Capitulo 42

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Desde ya agradezco que no me hayan enviado mensajes amenazantes, soy sensible. LOL

Capitulo 42

Le dio un apretón al volante de su automóvil, con fuerza, sus nudillos se pusieron blancos. Sintió el cuero contra sus palmas sudorosas, llevaba unos buenos minutos en el aparcamiento, juntando valor para hacer lo que planeaba.

Su mente era un caos, la idea de volver a su casa estaba latente, a decir verdad prefería irse y no enfrentar la verdad. Pero, eso solo dilataría más las cosas, porque estaba segura que aunque ella había pensado que todo estaba dicho, aún faltaban cosas. El rompe cabezas aún no estaba completo, y vaya que estaba rompiendo su cabeza las piezas faltantes.

Exhaló con fuerza y asintió con la cabeza, era el momento, se miró en el espejo retrovisor y articuló palabras de aliento antes de abrir la puerta y salir. Una brisa fresca la saludó cuando estuvo de pie fuera del auto, obligándola a abrazarse y juntar la chaqueta que tenía desprendida.

Con la cabeza gacha comenzó a caminar, parecía que sus pies tenían tobilleras con peso extra, porque cada paso le costaba un esfuerzo mayor al normal. Cuando finalmente estuvo frente a la entrada, cerró los ojos, considerando una última vez el marcharse. Sin embargo, en un impulso abrió la puerta y se metió dentro.

Las voces de los clientes charlando animadamente fue lo primero que percibió, seguido por el aroma a pasta y pan de ajo. Carolina le sonrió desde la barra, mientras recogía pedidos, Camila le devolvió la sonrisa, antes de mirar hacía la oficina de Alicia, la puerta estaba cerrada.

Estaba segura que se encontraba dentro, había visto su auto en el estacionamiento. Aquello era bueno, se dijo mirando sus pies. Manteniendo la cabeza gacha caminó hasta allí, sus manos habían comenzado a sudar nuevamente, en cualquier momento comenzaría a temblar, estaba segura.

— ¿Todo bien, pequeña? — sintió una mano sobre su hombro, obligándola a levantar la mirada. Carolina la miraba con una sonrisa, aunque parecía estar buscando que estaba mal.

Ella asintió, no sabía si sería capaz de hablar correctamente. Le sonrió para confirmar su aseveración y suavemente salió de su agarre para ir a buscar a Alicia.

Lo correcto sería llamar a la puerta y esperar a que le permitiera entrar, sin embargo estaba cansada de tantas formalidades y de esperar. Por lo que agarró con fuerza el picaporte y con una exhalación abrió la puerta, dando un paso dentro.

La sorpresa inundó las facciones, de la madre de Will, al verla entrar de esa forma. Pestañeó un par de veces y elevó las cejas al ver que Camila había irrumpido en su oficina de manera estrepitosa. Dejó caer el bolígrafo que tenía entre los dedos y juntó las manos frente a ella.

Se puso de pie, sin salir de su asombro por verla allí.

— Cariño...— comenzó a decir saliendo de detrás de su escritorio. No estaba segura de que decir, la cara de Camila era un poema. Pero no uno simple, sino esos complicados llenos de recursos literarios que hacían difícil su comprensión a simple vista.

— Yo...— musitó Camila igual de perdida que ella. De repente la decisión y el motivo por los que había ido a verla se esfumaron de su mente

¿Qué hacía allí? Una sensación de vacío y desolación se instaló en su bajo vientre haciéndola estremecer.

— Camila ¿Estás bien? — le preguntó sonando preocupada, ella respondió con una negación de su cabeza. Por lo que caminó los pasos que las distanciaban y la tomó por los brazos buscando su mirada.

Camila entendió su intención y elevó el rostro permitiéndole ver sus ojos. La mirada de la madre de Will fue suficiente para desarmarla. No se había dado cuenta hasta ese momento la cantidad de emociones que tenía acumuladas y al igual que una presa, una vez que se permitió sentir, salieron con fuerza.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora