Amy bajaba su mirada al suelo con sus ojos brillosos, pero luego me miraba con inocencia.— ¿Cuándo fue?—

Suspire profundamente.

—Hace casi cinco meses me diagnosticaron leucemia.—

—¿Qué? ¿Entonces..?—

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