Capitulo 50

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Nina

Entraba en casa al medio día, tenía un dolor de cabeza terrible, y le pedí a mi jefa que me diera el día libre.

Ella me lo dio sin problemas, sabía que trabajaba sin parar aunque me sentía mal por Dan, tendría que trabajar el doble.

Entraba al salón cuando abría mis ojos con atención.

Brenda estaba junto a Liam estudiando, tenían apuntes y un libro en la mesa.

Me quedaba mirándole a ambos con frialdad y Liam desviaba su mirada a mi.

Él sonrió levantándose y dio un beso en mis labios.

—¿Qué haces aquí tan temprano?—

—Me encontraba mal y le pedí a mi jefa que me dejara ir.—

—¿Qué tienes?—Liam puso su mano en mi barbilla, cariñosamente.—

—Solo dolor de cabeza.—Quite su mano de mi con frialdad y miraba a Brenda con atención.—

Brenda se levantaba mirándome por segundos y sonreía.

—Hola, Nina, cuánto tiempo.—

Me quedaba mirándola de arriba abajo y asentí.

—Hola.—

Brenda sentía que había tensión, y decidió recoger sus cosas, antes de irse se despedía de Liam.

—¿Nos vemos mañana en la universidad?—

—Claro, hasta mañana Brenda.—

—Hasta mañana.—

Brenda se iba de nuestra casa cerrando la puerta y suspiré.

Decidí ir a la cocina para coger una pastilla y tomarla.

Me estaba tomando la pastilla con un vaso de agua y me giraba observando que Liam venía tras mía.

—Deberías de comer algo, no se te pasará el dolor de cabeza solo tomando una pastilla.—

—No tengo hambre.—

—Dejame que te prepare una sopa.—

—No, da igual.—

Decidí ir a la habitación pasando de largo de Liam, y me tumbaba en la cama vestida del uniforme del trabajo.

Cerraba mis ojos lentamente hasta quedarme dormida.

Los abría lentamente cogiendo el móvil y me observe que eran sobre las 18:00 de la tarde.

Decidí ir a darme una ducha para encontrarme mejor, aunque ya me sentía a si por haber descansado.

Después de ponerme cómoda, tenía el pelo mojado aunque peinado y salía hacia al salón.

Liam seguía estudiando en el salón, y me miró rápidamente.

—Mi amor.—

Se volvía a levantar otra vez acercándose a mi y tocaba mi rostro.

—¿Ya estás mejor?—

Asentí.

Liam me besaba de repente lentamente y le seguí el beso aunque luego me aparte.

Liam se me quedaba mirando por segundos.

—Te he comprado magdalenas.—

—Gracias, ahora sí me entró hambre.—

Decidí ir a la cocina observando que había una caja encima de la encimera y la cogía yendo al salón.

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