Capitulo 12

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— ¿Qué querías hablar conmigo? —inquirió Camila, que con un brazo cubrió sus pechos, para poder tomar con la mano libre su camiseta.

Will oyó que Camila decía algo, pero no le prestó atención, pues su vista se hallaba en los pechos de Camila. Parecían saludar al chico, alegres y respingones, bueno, algo aplastados por el brazo de la chica. Aunque ese hecho le parecía bastante sensual al castaño, quien no pudo evitar pensar en ver sin restricción alguna sus cremosos pechos.

Su piel blanca estaba impoluta y blanca, unos pequeños lunares, que a él le encantaría adorar, con su boca y manos, se encontraban esparcidos por su torso.

— Creo que sería bueno que te cubrieras— recordando el buen juicio, Wil intentó poner la mente en blanco y olvidarse de la perfección que tenía delante.

El castaño se volteó para que Camila pudiera ponerse la camiseta, sin perder tiempo, la pelirroja dejó de cubrirse los pechos y con ambas manos dio vuelta la camiseta y la deslizó por su torso.

— Ya estoy— dijo mientras sacaba el cabello que se le había quedado debajo de la camiseta — ¿De qué querías hablar conmigo?

La voz de Camila sonó tímida, habiéndose ido la sorpresa por su desnudez su usual timidez afloró.

Will se giró y enfrentó a Camila, si bien llevaba ropa, esta no hacía nada por esconder su cuerpo. Camila tenía unas curvas que a él le encantaban, no era extremadamente delgada y eso le fascinaba. Sin poder evitarlo, con ropa y todo, se encontró mirándola como un depredador.

El rojo le sentaba de maravilla, contrastaba con su piel clara y combinaba con su cabello y ojos verdes.

— ¿Y? —inquirió Camila, elevó las cejas expectante.

— ¿Qué? —dijo Will confundido, sacudió la cabeza para salir del aturdimiento que Camila le había causado. O mejor dicho lo que sus hormonas le habían provocado.

— Te pregunté, que qué querías hablar conmigo— repuso la pelirroja cruzando sus brazos.

— Yo... quería...quería— comenzó a decir Will

No sabía cómo soltar, lo que atormentaba su cabeza, sin sonar tan brusco, ella ya pensaba que él era un imbécil, pero de igual forma no quería seguir contribuyendo a la causa. Muchos dirán ¿Qué le hace una mancha más al tigre? Al tigre nada, pero a Will...

— Tú querías...

— Escuché todo lo que le dijiste a Jeph el otro día — soltó de golpe Will, se reprendió mentalmente por ser tan directo, pero no encontraba otra forma de decirle lo que quería.

— ¿El otro...día? —esta vez fue el tuno de Camila para balbucear.

— Sí, eso de que éramos amigos por nuestros padres y que...—Will tragó duro antes de continuar— y que te molestaban mis besos.

— Ahh...— dijo Camila sin saber qué responder ¿Qué se suponía que dijera?

— ¿No vas a decir nada?

— ¿Qué quieres que diga?

— Algo— dijo pareciendo frustrado el castaño, pasó una mano por su cabello y se removió en el lugar

— ¿Qué? —respondió haciéndose la tarada Camila.

Will soltó una carcajada sin gracia y se acerco unos pasos a la pelirroja, quien tenía los ojos bien abiertos y pensaba la mejor forma de salir corriendo de allí.

— ¿Es verdad lo que dijiste? —Preguntó mirándola a los ojos.

— ¿El qué?

— ¿Puedes dejar de hacerte la otra y responderse si es verdad o no?

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora