CAPITULO 34

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-Date prisa! Dijo Elizabeth mirando al asiento trasero donde habían dejado al pobre chico.
(Este estaba echado encima de los asientos, respirando con dificultad)
-Voy todo lo rápido que puedo. Dijo Edward sin dejar de mirar a la carretera.
Llevaba conduciendo mas de media hora y aún no habían llegado a la casa, y la lluvia no ayudaba mucho.

Unos minutos después, Elizabeth volvió a mitar hacia atrás y vio que el chico estaba comenzando a tener convulsiones.
-EDWARD!
-Ya casi estamos! Dijo este entrando en el jardín de su casa.
Rápidamente bajo del auto y abrió la puerta trasera.
-Aguanta. Dijo mientras subía al pobre chico en sus brazos.

Richard, Joel y Zabdiel estaban hablando en su dormitorio, cuando de pronto escucharon la puerta de la casa abrirse.
-Han llegado! Dijo Richard saliendo rápidamente del dormitorio.

Al llegar al piso de abajo, se encontraron a Elizabeth en la puerta, alterada.
-Elizabeth. Dijo Joel llamando su atención. Que ocurre?
(Por la forma en que los miraba, supieron que no era nada bueno)

Esta iba a contestarles, cuando de pronto se escuchó la voz de Edward  desde el salón:
-Elizabeth, date prisa! Esta empeorado.
Con una mueca triste, Elizabeth miró a los chicos y les hizo un gesto con la mano.
-Seguirme.
Sin decir nada, los chicos obedecieron a la mujer y caminaron tras ella hasta el salón.

Al llegar, vieron que Edward estaba sentado en el sofá con un cuerpo en su regazo.
Al ver de quien se trataba, el corazón de los chicos dio un vuelvo al pecho.
-Christopher... Dijo Zabdiel llevándose las manos a la boca.
Este estaba tumbado en el sofá, mientras que Edward le pasaba un paño humedo por la frente. Tenía el cuerpo descubierto mostrando unas horribles heridas en el. Se le veía bastante mal.
(Unas lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas del puerto riqueño)

Al escuchar unos ruidos, Edward se dio la vuelta y vio a los chicos trás el, mirando fijamente a su amigo.
Con una mueca triste, este les hizo un gesto para que se acercaran.
Una vez a su lado, los chicos vieron que su amigo y estaba realmente mal; tenía los ojos cerrados y no dejaba de temblar.
-Que... Le ocurre? Preguntó Joel con voz temblorosa.
(Edward les miró apenado)
-La verdad es que no lo se. Le encontramos tirado en el suelo de la calle, inconsciente. Si no llega a ser por nosotros, tal vez hubiese muerto congelado.
(Elizabeth le miró de mala gana)
No creía que ese fuera el momento oportuno para decirles tal cosa a los chicos, ya lo estaban pasando realmente mal.

Llorando, Zabdiel se agachó en el sofá y acarició el rostro de su pareja.
-Christopher... Dijo apenas en un susurro.
(Elizabeth vio aquella escena con lágrimas en los ojos)
-Despierta, por favor. Volvió a decir Zabdiel mientras le daba un beso en la frente. Te necesito.
Sus dos amigos estaban llorando mientras veían a Zabdiel abrazar fuertemente el cuerpo inconsciente de Christopher.
-Hay que dejarlo descansar. Dijo Edward haciendo que Zabdiel se separará de su pareja. Lo llevaré al dormitorio para que descanse. Mañana por la mañana podéis verle.
(Zabdiel asintió con la cabeza)

Con cuidado, Edward sujetó a Christopher en sus brazos y lo llevó escaleras arriba.

-No te preocupes. Dijo Elizabeth quitándo una lágrima de la mejilla de Zabdiel. Ya verás como mañana esta mejor.
Con una pequeña sonrisa, Zabdiel miró a Elizabeth y la abrazó fuertemente.
Sus dos amigos no tardaron en unirse al abrazo.

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-Tranquilo Erick, ya estas en casa.

Eso fue lo último que escuchó antes de que sintiera un fuerte punzazo en su pierna y todo se volviera negro.
Lo último que recordaba era estar escondido dentro de un auto abandonado, huyendo de su dueño.

Al abrir los ojos, sintió una fuerte punzada en la cabeza haciendo que soltará un gemido de dolor.
Cuando su vista se acostumbró a la oscuridad, vio que estaba en una pequeña habitación, sin ventanas.
A su alrededor solo había una pequeña mesilla de noche y una silla enfrente de esta.
Erick se encontraba tirado encima de una vieja cama, con sabanas viejas.
-Hola? Dijo mirando a su alrededor. Hay alguien ahí?
No pudo evitar recordar la frase que había escuchado antes de perder el conocimiento: "Tranquilo Erick, ya estas en casa".
Que diablos quería decir eso? Y además, quien lo había dicho? Aquella voz le resultaba familiar, muy familiar.

Estaba observando la habitación, cuando de pronto la puerta se abrió y por ella entró un tipo con un pasamontañas.
-Vaya, veo que la bella durmiente se ha despertado. Dijo sonriendo.
A Erick le entraron unas ganas tremendas de dar una paliza a aquel mal nacido.
-Quien eres? Dijo escupiendo las palabras.
(El tipo se cruzó de brazos y miró directamente a los ojos del menor)
-De verdad no me reconoces, Erick?
(Este negó con la cabeza)
-De acuerdo. Dijo el tipo comenzando a retirarse el pasamontañas de la cabeza.
(Un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo del menor)
Al terminar de quitarse el pasamontañas, Erick pudo ver de quien se trataba.
-No... Dijo en un susurro.
-Si Erick, soy yo.

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A la mañana siguiente, Richard, Joel y Zabdiel se habían levantado temprano para ir a visitar a su amigo.
Cuando estaban llegando al dormitorio, se encantaron a Edward saliendo de este.
-Buenos días chicos. Dijo mirándolos sonriente.
(Una chispa de ilusión se formó en el interior de Zabdiel)
Ver a Edward sonriendo, solo significaba una cosa; Christopher estaba bien.
-Como esta Christopher? Preguntó Joel con un tono de alegría en su voz.
-Está bien. Dijo Edward mostrando una gran sonrisa. Ya ha despertado.
-GENIAL! Dijo Zabdiel corriendo hacia el dormitorio donde se encontraba su pareja.

Al abrir la puerta, vio que este estaba tumbado en la cama, mirando al techo.
-Christopher. Dijo Zabdiel aún sin creérselo.
Este levantó la cabeza y vio al puerto riqueño parado en la puerta.
(Unas ganas de llorar comenzaron a crecer en su interior al ver por fin a Zabdiel)
-Zabdiel... Dijo abriendo los brazos.

Este no lo dudo ni un segundo; rápidamente salió corriendo hacia la cama y se abalanzó sobre su pareja abrazándolo fuertemente.
-Dios mío, gracias a dios que estas bien. Dijo sollozando.
-Estoy bien. Dijo Christopher besando a Zabdiel en la frente. Y aún mejor ahora que estoy contigo.
(Este levantó la mirada y la posó sobre los ojos del ecuatoriano)
-Ayer, cuando te ví tirado en el sofá temblando e inconsciente... Pensaba que te perdía.
(Una lágrima rodo por su mejilla)
-Estoy bien. Volvió a decir Christopher dando esta vez un beso en los labios de Zabdiel. Te lo prometo.

Sin decir nada mas, Zabdiel agarró a su pareja de la nuca y le plantó un fuete beso, lleno de amor y pasión.
-Te amo. Dijo en mitad del beso.
Christopher sonrió y le quitó una lágrima que le estaba resbalando por la mejilla.
-Yo también te amo.

Los dos se estaban besando, cuando de pronto la puerta se abrió y por ella entraron sus dos amigos.
-Bueeeeeeno. Dijo Richard levantando las manos. Dejar algo para luego.
De mala gana, Zabdiel se separó del beso e hizo un gesto obsceno a sus amigos.
(Christopher se comenzó a reír)
Rápidamente, Joel corrió hacia la cama y se subió en esta dando un abrazo a su amigo.
-Te he echado de menos, Chris.
-Yo también a vosotros. Dijo este sonriendo.
No se podía creer que por fin estaba a salvo, junto a sus amigos.
Entonces miró a su alrededor y se dio cuenta que faltaba alguien.
-Donde esta Erick?
(Todo sus amigos le miraron preocupados)
-Aún no lo han encontrado. Dijo finalmente Richard.
Christopher miró a sus amigos, y vio que todos estaban con la mirada triste.
Iba a decirles algo, cuando la puerta se abrió y por ella entraron Edward y Elizabeth.
-Como estas? Le preguntó Elizabeth sentándose en la cama.
(Christopher la miró a los ojos)
-Bien, creo.

Toda su alegría se había convertido en preocupación por el menor.
-Estamos preocupados. Dijo finalmente Zabdiel haciendo que la pareja le mirára.
-Preocupados porque? Preguntó Elizabeth.
-Por Erick, no sabemos donde esta ni si está bien.
(Edward miró a Elizabeth y esta se encogió de hombros)
-No os preocupéis, seguro que esta bien. Hoy mismo vamos a ir a buscarle.
-Si. Dijo Edward mirando el reloj. De echo tenemos que irnos ya.

Nada mas irse la pareja, Christopher miró a sus amigos.
-Yo no creo que este bien, hay mucha gente mala en este lugar, y Erick es demasiado bueno.
-Coincido contigo. Dijo Richard asintiendo con la cabeza.
-Y entonces? Dijo Zabdiel levantándose de la cama. Que hacemos?
(Richard miró a sus amigos y sonrió)
-Ir a buscarle.

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