Capitulo 33

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Camila soplo un poco de aire sobre la taza humeante que mantenía entre sus manos. Cameron tenía mucho que explicarle. Después de que terminaran el abrazo le preguntó sobre el otro gran tema sobre la mesa y él le ofreció una taza de té antes de continuar explicándole.

Esbozó una sonrisa cuando leyó en la etiqueta que colgaba que era de tilo. Al parecer creía que necesitaba calamar sus nervios. Y no estaba errado. Dio un sobro a la taza mientras lo observaba preparar un poco de café para sí mismo. Estaba de espaldas a ella llenando el filtro de la cafetera, presionó el botón de encendido y se dio la vuelta.

La pescó observándolo y esbozó una sonrisa mientras se limpiaba las manos en un repasador.

— ¿Qué quieres saber? — le preguntó acercándose a la cama.

Camila le hizo un espació junto a ella esperando que se sentara, pero en su lugar arrastró una silla hasta ella.

— No lo sé — dijo mirando el techo — Todo. Quiero decir ¿Cómo es siquiera posible? — preguntó sintiéndose confundida. — todo lo que sé de hombres lobo lo he aprendido viendo películas como Inframundo.

— Si olvídate de lo que has aprendido allí — dijo haciéndola reír — Debo confesarte que aún me parece sorprendente que estés tan tranquila. No me estoy quejando — se apresuró a aclarar.

Ella inclinó la cabeza a un lado. Ciertamente era la primera sorprendida. Debería estar intentando huir de la cabaña en vez de sentada bebiendo una taza de té al lado suyo. Pero de alguna forma, eso no se sentía correcto. En lo absoluto.

Fue una caricia para sus nervios saber que no era como los lobos de inframundo. Esos sí que atemorizaban.

— Entonces... — comenzó a decir — ¿Te mordió un lobo o algo así?

— No— espetó divertido — Creo que ya sé por dónde empezar. Esto, lo que me hace ser capaz de convertirme en un lobo está en mis genes. — le dijo mirándola a los ojos —Yo nací de esta manera. Nadie me mordió y me transmitió ningún veneno, de hecho no es posible que eso suceda. La única forma es que nazcas de esta manera.

— ¿Quieres decir que naciste como lobo?

— Si — respondió. Pero se apresuró a aclararlo al ver que abría los ojos sorprendida — ¡No! Quiero decir, no nací siendo un lobo. Sino que con este gen que me hace ser capaz de transformarme en uno.

Camila se sintió tonta. Lo había mal interpretado, en su defensa todo era muy confuso y ya nada la extrañaría.

— ¿Entonces no eres el único que puede convertirse en lobo? — preguntó pensativa.

— No — dijo sabiendo por dónde iban sus pensamientos — Toda mi familia puede hacerlo.

Camila jadeó.

— ¿Quieres decir que yo también?

— No — ella soltó un suspiro aliviado — No lo creo

— ¿No lo crees?

— Estoy seguro — le contestó con una sonrisa para tranquilizarla. — si tuvieras el gen ya te hubieras transformado ¿Tienes 18 años no es así?

— Casi. En unos meses los cumplo.

— Las mujeres suelen demorar más tiempo, pero de todas formas si lo fueras ya tendrías que haberte transformado. No tienes olor a lobo en ti. Al menos no propio — le dijo guiñándole el ojo.

Ella se mordió los labios y soltó un bufido por su última frase.

— ¿Y por qué no tengo el gen? — cuestión sintiéndose curiosa. Le llamaba la atención que no le tuviera si eran familia.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora