Capitulo 35

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Maratón 2/3

Will acarició el brazo de Camila con su pulgar, tenía la cabeza apoyada sobre su pecho y las piernas entrelazadas con las suyas. El dobladillo de su camiseta se había subido, exponiendo una franja de piel. No es que importara, había estado pasando sus manos debajo de su camiseta momentos antes, se había sentido increíble cepillar sus dedos por la piel suave de su cuerpo.

No sabía cómo explicarlo, pero él también lo sintió, esa necesidad que vio en sus ojos era la misma que estaba experimentando. Ese sentimiento abrasador que la hizo arrojarse a sus brazos, también lo había sentido. No estaba seguro si fue el miedo a perderla, o la realización de que ahora lo conocía realmente y parecía aceptarlo, pero al mirarla un sinfín de emociones lo abrumaron.

Camila se movió en su pecho haciendo que la mirara. Bajó la mirada encontrándose con la suya a mitad de camino, esbozó una sonrisa al ver sus mejillas sonrosadas, lucía aún más bella si era posible, con su cabello rojo revuelto y con esa coloración que se extendía hasta su cuello.

— Creo que nos desviamos un poco del plan — susurró con una sonrisa traviesa extendiéndose en sus labios.

— Solo una parada necesaria — respondió haciéndola soltar una risita que escondió contra su hombro.

Camila desenterró el rostro de su hombro y volvió a buscar sus ojos. Casi vuelve a perderse en su mirada, pero el recuerdo de que debían hablar la hizo enderezarse.

La miró con el ceño fruncido mientras ella se sentaba en la cama apoyando la espalda contra la cabecera. Al verla hacerlo, la imitó acomodándose a su lado, tomo una de sus manos y la apretó entre las suyas apoyándola en su regazo. Necesitaba tocarla, hoy más que nunca.

— Pregunta lo que quieras— le dijo como si de arrancar una curita se tratara. Lo mejor era ir directo al tema y sabía por la mirada de ella lo que quería preguntar.

— Sé que eres un lobo — le dijo poniendo sobre la mesa lo que sabía — También sé que seguramente tu familia también lo sea ¿Es por eso que te fuiste?

— Si — respondió serio. No estaba mintiendo. No del todo, su naturaleza lo había hecho tener que abandonarla.

Sabía que tenía que decirle la verdad, pero no estaba listo para contarle sobre esa parte.

— Pero ¿Por qué? Podías confiar en mi Will, eras mi mejor amigo. Lo hubiera aceptado así como lo estoy aceptando ahora.

— Es más complicado de lo que parece — le hizo saber dándole un apretón a su mano — No se trataba de ti, o de mi. No podemos ir contándole nuestro secreto a todo el mundo, es la forma que tenemos de proteger a los nuestros. No importa si yo confiaba en ti, sino que fueras confiable para todos. Aunque admito que te lo has tomado mejor de lo que hubiera imaginado.

Camila inclinó la barbilla en su dirección y cerró los parpados un momento antes de volver a abrirlos.

— A mí también me sorprende estar tan tranquila con el tema, pero supongo a que se debe a que soy parte de ustedes también. Todavía me cuesta concebir la idea de que eres un lobo, más aún que mi padre lo era — soltó una risita incrédula mientras desviaba su mirada al techo — ¿Sabes que tengo toda una familia esperando conocerme?

— ¿Cómo es eso posible?

— Apenas y yo lo sé. Pero Cameron asegura que somos familia. Me mostró pruebas que coinciden con lo que dice, además de que quiero creerle — confesó con los ojos brillantes. Aún no se hacía a la idea de que tenía una familia, pero a su vez se aferraba a esa posibilidad con todo su corazón. Tenerla significaba que no estaba sola, que podría saber más sobre su padre, conocer cómo había sido.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora