Capitulo 4

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Mientras Alicia le enseñaba el sitio a Camila, no sabía qué hacer además de sonreír forzadamente y asentir a todo lo que le decía, la señora se movía emocionada por todo el lugar, aprovechaba el recorrido para presentarla con los demás empleados.

Sin perder tiempo al enterarse quien era ella, Alicia insistió en que comiera algo y luego en enseñarle todo el lugar. Además le aseguró que el empleo era suyo, sólo que ahora no estaba segura si quería que fuera así, pero no tuvo el valor para negarse.

Al parecer la señora Miller no era consciente de su incomodidad, parloteaba sin parar y le comentaba sobre cada detalle del restaurante, sin detenerse a mirarla porque de haberlo hecho, definitivamente habría notado que la sonrisa que le dedicaba no era más que una mueca.

Por más que lo intentaba, no podía relajarse,  en su mente se arremolinaban mil y un pensamientos.
Mordiendo su labio incesantemente, buscaba las palabras adecuadas para declinar la oferta de Alicia, no quería sonar grosera, ni mucho menos mal agradecida, pero no estaba segura que funcionara.

La idea de encontrarse con Will en el restaurante no había hecho más que ponerla nerviosa, estaba pendiente de la puerta desde que salieron de la oficina, la idea no era tan remota, sino una posibilidad bastante verosímil. Tenía sentimiento encontrados, quería verlo y hablar con él, pero a la vez estaba nerviosa, no sabía como actuaría él y no quería volver a salir lastimada.

―Y este es el Jardín, hicimos una pérgola en donde se puede ir a tomar el postre luego de comer o colocar una mesa especial ― comentó Alicia cuando se acercaron a dicha pérgola. Por más que se hallaba contrariada, no podía negar que el interior del lugar era hermoso.  El jardín era ideal para una cita romántica, habían flores y arbustos bien recortados y las mesas eran de hierro blanco con almohadas de colores.

Pequeñas guías con luces colgaban alrededor de la Pérgola, apostaba que en la noche sería una vista preciosa, una imagen de ella y Will cenando allí hizo que las mejillas se le toleran de rojo.

―Es muy lindo― masculló, al ver que la señora Miller aguardaba una respuesta. Esta sonrió y jalándola del brazo siguió el recorrido.

― ¡Ya hemos visto todo! ―Anunció llegando al mostrador ― ¡Que fastidio! ¡Quería pasar más tiempo contigo Corazón! ―Se quejó la señora, a lo que Camila elevó las cejas y emitió una risa falsa para evitar mostrar su cara de horror.

― ¡Tienes que venir a casa a comer un día de estos! Hablaré con tu madre así podemos charlar y ponernos al día, hace bastante que no veo a Mariela.

Abrió los ojos anonadada por sus palabras.

―Yo...no creo que sea una buena idea ―logró balbucear, antes de que la señora tomara su silencio como un si.

― ¡Claro que sí! Fuiste como una hija más para mí, eres como de la familia―agregó con tono afable

Camila abrió la boca para para decir algo, pero no sabía que iba decir, lo más probable alguna excusa idiota para salirse de tan absurda situación, pero el deber de dueño llamo a Alicia, quien fue requerida en la cocina.

―Seguimos hablando luego cariño― se despidió tomándola del brazo― Pídele a Caro que te diga lo que debes hacer ¡Chau!

Camila asintió levemente con rostro inexpresivo y vio como Alicia se alejaba. Cuando la vio entrar a la cocina frunció el ceño y negó con la cabeza al pensar en lo ocurrido recientemente.

¿Esto en verdad pasó?

Si le preguntaban, parecía un chiste de mal gusto.

Vaya suerte tenía ¿Cuáles eran las probabilidades? Tenía ganas de reír, nunca esperó que Alicia fuera su nueva jefa, porque seguramente iba a aceptar el puesto, no sabía como declinar sin parecer grosera, además cuando su madre se enterara iba a enfadarse si renunciaba.

Ha decir verdad Alicia tenía razón, ella se sentía como de la familia, por eso cuando se fueron, los echó tanto en falta, ella solía pasar gran parte de sus días en su casa, se había quedado a dormir varias veces y tenía muchos recuerdos felices que los involucraba.

Desde que se conocieron con Will no se había despegado hasta que se fue...

Antes de eso iban de una casa a la otra como si fuera de ambos, su madre más de una vez le había comprado ropa y otras chucherías.

El recuerdo de un viaje de pesca vino a su mente haciendola ruborizarse.

― ¿Estás bien Camila? ― la voz de Carolina la hizo estabilizarse y olvidarse del recuerdo.

―Si...creo―soltó no muy convencida, le sonrió para ser más convincente.

―No sabía que tu y Alicia se conocieran

―Yo tampoco lo sabía, descuida

― ¿Enserio? ―cuestionó incrédula.

―Enserio, enserio.

― ¿Y de que se conocen? ―La pelirroja la miró, su rostro no mostraba más que una inocente curiosidad, así que sin ahondar en detalles contestó.

―Era amiga de sus hijos― Uso un término plural porque no tenía ganas de explicar la triste historia.

― ¡Oh! ¡Sus hijos están buenísimos! ―Anunció con efusividad Carolina

Un sentimiento visceral, nada racional, invadió a Camila al escuchar las palabras de carolina. Se avergonzó al sentir malestar, al pensar que Carolina, creía que Will estaba "buenísimo".

No hablaron mucho más y luego de tomar un delantal y algunas indicaciones, comenzó a trabajar. Lamentablemente no estuvo mal, el ambiente era agradable, la gente fue gentil y generosa en las propinas, tanto que el día terminó haciéndosele ameno.

Lo mejor, fue que al estar ocupada su mente no dirigió ningún pensamiento a la familia Miller.

Capitulo corto, pero en un rato subo un par más.

Besos, nos vemos.

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XOXO

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