Camila se removió en la cama, el despertador había sonado hacía pocos minutos. Estaba muy cómoda y cálida, lo último que deseaba era salir del nido que había formado entre las mantas.
— ¿Piensas dejarme levantar en algún momento? — susurró sonando divertido Will.
Camila se quejó y acomodó el agarre que tenía en él.
Había convencido a Will para que se quedara con ella todas las noches, su madre trabajaba y si bien estaba más tranquila, no quería descuidarse.
Sin mencionar, que se estaba acostumbrando a dormir con él.
— Un ratito más...— pidió con los ojos cerrados, se mojó los labios que tenía secos y subió la cabeza que tenía apoyada en el pecho de él, hasta su cuello.
— Llevas diciendo eso un buen rato — murmuró sobre su cabello, sonreía somnoliento.
Aún le parecía increíble estar así con él, antes de que se fuera, solían dormir en la casa del otro frecuentemente. Sus padres armaban una cama en el suelo, sin embargo removían las mantas y en la noche dormían juntos en la misma cama.
Pero, ahora se sentía diferente.
Él siempre había tenido sentimientos por ella, pero ahora eran más fuertes que antes y dormir con ella no era lo mismo. No se sentía igual a cuando eran niños.
—Vamos Pequitas — murmuró depositando pequeños besos en su mejilla— llegaremos tarde otra vez si te dejo seguir durmiendo.
Camila se quejó nuevamente, sin embargo, abrió los ojos y con un pequeño quejido se levantó de la cama.
Will se rió de la expresión ofuscada que hizo y besó sus labios mientras deslizaba una camiseta por su cabeza, le guiño un ojo y fue a la cocina a preparar el desayuno para ambos, así Camila podía ducharse tranquila.
Cuando desapareció detrás de la puerta se tiró sobre su espalda y cerró los ojos.
Odio madrugar.
Sonrió al sentir el olor de Will sobre las mantas, giró sobre su estomago para enterrar la nariz en ellas. Su madre enloquecería si supiera que estaba quedándose todas las noches con ella.
Bueno, seguramente enloquecería en el buen sentido, aún no le decía que habían vuelto a "sus antiguas andanzas" como decía ella. Seguro se alegraba por ellos y organizaba un almuerzo para celebrarlo. Ya le había dejado saber que estaba de su lado.
— Más te vale meterte a la ducha Camila — gritó Will desde la cocina.
Abrió los ojos al escuchar su voz, odiaba como era capaz de saber lo que hacía, aún cuando no la estaba viendo. Nunca dejaría de sorprenderla.
Se mordió los labios y juntando fuerza de voluntad se volvió a levantar de la cama, en el futuro trabajaría por las tardes.
— Después de todo llegamos temprano — comentó Camila mientras desabrochaba el cinturón de seguridad.
Will rodó los ojos mientras terminaba de aparcar la camioneta, el estacionamiento de la escuela estaba lleno de estudiantes, aún faltaban algunos minutos para que sonara la campana.
— Créeme que si te hubiera dejado dormir, estaríamos suplicándole a la profesora para que nos deje entrar a clase — respondió bajando de la camioneta.
Camila le sacó la lengua bromeando, chilló cuando él la atrajo a su costado pasando un brazo por sobre sus hombros.
— Traviesa— murmuró en su cabello.
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Eres Mia [Terminada]
Người sóiCuando era pequeña, Camila, conoció a un chico. Él siempre estaba ahí para ella, asegurándose que sonriera y que nadie la molestara. Estaban tan aferrados el uno al otro que cuando se fue, Camila quedó a la deriva. Años después el regresó, pero...