― ¿Pasó algo entre Juli y tú? ―Preguntó Mariela a Camila mientras guardaban la compra.
― No ― respondió esquiva la pelirroja
No podía sacar de su mente lo sucedido recientemente, su cabeza iba a estallar. No sabía por qué preocuparse primero, si por haberse peleado con Julieta, por el sicópata, por Will, por lo que sucedió ayer con Will o por su malestar.
No entendía cómo en cuestión de horas todo se había puesto de cabeza, lo que le causaba escalofríos era pensar en el sicópata. Para colmo su amiga se fue sin darle detalles de cómo era, era preocupante aquella situación.
― ¿Estás segura? Julieta parecía molesta ¿Le hiciste algo?
― ¿Por qué tengo que haberle hecho algo yo? ―inquirió Camila indignada, miró a su madre con una mueca
― Porque se fue enojada...
― Eso porque es una tarada, que además no se hace cargo de sus metidas de pata
― Entonces si se pelearon ―afirmó su madre mientras guardaba las cajas de cereales.
― Estoy segura que el resto de las madres no interrogan a sus hijas sobre estos temas
― Te sorprenderías ― dijo divertida Mariela
― Ya lo creo ―Camila puso los ojos en blanco brevemente
― ¿Y por qué se 'pelearon? Podría aconsejarte, darte mi punto de vista maduro, sensato e imparcial. No voy a ponerme de tu lado solo porque seas mi hija.
― Lo último no me sorprende nunca estás de mi lado ― declaró Camila en tono de burla.
La pelirroja iba a seguir hablando pero un ruido en la puerta captó su atención, posó su mirada en ella. Su expresión era temerosa, la pobre esperaba que en cualquier momento entrara Jason con una moto sierra. Nunca había visto las películas de ese loco, pero todo el mundo conocía ese personaje.
― Debe ser el perro de la vecina, le gusta orinar las macetas de la entrada ―aseguró su madre el ver la mirada de ella en la puerta― Ahora ¿Vas a contarme?
― Si...―dijo de manera queda Camila ― ¿Cerraste la puerta con llave? ―inquirió. Sin esperar respuesta de su madre caminó apresuradamente hasta la puerta y le dio doble vuelta de llave.
― ¿Te pasa algo? Además de lo de Julieta, pareces rara ―Camila forzó una sonrisa y negó con la cabeza.
No creía conveniente informar a su madre de lo sucedido, si tal vez algunos creyeran que sí, pero iba a tener que desembolsar información perjudicial para ella. Como por ejemplo, el motivo por el que estaba inconsciente y cómo llegó a ese estado.
Tal vez, solo era alguien haciendo alguna broma o algo por el estilo, sino sucedía nada sospechoso no había motivo para alarmar a su madre ni para firmar su sentencia de muerte. Porque no creía que Mariela estuviera feliz por lo que hizo la otra noche.
― Estoy bien mamá, solo un poco cansado y...― Camila emitió un quejido al sentir un dolor punzante en su cabeza, presionó ambas manos en torno a su cabeza para aliviar el dolor.
― ¿Qué pasa cariño? ―preguntó Mariela. Asustada fue hasta su hija, puso sus manos en los hombros de ella y la arrastró hasta uno de los sillones.
― Estoy bien ... solo me vino un dolor en la cabeza
― Puede que tengas fiebre, tal vez te agarraste una gripe, el cambio de clima pudo haberte afectado. Ayer hacían como 30 grados y hoy hay 10 ¡No es normal!
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Eres Mia [Terminada]
Manusia SerigalaCuando era pequeña, Camila, conoció a un chico. Él siempre estaba ahí para ella, asegurándose que sonriera y que nadie la molestara. Estaban tan aferrados el uno al otro que cuando se fue, Camila quedó a la deriva. Años después el regresó, pero...