Camila parecía un pequeño cachorrito debajo de todas las mantas, sus ojos estaban clavados en la televisión. Los tiene un poco tensionados por no permitirse mirar hacia otro lado.
Por suerte aún parpadea.
Will vino, y fue incomodo. Creo que todos se imaginan que una situación así sería incomoda, pero para rematar llegó con un plato del pastel favorito de Camila.
Desde que era pequeña y probó los productos horneados de la madre de Will los amó. Principalmente la tarta de cerezas, es el paraíso en tu boca.
No sabía cómo tomarse que le trajera pastel, y no cualquier pastel sino ese en particular. Era contradictorio, todo en él lo era.
Es decir, ella no estaba loca, no se habían hablado en años y aparecía ahora... a cuidarla...y con pastel. Además, aunque dejáramos de lado el hecho de el tiempo que se fue, unos días atrás el ni le hablaba.
Y ni recordemos aquel beso que le dejó un sabor amargo en la boca, y no porque tuviera mal aliento.
Si, aquello era muy raro, y para peor no podía evitar pensar en ello.
En vez de descansar y tratar de que se le fuera el malestar que tenía, estaba peor. Entre que estaba tensa, con la mirada fija en un punto, su mente parecía una mesa de ping pong, sus pensamientos iban y venían como las pelotas.
Disimuladamente Camila intentó mirar hacia donde estaba sentado Will junto a Julieta. Pero abortó la misión cuando se topo con la mirada de ambos escrutándola.
La rubia, la observaba intentando descifrar la situación, se contenía de interrogarla por la presencia de Will y por su pleito de hace un rato.
— ¿Quieren pastel? — preguntó Will rompiendo aquel incomodo silencio.
Los ojos de Camila se abrieron como platos. Odiaba tenerlo allí, pero no quería quedarse sola con Julieta.
— Si
— No— Ambas hablaron a la vez.
Will se levantó de su lugar en el sillón y fue a la cocina, dejando a Camila y Julieta solas.
La pelirroja se arriesgó a echarle una mirada a su amiga y esta la retó con la mirada. Camila le sonrió tímidamente, y Julieta elevó una de sus cejas en respuesta.
— ¿Tienes algo que decir? —inquirió con una sonrisa socarrona.
Camila parpadeó, no sabía que responder, ni ella misma entendía que estaba pasando.
— ¿No? — respondió, sin embargo sonó como una pregunta.
— Es verdad, esto es de lo más normal— dijo irónica— Es más debería llamar al buen Aaron, para que venga a comer pastel con Will.
Julieta tomó su teléfono de la mesa ratona y comenzó a teclear en él.
— ¿Estás loca? —preguntó Camila en susurros.
— ¿Yo?
— Si, tu, no sé por qué me haces esto ¿Es que no te doy pena? —intentó jugar la carta de la enfermedad, pero su amiga no se la dejó pasar.
— No, y yo ¿Yo no te doy pena? Me trataste horrible más temprano, exageraste por una tontería —repuso Julieta a lo que ella la miró con la boca abierta.
Camila entrecerró los ojos y miró mala su amiga.
— ¿Una tontería? —masculló con una falsa sonrisa —Metiste a un extraño a mi casa Juli —continuó con tono mordaz.
— No tengo ganas de discutir de nuevo sobre lo mismo— sentenció la rubia.
— No me sorprende, lo si me sorprende es que no te parezca raro.
— No me parece tan raro como descubrir que estás enferma y que te está cuidando un chico que no conoces casi ¿O si? — dijo cruzándose de brazos.
— ¿Qué? — respondió Camila sin saber que más decir.
— Eso, vamos, no te hagas la tonta ¿qué está pasando?
Camila se quedó mirando a su amiga quien no aflojaba y mantenía su mirada clavada en la de ella. Balbuceo por unos segundos, pero ninguna explicación lógica se le ocurría.
— ¿Está todo bien?
En ese momento, Will decidió entrar a la sala con el pastel a cuestas. La quedó mirando con el ceño fruncido en confusión y ella no pudo evitar perderse en su mirada.
Se veía tan atractivo, le encantaba lo prolijo que se veía, tan masculino.
— Gracias —Dijo Julieta sacándola de su ensoñamiento.
Vio como la rubia tomaba uno de los platos de pastel de las manos de Will y no perdía tiempo en meterse un bocado a la boca.
— ¿Cuéntame Will hace cuanto conoces a Cami? —preguntó inocentemente, luego de tragar el pastel.
Camila se sintió desfallecer, sus ojos se abrieron como platos y sus mejillas se tornaron de un furioso tono de rojo.
Iba a matarla
Tan pronto se sintiera mejor iba a golpear a su amiga.
No sabía qué hacer, un montón de ideas pasaron por su mente. Pero lo más efectivo que se le ocurrió fue algo que vio en un capitulo de Greys anatomy.
Aprovechando su "convalecencia" fingió un desmayo.
Ambos, Julieta y Will se precipitaron al sofá en el que descansaba Camila e intentaron despertarla.
Se sintió un poco mal, porque los dos parecían creerle y se veían realmente preocupados. Pero mantuvo su farsa como la mejor actriz de Hollywood, aún cuando se sintió derretir al sentir las manos de Will en su rostro.
Cuando fingió despertar se topo con los ojos de Will casi pegados a los suyos. Su aliento rozaba sus labios, era cálido y olía fenomenal, como a tarta de cerezas y algo más.
Parpadeó un par de veces y murmuró una disculpa.
Logró salirse con la suya, al decir que estaba cansada, ya que la arroparon y la instaron a que durmiera. Claro, que luego de asegurarse que no tuviera nada.
Camila no se había dado cuenta del sueño que tenía hasta que cerró los ojos, no tardó nada en dormirse.
Cuando volvió a despertar estaba todo oscuro, parpadeó unas cuantas veces e intentó aclarar su vista. La televisión continuaba encendida, con el volumen casi en cero.
Las cortinas no estaban del todo corridas por lo que se filtraba la luz de las farolas de la calle.
Lo que la sorprendió, fue sentirse mejor, ya no sentía aquella pesadez de antes, su cabeza no dolía, se sentía fresca, renovada.
Intentó levantarse del sofá, pues su estomago rugía, bien podría comer una porción de tarta de cerezas, pero, cuando se removió notó que algo la mantenía en el lugar.
Ahí, fue cuando se percato que Will la tenía sujeta por la cintura.
El sofá no era muy grande y Will no era particularmente pequeño, por lo que ambos se hallaban enredado el uno en el otro. Lejos de sentir pánico o molestia, se encontraba extrañamente en paz.
Sin pensarlo mucho, se acurrucó aún más contra él volvió a dormirse. Su estomago podía esperar, iba a seguir disfrutando aquello.
Solo diré que voy a seguir madrugando, me hace increiblemente productiva.
Despertador a las 6 am allá voy. Las quiero, besos cons abor a café.
Si quieren pasense por mi instagram nuevo librosyromanticosas.
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Eres Mia [Terminada]
WeerwolfCuando era pequeña, Camila, conoció a un chico. Él siempre estaba ahí para ella, asegurándose que sonriera y que nadie la molestara. Estaban tan aferrados el uno al otro que cuando se fue, Camila quedó a la deriva. Años después el regresó, pero...