Capitulo 18

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Cuando Camila volvió a despertar, no cabía en su dicha al notar que seguía envuelta en el calor de Will. Sus extremidades se enlazaban entre si.

Sintió sus suaves y mullidos labios rozando su frente, el contacto la hizo sentir cálida por dentro.

Levantó la vista y se encontró con sus ojos abiertos, aquellos orbes azules le robaban el aliento. Tomó aire por la boca, preparándose para su reacción. Se sorprendió al verlo enterrar su rostro en su cabello y aspirar con fuerza.

Tragó fuertemente y sintió extrañas mariposas en el estomago. Movió sus manos y al hacerlo fue consciente de que parte de sus manos estaban tocando la piel de la espalda de Will, donde su camiseta de había levantado.

Con timidez dio una lenta caricia por la piel expuesta.

Fue lenta, delicada, temerosa. Lo sintió estremecer, vaciló por un momento, deteniéndose expectante. Al ver que no la alejaba o hacía amague de levantarse continuó su exploración.

Recorrió su espalda desnuda con deleite, descubriendo músculos desarrollados, que no habían estado ahí cuando eran más jóvenes. Su cuerpo había cambiado y ahora ella podía apreciar los cambios.

Al llegar a la espalda baja, dudó, pero con una confianza nueva, trazó la cinturrilla de sus bóxers, corriendo la uña del dedo índice entre medio de esta. Con osadía llevó su otra mano al vientre de Will.

Se sintió poderosa al sentirlo tomar aire por entre los dientes, apoyó su palma en su estomago plano. Sintiendo su piel suave y tersa, los músculos se tensionaron bajo su palma.

— ¿Qué estás haciendo? —escuchó la voz ronca de Will. Tenía un tono juguetón en ella.

Algo que no había escuchado desde hacía años, lo recuerdo inundaron su mente, causando que se estremeciera.

Se sintió enrojecer, pero no retiró sus manos. Por el contrarió, redobló la apuesta, depositó un beso de boca abierta en su clavícula que estaba expuesta.

Will la envolvió fuerte y se cernió sobre ella, aprisionando su suave cuerpo con el de ella. Estaba enardecido, aquello lo abrumaba.

La respiración se le atoró en la garganta, ahogando un suspiro se sintió derretir al sentir el peso del cuerpo de Will sobre el suyo.

Clavó su mirada en la de Camila, sus ojos lo desarmaban, lo despojaban de todo control que hubiera llegado a tener. Estaba embriagado de ella, de su olor, de su esencia, su calor. Toda ella lo habían invadido, anulando su fuerza de voluntad.

Se sentía atraído como un imán.

— Eres tanto — murmuró sobrepasado

Camila frunció levemente el ceño al escuchar sus palabras, no entendía que quería decir con eso. Pero de igual forma, le gustaba verlo tan afectado por ella, le gustaba ser la mirada que tenía.

— Nunca he querido otro toque que el tuyo...— confesó alterado.

Y acto seguido la besó, hundiéndose en el calor de su boca.

Aquel beso fue diferente de cualquier otro que se hubieran dado. Era sereno, pero a su vez bravo, estaba cargado de anhelo de calor, de necesidad, una necesidad tan abrumadora que ni ellos llegaban a entender.

Camila gimió en su boca, sintió su lengua tocar la suya y se sintió desfallecer, su calidez y su sabor eran lo mejor que había probado nunca.

Era increíble como la afectaba, su toque su olor, sus caricias eran únicas, sus manos sabían que puntos tocar para hacerla estremecer, estaba lánguida debajo de él.

Con ternura, Will se apodero de su mandíbula con una de sus manos, pegando más sus labios. Pasó sus dedos por los sedosos cabellos pelirrojos.

— Nunca he querido otros besos...—murmuró en la boca de Camila.

La mente de Camila estaba obnubilada, pero iba registrando cada palabra que decía. Prometiendo atesorarlas para después.

Después, algo que no quería detenerse a pensar.

Con sus manos exploraron la piel del otro, perdiéndose en una danza que deseaban durara siempre. Se sentían hechos el uno para el otro, sincronizados, mimetizados, eran uno.

Cuando se detuvieron recostaron sus frentes y se miraron, se miraron como si desnudaran el alma del otro con la mirada. Era como si se comunicaran sin hablarse.

Ni ellos eran capaces de explicar su conexión.

— Yo...— comenzó a decir Will pero Camila lo calló poniendo un dedo sobre sus labios.

— No lo arruines— suplicó.

Lejos de sentirse avergonzada, le rogaba con la mirada que no dijera nada que arruinara aquello que estaban compartiendo.

Will esbozó una pequeña sonrisa y recorrió su nariz, que se encontraba fruncida, con la suya. Camila cerró los ojos y aspiró su aroma, olía maravilloso, tan perfecto, quería embotellarlo y guardarlo para siempre.

— Nunca más —prometió junto a su oído, sus labios rozando el lóbulo de su oreja, su cálido aliento le puso la piel de gallina.


Varias cosas, la primera gracias por seguir leyendo la historia, como verán los capitulos son más cortos, pero eso me permite actualizar más a menudo y me es más facil para escribir.

Trataré de actualizar de dos a tres veces a la semana, estoy abierta a que me den opiniones de comoq ueiren que siga. 

Pueden seguir mi cuenta de instragram: librosyromanticosas Es nueva pero la diea es subir cosas relacioandas a libros, booktags, reseñas, memes y posts de mis historias.

En definitiva, gracias por sus votos y sus comentarios, sabran de mi pronto, muchos besos!!!!

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